Tiempo
El martes 3, por la ma?ana, el presidente Aznar declaraba haber autorizado el inicio de contactos con interlocutores del Movimiento de Liberaci¨®n Nacional Vasco (MLNV). Dos d¨ªas m¨¢s tarde, el jueves 5, ETA responde con un ambiguo comunicado, fechado el d¨ªa 1 y dirigido al PNV, se?alando que el alto el fuego s¨®lo ser¨¢ definitivo si se acepta el Pacto de Lizarra y amenazando con interrumpir la tregua. Previamente, hab¨ªa se?alado que el alto el fuego era firme y serio, hasta el punto de que si no se llegara a un acuerdo eso no quiere decir que ETA reanudara su campa?a militar. Todo ello muestra no s¨®lo un dialogo de percebes -que, por supuesto, no lo es-, sino tambi¨¦n la enorme complicaci¨®n del juego pol¨ªtico vasco, que, adem¨¢s de un ajedrez, es como el famoso cubo de Rubik: cuando colocas una pieza en su sitio, se te descoloca otra.Efectivamente, desde la declaraci¨®n de alto el fuego de ETA, el 16 de septiembre -cuatro d¨ªas despu¨¦s de la firma del Pacto de Lizarra-, hasta las pasadas elecciones, ¨¦stas eran el referente ¨²ltimo. Y, ciertamente, las elecciones han sido muy importantes. De entrada, porque, a pesar de encontrarse en su mejor momento, el nacionalismo vasco no ha conseguido recuperarse de la constante ca¨ªda y los m¨¢s de 30 puntos de diferencia de hace veinte a?os son hoy poco m¨¢s de 10. Pero, al tiempo, quiz¨¢s por ello, y parad¨®jicamente, la din¨¢mica de polarizaci¨®n espa?olismo-vasquismo, que se inici¨® hace ya casi un a?o, ha acabado fortaleciendo a los dos extremos frente a los flancos moderados. Era l¨®gico: para votar espa?olista, votemos a los que de verdad lo son, al PP; y si hay que votar abertzale, apoyemos a quienes mejor los representan, es decir a EH. Tendremos que esperar a las municipales para saber si esta polarizaci¨®n es coyuntural, pues ha habido mucho voto estrat¨¦gico el pasado d¨ªa 25: socialistas que han votado al PP para fortalecerlo; peneuvistas que han votado EH por la misma raz¨®n, e incluso operaciones a¨²n m¨¢s complicadas, pues los espa?oles, todos, nos hemos hecho polit¨®logos. Pero el resultado es que los dos partidos que tradicionalmente han hecho la bisagra, tanto en el eje nacionalista como en el eje izquierda-derecha, el PSE y el PNV, han salido malparados, y Euskadi es hoy una comunidad mucho menos enfrentada, pero m¨¢s dividida pol¨ªticamente, que hace un a?o.
Esta polarizaci¨®n, que ha sido especialmente beneficiosa para el PP, es, creo, peligrosa, pues es moderando, y no polarizando, como suelen solucionarse los conflictos. Alegrarse de que al PNV le haya salido mal la operaci¨®n cuando a quien le sale bien es a EH no me parece muy inteligente. Y pretender saltar por encima del PSOE, e incluso por encima del PNV, para entenderse directamente con el MLNV es un gambito muy arriesgado, que dar¨¢ grandes beneficios si tiene ¨¦xito, pero grandes disgustos si no lo tiene. Pues, como vemos, las piezas del cubo se mueven solas y, as¨ª, la interlocuci¨®n con EH la niega ella misma, y cuando el Gobierno se dirige a ETA ¨¦sta responde hablando con el PNV. Los actores que se expulsan por la puerta regresan por la ventana.
Todo ello muestra cierto apresuramiento cuando creo que, conseguida la tregua, y con dif¨ªcil marcha atr¨¢s para ETA, no hay tanta prisa. Los sondeos indicaban hace poco que s¨®lo uno de cada tres vascos se sent¨ªa libre para hablar de pol¨ªtica, m¨¢s de un 20% no se atreven a hacerlo jam¨¢s y hemos visto que los consabidos no sabe/no contesta superan en ocasiones el 40% de los entrevistados. Pues, bien, sin la amenaza del terror los vascos comenzar¨¢n a pensar seriamente -hasta hoy no lo han podido hacer- qu¨¦ ganan o pierden con la autodeterminaci¨®n/secesi¨®n, a qui¨¦n beneficia o a qui¨¦n perjudica y qu¨¦ significa una Euskadi independiente o "soberana" en manos de abertzales dispuestos a euskaldunizar todo (y por favor, lean el programa de EH en su web).
Es por ello muy importante la tregua y el tiempo. Tiempo para que maduren las opiniones en un discurso p¨²blico abierto y transparente, para que se suavicen miedos y odios, para que se extingan recelos. La sociedad vasca no ha podido hablar libremente durante m¨¢s de veinte a?os y por ello se desconoce y se ignora. Euskadi necesitaba paz y parece que ya la tiene. Ahora necesita tiempo para que pueda dar sus frutos.
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