PGOU
Lo que ha pasado en la calle Alfarnate de M¨¢laga, en la barriada del Tiro de Pich¨®n, puede pasar a la historia general de la infamia urban¨ªstica. Si el barrio de Los Remedios sevillano fue, en los sesenta, el paradigma internacional de c¨®mo no deb¨ªa de ordenarse un espacio vecinal, M¨¢laga no se ha querido quedar atr¨¢s y, en la citada calle, le han levantado a los vecinos frente a su edificio otro que si se asoman al balc¨®n pueden oler la mezcla. Todo esto a mayor gloria de Francisco de la Torre, concejal de la cosa urban¨ªstica, que ha reconocido que la obra es legal pero que la culpa la tiene el PGOU. El PGOU no es ning¨²n arquitecto. El PGOU no es ninguna persona f¨ªsica a la que se la pueda correr a gorrazos desde la Pe?a Juan Breva hasta el chiringuito de Miguelito el Cari?oso. El PGOU es un plan general de ordenaci¨®n urbana y, a la vista de lo que le han puesto delante de las narices a los vecinos de esa calle, hay que deducir que ni ordena ni rige por lo general, para llegar a la conclusi¨®n de que como plan funcionar¨¢ en otras zonas de M¨¢laga pero que ah¨ª, en la barriada del Tiro de Pich¨®n, el tiro le sali¨® a la Gerencia por la misma culata. El error del PGOU, que imagino llevar¨¢ la firma municipal de alguien, ha convertido la vivienda de estos vecinos en una jaula de pichones. Y ah¨ª puede que se encierre el talento creativo de este PGOU: ordenemos esta zona del barrio como un palomar para ser coherentes con el metalenguaje popular y su retranqueo fon¨¦tico. La parida, ya saben. Lo cierto es que la vecina construcci¨®n es tan presionante que una de las inquilinas afectadas asegura que los alba?iles que levantaban el edificio le preguntaban desde el andamio: ?Se?ora, es ya la hora de desayunar? Ni a Paco Leal, con el levante encendido de su humor gaditano, se le puede ocurrir una situaci¨®n m¨¢s tragic¨®mica. Para colmo, el talento inabarcable de Francisco de la Torre, el baranda de la cosa urbana, le dio la opci¨®n a los vecinos de pintar un paisaje en la pared para suavizar el impacto de los ladrillos. Qu¨¦ pedazo de artista. A esa figura se la llama sensibilidad municipal. Un sentimiento pl¨¢stico que pretende maquillar un error de bulto con la brocha gorda del arte sobre un pared¨®n. ?Y por qu¨¦ siempre en casa de los vecinos y no en la de un concejal, Paco?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.