El ex golpista Ch¨¢vez promete democracia y justicia si es presidente
Decenas de miles de caraque?os con boinas rojas vitoreaban la noche del jueves al ex militar golpista Hugo Ch¨¢vez en la manifestaci¨®n nacional m¨¢s numerosa desde hace casi un decenio. La utop¨ªa hac¨ªa tremolar en la avenida de M¨¦xico el retrato del guerrillero argentino-cubano Ernesto Guevara, estallaron cohetes, y, en la tarima de oradores instalada sobre el asfalto, el populista candidato a la presidencia de Venezuela prometi¨® m¨¢s democracia y justicia.Ch¨¢vez se abraz¨® a los suyos: los socialistas que ocuparon cinco ministerios en el Gobierno de Rafael Caldera, ahora en sus postrimer¨ªas, los comunistas de museo, los independientes, los oportunistas, los rom¨¢nticos, los incondicionales de la revoluci¨®n de Fidel Castro, los resentidos y los pr¨®fugos de la esperanza. Pocas horas antes, el tambi¨¦n aspirante a la jefatura del Gobierno en las elecciones del 6 de diciembre, vicealmirante retirado Radam¨¦s Mu?oz, ex ministro de Defensa (1993-94), defin¨ªa a este enviado al l¨ªder que en 1992 trat¨® de ganar el poder a tiros, y el mes pr¨®ximo puede alcanzarlo en las urnas: "Enloqueci¨® con la euforia del triunfalismo. No est¨¢ preparado. Ni siquiera tuvo solvencia para cumplir su profesi¨®n militar. El golpe que intent¨® fue un aut¨¦ntico desastre de planificaci¨®n. Si gana iremos al desastre econ¨®mico, pol¨ªtico y econ¨®mico".
El fen¨®meno Ch¨¢vez, que encabeza las preferencias electorales junto al independiente de centro derecha Enrique Salas, determina y enturbia desde hace meses la vida pol¨ªtica de un pa¨ªs de 23 millones de habitantes, el 80% empobrecido o m¨ªsero, acrecienta la incertidumbre sobre su futuro, mantiene detenida la entrada de inversiones, y coloca a las Fuerzas Armadas en el centro del debate.
Era inevitable que as¨ª fuera porque durante la campa?a previa a las legislativas y regionales de ma?ana, surgieron rumores sobre un golpe de Estado en ciernes para meterle en vereda. El alto mando castrense niega la promoci¨®n de esa hipot¨¦tica asonada, pero ha advertido que no permitir¨¢ vulneraciones de la Constituci¨®n. Las intenciones del ex teniente coronel de forzar una reforma del texto fundamental en una Asamblea Constituyente, interpretando a su manera las normas que regulan su convocatoria, son percibidas como ilegales.
"Se equivocaron quienes piensan que el pueblo venezolano es un pueblo de cobardes al que se puede seguir enga?ando", proclam¨® el favorito en la avenida de M¨¦xico, sacando pecho. "El pueblo ya les dijo basta a quienes merecen que los entierren en la tumba de la historia. El pueblo quiere la Constituyente y la tendr¨¢".
Hugo Ch¨¢vez, 44 a?os, revolucionario o manso socialdem¨®crata, seg¨²n convino a la partitura de campa?a, pretende una reforma dr¨¢stica de los tres poderes del Estado, y, para aplicarla, persigue el plebiscito, la v¨ªa corta. Este regate a la legalidad puede ser la oportunidad esperada por muchos jefes y oficiales que le salieron al paso en las dos intentonas golpistas de hace seis a?os, y que en estos momentos barruntan represalias y temen por su integridad familiar, personal, econ¨®mica y laboral si gana aqu¨¦l. "Si se le ocurre violar la Constituci¨®n, tendr¨¢n la excusa necesaria para actuar", advierten fuentes castrenses.
"Rescatemos al pa¨ªs del caos", inst¨® alguien a brocha gorda en una pared metropolitana. Manos a la obra, pues. Nuevamente, en una rutina que data de 40 a?os atr¨¢s, la pl¨¦yade de candidatos a los 48 esca?os del Senado, 189 de la C¨¢mara de Diputados, 391 de los parlamentos locales y 23 gobernaciones prometen el renacimiento de Venezuela, la instauraci¨®n de un r¨¦gimen de prosperidad y justicia distributiva en paz y libertad.
"Llevamos escuchando la misma vaina a?os, y cada vez estamos m¨¢s jodidos", lamenta Antonio, t¨¦cnico en equipos de aire acondicionado, lo suficientemente anciano para certificar que el ¨²nico proyecto siempre realizado es el saqueo de las arcas p¨²blicas por los m¨¢s sinverg¨¹enzas.
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