Marsillach considera "aterrador que la vida acabe siendo un libro"
El director publica su biograf¨ªa "Tan lejos, tan cerca", en la que anuncia que padece c¨¢ncer
Adolfo Marsillach hace suya la sentencia de Sade en la obra de Peter Weiss: "Mi vida consiste en mis fantasmas". A sus 70 a?os, y coincidiendo con el diagn¨®stico de un c¨¢ncer, el escritor, actor y director ha reunido sus fantasmas en la autobiograf¨ªa Tan lejos, tan cerca. Mi vida, que gan¨® el premio Comillas y ahora edita Tusquets. "Soy un maldito perfeccionista que nunca alcanza la perfecci¨®n", ser¨ªa el resumen de su vida que da en el libro. Y por si la cosa no ha quedado clara, cara a cara, a?ade: "La idea de que toda una vida termine siendo s¨®lo un libro me parece aterradora y aplastante".
Con mucha literatura y un humor lleno de l¨²cida iron¨ªa, Marsillach repasa en este libro una vida cargada de aventuras profesionales y sentimentales. En los sectores esc¨¦nicos se comenta abiertamente que Marsillach se dedica a poner a muchas personas como un pingo, pero lo cierto es que leyendo el libro se comprueba que sus calificativos est¨¢n m¨¢s cerca de ser cr¨ªticas caballerosas, excepto raras excepciones, que dardos envenenados. "El libro no es escandaloso en ning¨²n momento, ni respecto a las gentes de mi oficio ni respecto a mi vida sentimental", dice el autor. "Es s¨®lo una reflexi¨®n en torno a mi vida en la que sale gente a la que he conocido y de la que emito juicios que alguien puede vivir como injustos. Pero no ignoro que se est¨¢n produciendo ciertas lecturas en las que hay una importante carga de morbo".Para paliar esa actitud, logr¨® que el libro no llevara ¨ªndice onom¨¢stico: "No es un libro de consulta, es una novela; y es absurdo que alguien busque un nombre para sacar conclusiones que yo no aporto". Adem¨¢s, deja claro que es un libro escrito no s¨®lo para las gentes de teatro: "La gran inc¨®gnita es a qui¨¦n m¨¢s puede interesar. No lo tengo muy claro, pero mi deseo es que el posible ¨¦xito venga por la imagen que tengo, m¨¢s all¨¢ de mi profesi¨®n, y conf¨ªo much¨ªsimo en las se?oras, sobre todo de mi generaci¨®n".
Marsillach cree que "la cultura se salvar¨¢ por las mujeres o no se salvar¨¢", y a?ade: "Y por los hombres que tenemos un punto femenino".
Cuando se le pregunta c¨®mo convive esa mujer que lleva dentro con su confesado machismo, dice: "Me salen gestos machistas que intento reprimir, pero pertenezco a una generaci¨®n determinada y tengo un instinto protector hacia las mujeres que evidentemente tiene su origen en el machismo".
Quiz¨¢ la gran novedad que aporta el libro, adem¨¢s de su condici¨®n de novela divertida e interesante, sea el hecho de que Marsillach confiesa en ¨¦l que se le ha diagnosticado un c¨¢ncer: "No oculto que la noticia de saberme amenazado influy¨® a la hora de escribir mi autobiograf¨ªa, pero tambi¨¦n sent¨ªa la necesidad de hacer balance de mi vida".
Marsillach ha bregado toda su vida con una fr¨¢gil salud, y la dolencia no ha alterado su ritmo de trabajo. Dice que dio a conocer la enfermedad porque "quer¨ªa dejar de esconderme y de obsesionarme con que nadie supiera lo que me pasaba", porque "no estaba dispuesto a que esa primicia la diera un programa que no veo o una revista que no leo", y, sobre todo, "para dejar de enga?ar a gente cercana". Y a?ade: "Hay que empezar a hablar del c¨¢ncer como de cualquier otra enfermedad. Es seria, pero no irreversible. En cualquier caso no me voy a convertir en s¨ªmbolo de nada". Todo esto entronca con su gran preocupaci¨®n: "No quiero ofrecer el espect¨¢culo de mi decadencia. Soy consciente de que no voy a durar mucho tiempo, pero de eso a ofrecer un espect¨¢culo hay un paso que se debe evitar".
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