La bomba indonesia

EN MAYO pasado, los estudiantes indonesios encabezaron la revuelta social que acab¨®, no sin sangre, con 32 a?os de dictadura de Suharto, cambiando as¨ª el perfil del sureste asi¨¢tico. A lo largo de esta semana se han repetido en Yakarta las manifestaciones, que ayer lanzaron a la calle a 20.000 prorreformistas y cuya represi¨®n por el Ej¨¦rcito, la m¨¢s violenta desde la primavera, ha dejado 11 muertos y una oleada de inquietud en una regi¨®n desestabilizada por la crisis econ¨®mica. El motivo era el final de una sesi¨®n especial del Parlamento sobre la reforma pol¨ªtica, en la que se ha ratificado la celebraci¨®n de elecciones antes de junio y decidido la limitaci¨®n de los mandatos presidenciales a un m¨¢ximo de 10 a?os. Los todopoderosos militares, sin embargo, mantendr¨¢n sus esca?os.Los reformistas creen que la Asamblea popular (Parlamento) -un residuo de la dictadura que domina el partido gubernamental Golkar, la mayor¨ªa de cuyos 1.000 miembros deben el esca?o a favores del dictador derrocado- busca s¨®lo la legitimaci¨®n temporal del presidente en ejercicio, B. J. Habibie, y es incapaz de adoptar medidas para democratizar el archipi¨¦lago de 200 millones de personas. Dos de ellas en especial: la persecuci¨®n de la familia Suharto por corrupci¨®n y nepotismo y el final de la tutela castrense sobre el proceso pol¨ªtico. Desde el destronamiento de Suharto, las riendas del pa¨ªs est¨¢n en manos de su protegido, el ex vicepresidente Habibie, cuya mayor credencial es gozar del apoyo de la c¨²pula militar que encabeza el general Viranto.

El conflicto pol¨ªtico se maneja mejor en tiempos de bonanza. Pero en Indonesia se juntan decenas de millones de personas lanzadas a la miseria por la mayor crisis econ¨®mica desde su independencia (se estima un crecimiento negativo del 18% este a?o), una corrupci¨®n rampante y una sociedad dividida en campos religiosos o ¨¦tnicos. Este combinado es una bomba de tiempo. Y anticipa las consecuencias devastadoras que podr¨ªa tener defraudar las expectativas democratizadoras.