Un estudio sugiere que existen factores biol¨®gicos en las conductas lud¨®patas
Los primeros resultados de un estudio que ha iniciado el Hospital de Bellvitge (Barcelona) pone de manifiesto la incidencia de factores biol¨®gicos en los jugadores patol¨®gicos. El estudio, que se encuentra a¨²n en su fase preliminar, se?ala que, como en otros trastornos psicol¨®gicos como la depresi¨®n o la tendencia al suicidio, o en dependencias patol¨®gicas como el alcoholismo, la ludopat¨ªa tiene unos marcadores biol¨®gicos que pueden predeterminar que el individuo sea m¨¢s vulnerable al juego.Estas primeras conclusiones del estudio fueron presentadas por la doctora Pilar Rosel, del departamento de hormonas del Hospital de Bellvitge, durante el simposio internacional sobre juego patol¨®gico y otras conductas adictivas celebrado en ese centro hospitalario. La muestra utilizada hasta ahora ha sido s¨®lo de 12 pacientes de la Unidad de Juego Patol¨®gico del mismo hospital. El estudio de estos individuos ha puesto de relieve que los lud¨®patas presentan un d¨¦ficit en las sustancias de recaptaci¨®n de la serotonina.
El encuentro sirvi¨® para enterrar otro mito en torno a la ludopat¨ªa: el que indicaba la ausencia de conductas suicidas entre los lud¨®patas o las minimizaba. Alex Blaszczynsky, subdirector de la Unidad Docente y de Investigaci¨®n de Psiquiatr¨ªa de la Universidad de New South Wales (Australia), se?al¨® que entre los jugadores patol¨®gicos la tasa de suicidios es diez veces superior a la de las personas sin esta conducta. "El riesgo viene cuando est¨¢n deprimidas, cuando descubren que tienen problemas econ¨®micos, legales o familiares", se?al¨® Blaszczynsky.
La doctora Sue Fisher present¨® un estudio realizado en el Reino Unido en torno al impacto social y el juego legalizado en los ni?os. Este estudio puso de manifiesto que la actitud de los padres en relaci¨®n al juego tiene mucho que ver, como en tantos aspectos de la vida, con las conductas posteriores de los hijos. De los 5.000 ni?os y adolescentes estudiados, un 5% jugaba habitualmente, especialmente a las m¨¢quina tragaperras y la loter¨ªa. En la mayor parte de los casos coincid¨ªa que los progenitores eran tambi¨¦n jugadores o ten¨ªan actitudes blandas respecto al juego. "Los ni?os son especialmente vulnerables para convertirse en jugadores patol¨®gicos", asegur¨® la doctora Fisher.
Aunque el estudio se circunscribe al Reino Unido, Fisher asegur¨® que los datos pod¨ªan ser f¨¢cilmente extrapolables a cualquier sociedad que es tolerante con el juego, como la espa?ola. Por ello, reclam¨® un cambio de actitud entre los adultos respecto al juego. "La gente considera que las m¨¢quinas tragaperras son un juego blando, pero es una v¨ªa muy adictiva para los ni?os", dijo.
El encuentro internacional sobre juego patol¨®gico sirvi¨® para trazar un perfil de los lud¨®patas, que, pese a todo, se presenta como un colectivo poco homog¨¦neo. La mayor¨ªa son hombres, casados, tienen trabajo y con una edad que oscila entre los 30 a los 40 a?os, "aunque cada vez son m¨¢s j¨®venes", indic¨® Angels Gonz¨¢lez, coordinadora de la Unidad de Juego Patol¨®gico del Hospital de Bellvitge, una unidad pionera en Espa?a. Desde su creaci¨®n, en 1987, ha tratado a m¨¢s de 1.500 personas, una cifra considerable si se tiene en cuenta que los que acuden al hospital lo hacen voluntariamente despu¨¦s de reconocer que tienen un problema de adicci¨®n.
Otro estudio ha sacado a la luz diferencias entre los jugadores de m¨¢quinas tragaperras y los de bingos. Los primeros son m¨¢s hostiles, mientras que los segundos son m¨¢s introvertidos e hipocondr¨ªacos. Ambos grupos coinciden en otros aspectos psicopatol¨®gicos como la depresi¨®n, la ansiedad, la tensi¨®n, el aislamiento y la huida de la realidad. Por otro lado, los jugadores patol¨®gicos no son por regla general buscadores de sensaciones. Los que s¨ª lo son cumplen m¨¢s criterios de juego patol¨®gico y de personalidad antisocial. Tambi¨¦n existe una confluencia entre la ludopat¨ªa y el alcoholismo.
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