Los 900 habitantes de la comarca de La Terreta viven con un pie en Arag¨®n y el otro en Catalu?a
La Terreta, nombre con el que se conoce a una zona de la Ribagorza aragonesa situada a caballo de las provincias de Huesca y Lleida, lleva tiempo buscando su identidad. Es una franja de 400 kil¨®metros cuadrados de la que nadie parece preocuparse, especialmente las administraciones encargadas de prestarle los servicios m¨¢s indispensables, lo cual provoca numerosas disfunciones en el quehacer de sus 900 habitantes. Vivir en la frontera no s¨®lo les comporta problemas a la hora de acudir al m¨¦dico o de llevar a sus hijos a la escuela, sino tambi¨¦n a la hora de pagar los impuestos. Ayer se reunieron en Lleida, por tercera vez en un a?o, representantes de las administraciones afectadas.
Adem¨¢s de las disfunciones administrativas que se producen a causa de una indefinici¨®n de l¨ªmites, la vida en La Terreta origina situaciones pintorescas por el simple hecho de depender de cuatro ayuntamientos -los oscenses de Sopeira, Areny y Pont de Montanyana, y el leridano de Tremp, en Pallars Juss¨¤-, dos Diputaciones Provinciales y dos Comunidades Aut¨®nomas. A menudo las administraciones se olvidan de los problemas de los vecinos de esa zona; pero, en cambio, otras veces se muestran tan sol¨ªcitas que acaban duplic¨¢ndose los servicios, principalmente en el transporte escolar. Los vecinos de la comarca natural de La Terreta no se sienten por ahora con fuerzas para reivindicar una situaci¨®n especial, pero s¨ª para denunciar la ambig¨¹edad a la que est¨¢n sometidos por culpa de las comunicaciones y las distancias. Los problemas son comunes en los municipios y agregados afectados cuando se trata de acceder a servicios p¨²blicos relacionados con la sanidad, la ense?anza, la protecci¨®n civil, la recogida de residuos y los transportes. As¨ª, por ejemplo, vecinos adscritos administrativamente a la asistencia primaria de Tremp acuden al m¨¦dico de Areny, en Huesca, y viceversa cuando se trata de asistencia hospitalaria. Lo mismo sucede en el campo de la ense?anza: escolares catalanes estudian en centros de primaria de Arag¨®n y alumnos de secundaria de la parte aragonesa asisten al Instituto de El Pont de Suert. Cuestiones como ¨¦stas y las referidas al censo, al catastro y a los l¨ªmites son las m¨¢s conflictivas. De momento, se ha descartado realizar una nueva delimitaci¨®n territorial porque, al afectar a tantas administraciones, ser¨ªa necesaria la intervenci¨®n del Parlamento espa?ol. Todo ello provoca situaciones tan curiosas como las de algunos vecinos de El Pont de Montanaya que tienen la casa en Huesca y las explotaciones agr¨ªcolas(campos y granjas) en Lleida. Tambi¨¦n resulta c¨®mico lo que le ocurre a otra familia de esta localidad, que cuando est¨¢n todos sus miembros sentados en la mesa los de un lado comen en Arag¨®n y los del otro en Catalu?a. A otro vecino cada a?o le intentan cobrar la contribuci¨®n urbana las dos administraciones y, como es l¨®gico, decide pagar el recibo en Tremp porque le sale m¨¢s barato. Desde hace a?os la Diputaci¨®n de Huesca intenta embargarle los bienes, pero ¨¦l puede justificar que no debe nada a la hacienda p¨²blica. Para analizar las disfunciones existentes y encontrar las respuestas adecuadas en cada caso, ayer se reunieron en Lleida, por tercera vez en el ¨²ltimo a?o, representantes de todas las administraciones y municipios afectados. Luis P¨¦rez de Cossio, director general de Administraci¨®n Local del Ministerio de Administraciones P¨²blicas, dijo que la soluci¨®n pasa por la elaboraci¨®n de convenios entre las diferentes administraciones que tienen competencias en la zona.
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