Belleza corporal para una propuesta anticuada
Con bastante m¨¢s sentimentalismo de colegio mayor que verdadera espiritualidad, o llam¨¦mosle profundidad, Pilobolus ha tra¨ªdo a Madrid un espect¨¢culo aburrido en el que hay que reconocer la preparaci¨®n estrictamente muscular, que no danc¨ªstica, de los int¨¦rpretes.Moses Pendleton logr¨® en su momento, all¨¢ por los a?os setenta y ochenta, crear un estilo que en su momento ejerci¨® una notable influencia sobre el panorama de la danza moderna norteamericana, llegando a un despliegue de energ¨ªas corporales francamente espectacular.
Pero el tiempo es inclemente, lo mismo que el arte cuando es verdadero y en constante renovaci¨®n. Pilobolus ha envejecido notablemente y su propuesta resulta, m¨¢s que a?eja, anticuada. Hay una recurrente plasticidad y un desnatado disfrute de la belleza corporal, de las posibilidades gimn¨¢sticas y circenses que tendr¨ªan otro valor si hubiera un sustrado argumental o core¨²ticamente log¨ªstico, pero el resultado no cuestiona la parte intelectual de la danza sino que parece finalmente un c¨®mic de vi?etas cortas, a veces humor¨ªsticas, que se hojea con despreocupaci¨®n al son del hilo musical.
Pilobobus Dance Theatre
Aeros; Pseudopodia; Gnomen; Thay two. Coreograf¨ªas: Robby Barnett, Alison Chase, Michael Tracy, Jonathan Walken y Moses Pendleton. Festival de Oto?o de Madrid. Teatro de Madrid La Vaguada, 5 de noviembre
Sirven estas estructuras de Pilobolus para distinguir claramente entre ejercicio calist¨¦nico y creaci¨®n bailada, pues no siempre el aparente virtuosismo y la brillantez representan el punto m¨¢ximo en lo est¨¦tico-danc¨ªstico.
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