El fiscal mantiene su petici¨®n de 18 a?os para el acusado de matar a Alberto Guindo
El medio empleado para defenderse de la agresi¨®n -una navaja- fue excesivo y desproporcionado. ?ste es el principal argumento que esgrimi¨® ayer el fiscal para mantener su petici¨®n de 18 a?os de c¨¢rcel para Rafael Ballar¨ªn, presunto autor del crimen de la calle de Barquillo, que cost¨® la vida de una cuchillada en el coraz¨®n a Alberto Guindo en la madrugada del 1 de diciembre de 1996. La defensa pidi¨® la absoluci¨®n de Ballar¨ªn al entender que actu¨® en leg¨ªtima defensa tras ser atacado por un grupo ultraderechista al que "no le gust¨® su vestimenta punki". El abogado de la familia de Guindo rebaj¨® su petici¨®n de pena de 23 a 18 a?os, la misma que el fiscal.
El juicio contra Ballar¨ªn, que se inici¨® el pasado martes, qued¨® ayer visto para sentencia en la Secci¨®n Segunda de la Audiencia de Madrid. Varias decenas de personas, la mayor¨ªa punkis, se han congregado con pancartas a las puertas de la Audiencia Provincial, durante los cuatro d¨ªas que ha durado la vista, para exigir la excarcelaci¨®n del acusado, que lleva dos a?os preso. "Los fascistas siempre nos matan a nosotros; para uno de los nuestros que se ha defendido, no es justo que lo condenen", explicaron varios de los manifestantes a este peri¨®dico.Precisamente, el abogado de la familia de la v¨ªctima, Marcos G¨®mez de la Serna, se quej¨® ayer ante el tribunal, durante su intervenci¨®n final, de que hab¨ªa recibido amenazas de los manifestantes al entrar y salir de la Audiencia. El abogado defensor, Endika Zulueta, le respondi¨® que ¨¦l tambi¨¦n ha recibido amenazas en la calle de personas que, por su aspecto, cree que pueden estar vinculadas a grupos ultras. "Te vamos a matar", asegura Zulueta que le han dicho.
El fiscal indic¨® ayer que no fue un enfrentamiento entre tribus urbanas el origen de la agresi¨®n y posterior acuchillamiento mortal de Alberto Guindo, aunque reconoci¨® que la v¨ªctima y sus amigos profirieron "un comentario desafortunado" cuando se cruzaron en la calle de Barquillo con el acusado y su novia ("cerdo punki de mierda", solt¨® uno).
Para el fiscal, se trat¨® de una "pelea cuerpo a cuerpo" en la que el procesado emple¨® un arma desproporcionada, ya que pudo huir. El fiscal se?al¨® que Ballar¨ªn, natural de una aldea de 40 habitantes de la provincia de Huesca, utiliz¨® la navaja con la intenci¨®n de acabar con la vida de la v¨ªctima, y que no cabe justificar la tenencia de esa arma, de siete cent¨ªmetros de longitud, en que en su h¨¢bitat del Alto Arag¨®n es costumbre portar un arma blanca como herramienta de trabajo.
Huida a Huesca
El ministerio p¨²blico reproch¨® adem¨¢s a Ballar¨ªn que se marchase a Huesca tras el crimen y tardase tres d¨ªas en presentarse ante la polic¨ªa para confesar lo ocurrido en la calle de Barquillo. El acusado pudo repeler la agresi¨®n de otra forma, concluy¨® el fiscal. El abogado de la acusaci¨®n pidi¨® en su alegato 15 a?os por el homicidio de Alberto Guindo y seis por las lesiones causadas a Roberto Daniel, amigo de la v¨ªctima.Endika Zulueta, abogado defensor de Ballar¨ªn, bas¨® su exposici¨®n en que su cliente actu¨® en "leg¨ªtima defensa", fruto de un estado de "miedo insuperable". "En su situaci¨®n, cualquier persona razonable habr¨ªa actuado de igual forma", se?al¨® Zulueta, bas¨¢ndose en el testimonio aportado el jueves en la vista por dos soci¨®logos de la Universidad Complutense.
"Se trata de una persona que lleva navaja porque eso es algo habitual en el mundo rural en el que se ha desenvuelto siempre. Una persona que viene a Madrid para ver a su novia y que de pronto, de noche, ve c¨®mo unas cinco personas que ¨¦l considera rapados le tiran al suelo sin mediar palabra y comienzan a darle patadas y golpes al tiempo que le dicen que lo van a matar. Como no pod¨ªa huir, se defendi¨® como pudo", destac¨® Zulueta. Su acci¨®n, a?adi¨® el letrado, "no merece ning¨²n reproche penal".
El defensor critic¨® al fiscal por haber centrado sus interrogatorios en si la v¨ªctima y sus amigos ten¨ªan o no est¨¦tica de "cabezas rapadas". En el juicio, un acusado declar¨® que tanto a ¨¦l como a sus amigos, incluida la v¨ªctima, Alberto Guindo, las acciones de los punkis no le causaban simpat¨ªa, en alusi¨®n a la okupaci¨®n de casas.
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