Muerte al "bakalao"

El bakalao tendr¨ªa los d¨ªas contados si proliferasen bandas como las de Maceo Parker. La gente se dar¨ªa cuenta inmediatamente de que no tiene ni la mitad de gracia bailar al son erre que erre de una m¨¢quina ignorante que al de una t¨®rrida banda de m¨²sicos de carne y hueso, entregados y sin prisas por abandonar el escenario. Justo esas caracter¨ªsticas mostr¨® la que dirigi¨® el antiguo saxofonista de James Brown y George Clinton en el 2? Ciclo de M¨²sicas Creativas y de Ra¨ªz en la Universidad, organizado por el San Juan Evangelista.A las paredes del sal¨®n de actos colegial les faltaba conmoverse con una cat¨¢rtica descarga de funk elaborado punto por punto seg¨²n la receta del abuelo James Brown. Ya antes de empezar la sesi¨®n, las butacas miraban con gesto de culpabilidad, como si se supieran estorbos intrusos en un acto l¨²dico que ten¨ªa por ¨²nico objetivo el baile. El p¨²blico, muy joven en su mayor¨ªa, lo sab¨ªa de antemano y fue tomando posiciones en los pasillos hasta ocupar el mismo borde del escenario. El propio Maceo debi¨® sorprenderse un poco ante una muestra de reconocimiento tan prematura. Cuando son¨®, todas las cabezas se movieron en la misma direcci¨®n. Era el tir¨®n brutal del funk. Y as¨ª permaneci¨® durante casi tres horas y media.

Maceo y los suyos remansaban la atm¨®sfera de vez en cuando con alguna baladita tramposa que explotaba en una nueva andanada de ritmo cuando menos se esperaba, pero lo normal era encadenar series de directos al est¨®mago con ganchos a la mand¨ªbula. Hab¨ªan transcurrido dos horas y todav¨ªa no se hab¨ªan dejado ver ni Charles Sherrell, simp¨¢tico danzar¨ªn y seguidor devoto del estilo vocal de Brown, ni Corey Parker, el rapero hijo de Maceo sobre el que descansa la responsabilidad de poner el grupo al d¨ªa en materia de tendencias urbanas. Por eso extra?¨® que la banda se hiciera tanto de rogar para dar la propina. Corey se tom¨® muy en serio lo del relevo generacional. Demostr¨® que tambi¨¦n tiene fe en la religi¨®n del funk y que, si le dejan, acaba con el dichoso bakalao en cuesti¨®n de minutos.