Libres en quince minutos
Mar¨ªa Teresa Felipe, de 42 a?os, vuelve a ser una mujer libre 22 a?os despu¨¦s de casarse. Durante ocho a?os disfrut¨® de las ataduras legales del matrimonio hasta que decidi¨® separarse. En los 14 siguientes, el miedo a la burocracia y al papeleo le impidi¨® consumar el divorcio. Ayer, una juez de Vitoria resolvi¨® en menos de quince minutos su problema. Su marido, Rafael, de 45 a?os, estaba de acuerdo en las condiciones, as¨ª que el tr¨¢mite fue breve. Mar¨ªa Teresa Felipe ya es soltera a todos los efectos legales.Desde hace tres semanas, el Juzgado de Familia de la capital alavesa dicta sentencias de separaci¨®n y divorcio, en casos de mutuo acuerdo, en menos de una semana. Lo que antes se prolongaba durante uno o dos meses al menos, ahora se solventa en tres, cuatro o, como mucho, siete d¨ªas. La experiencia, novedosa en Espa?a, fue promovida por los ocho funcionarios del propio juzgado y cuenta con la supervisi¨®n del Consejo General del Poder Judicial. Si funciona ser¨¢ exportada al resto del pa¨ªs.
A las 12.40 de ayer, Mar¨ªa Teresa Felipe, un ama de casa con dos hijos, espera en el pasillo del juzgado a que su abogado le d¨¦ la sentencia de divorcio. Una semana atr¨¢s entreg¨® en el registro de la Audiencia Provincial de Vitoria su demanda y ese mismo d¨ªa el Juzgado de Familia la cit¨® para el mi¨¦rcoles siguiente para ver su caso. Ella y su marido ratificaron ayer la petici¨®n de divorcio ante la juez y 15 minutos despu¨¦s recibieron la sentencia.
"Despu¨¦s de 14 a?os de separaci¨®n", cuenta Mar¨ªa Teresa, "hemos decidido divorciarnos al enterarnos de que se hab¨ªan puesto en marcha los juicios r¨¢pidos. La burocracia me daba miedo, pero el abogado nos dijo que todo iba a ser muy r¨¢pido. Y as¨ª ha sido. Llegar y besar el santo. Ya me puedo echar novio con la legalidad en la mano", bromea ense?ando la sentencia.
Su ya ex marido, Rafael, funcionario, la va a invitar a tomar un aperitivo. "Vamos a celebrar que hemos entrado en el grupo de los ex. Ahora habr¨ªamos cumplido 22 a?os de matrimonio".
El Juzgado de Familia de Vitoria no ha inventado nada que no figurase en la legislaci¨®n. Su plan consiste en agrupar todos los actos judiciales propios de una separaci¨®n o un divorcio de mutuo acuerdo en el mismo d¨ªa. Para ello, el juzgado se coordina con fiscales, abogados y procuradores, y mediante un sistema de cita previa se re¨²ne con los demandantes. Los casos se analizan los mi¨¦rcoles de cada semana. Si hay menores, la fiscal¨ªa emite un informe sobre la marcha respecto a los t¨¦rminos estipulados en los acuerdos de divorcio o separaci¨®n que les puedan afectar.
Antonio L. de A., de 31 a?os, y Elena O., de 30, acaban de formalizar su separaci¨®n. A¨²n se les nota nerviosos. S¨®lo han estado tres minutos en el juzgado. "Nos hemos ratificado en la demanda", explica Antonio, "y tres minutos despu¨¦s ten¨ªamos la sentencia". Elena se muestra favorablemente sorprendida por su breve paso por el juzgado. "No es una situaci¨®n muy agradable a la que nos hemos enfrentado", recuerda, "pero hab¨ªamos asumido que es lo mejor. Por lo menos, con un sistema tan r¨¢pido resulta m¨¢s llevadera la situaci¨®n".
Al que se le abri¨® el cielo cuando conoci¨® el nuevo sistema fue a un separatista que prefiere mantenerse en el anonimato. Un segundo despu¨¦s de tener en la mano la sentencia de separaci¨®n de su mujer pregunt¨® a la funcionaria que le atendi¨® en el juzgado d¨®nde estaba el Registro Civil. "Todos los tr¨¢mites de su separaci¨®n se llevan en el Juzgado de Familia", le respondi¨® la trabajadora. "Ya", respondi¨® su interlocutor, "pero es que quiero ir al registro ahora mismo para pedir hora para casarme". La funcionaria le inform¨®, sin disimular su sorpresa, de que desde que se concede la separaci¨®n hasta que se puede pedir el divorcio debe pasar un a?o como m¨ªnimo. A partir de ese momento se dan las condiciones legales para casarse otra vez.
En la sala de espera del Juzgado de Familia hab¨ªa ayer, a partir de las doce de la ma?ana, una aglomeraci¨®n inusual. Cinco separaciones y seis divorcios vio la juez Mari Cruz P¨¦rez Garc¨ªa. "Lo importante", resume, "es cambiar la concepci¨®n que el ciudadano tiene de que la justicia es una m¨¢quina que se mueve muy lentamente".
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