?Santa madre TV?
Todas las tardes, mi madre, mujer de mucho trabajar y poco gozar, se recuesta en su ¨¢ngulo preferido del sof¨¢ familiar. Con los platos en la cocina, todav¨ªa chorreantes de humedad, espera a la emisi¨®n de su programa favorito, a cuya cita no falta. El nombre de este espasmo televisivo bien podr¨ªa ser: Rumiando con tal, Llorando con cual, Contando mis desgracias a fulana o Mis compunciones, programa presentado por mengano.En estas decapitaciones de finales de siglo rueda la cabeza del sentido com¨²n, la del respeto a los sentimientos ajenos, la de la moral... A manos del morbo, de las guerras de audiencia, de la m¨¢s baja bellaquer¨ªa televisiva, que a fin de cuentas vienen a ser como ciberverdugos sin capucha.
Las esperp¨¦nticas representaciones (con todos mis respetos al loco de Valle-Incl¨¢n) que en estos plat¨®s se realizan en las sobremesas audiovisuales espa?olas conducen a la degradaci¨®n de la, ya muy degradada de por s¨ª, calidad televisiva nacional. Para realizar estas ofensas, que saben a papel cuch¨¦ y a sangre fresca, los dioses de la televisi¨®n se escudan en aquello de que "hay que dar al p¨²blico lo que pide". Pero, y volviendo a mi madre, yo me pregunto: ?ella, despu¨¦s de pasarse no pocas horas fregando suelos, va a sentarse a reflexionar sobre la porquer¨ªa televisiva o se la tragar¨¢ sin m¨¢s?
Con el prop¨®sito de librar a tantas madres que, como la m¨ªa, se pasan sus ratos ociosos siendo idiotizadas por agentes mediocre-visuales sin escr¨²pulos, cuando lo que en realidad intentan es evadirse, aunque s¨®lo sea por unos instantes, de la mon¨®tona realidad que las rodea; me he visto obligado a escribir esta carta. ?Conciudadanos televisivos de toda Espa?a, ved c¨®mo despu¨¦s de la plaga de los reality shows, la de los culebrones, llega otra, ya de todos conocida; este nuevo castigo de la Santa Madre TV se nos impone d¨ªa a d¨ªa, no dej¨¦is que nuestros cerebros se anulen de esta forma!-
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