El mejor campamento en ¨®rbita
La NASA tiene lista la segunda pieza de la ISS para lanzarla el pr¨®ximo 3 de diciembre
Con un a?o y medio de retraso desde el ¨²ltimo empuj¨®n pol¨ªtico y econ¨®mico dado por la Administraci¨®n Clinton al proyecto, la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS) deja atr¨¢s 15 a?os de planes, dise?os, modificaciones tecnol¨®gicas y vicisitudes pol¨ªticas. Por delante queda la hora de la verdad del dif¨ªcil y largo ensamblaje en el espacio de casi un centenar de grandes piezas, decenas de lanzamientos, centenares de horas de paseos espaciales a cargo de los astronautas para ir uniendo el gran mecano que albergar¨¢, con comodidades desconocidas en el espacio hasta ahora, a sucesivas tripulaciones de astronautas.Es el proyecto tecnol¨®gico m¨¢s complejo y ambicioso jam¨¢s emprendido en el espacio, excluido el programa lunar Apolo, pero, a diferencia de ¨¦ste, que era exclusivamente estadounidense, la participaci¨®n de los socios internacionales en la ISS se define como imprescindible.
Todas las miradas que est¨¢n hoy dirigidas hacia el socio ruso y el primer m¨®dulo de la ISS que ¨¦l ha construido, se volver¨¢n hacia el continente americano dentro de un par de semanas, cuando se lance la segunda pieza del campamento orbital, el Nodo-1 de la NASA, desde la base de cabo Ca?averal (Florida).
Los mismos astronautas estadounidenses que llevar¨¢n ese segundo artefacto el 3 de diciembre en el transbordador espacial Endeavour se encargar¨¢n en el mismo vuelo de la primera gran operaci¨®n de montaje de la estaci¨®n, de manera que antes de final de a?o deben estar unidos esos dos pedazos, a los que se ir¨¢n ensamblando otros m¨¢s durante cinco a?os.
El Nodo-1, denominado Unidad, fue colocado ya la semana pasada en la nave dispuesta para el lanzamiento. Otras piezas que deben lanzarse el a?o que viene tambi¨¦n est¨¢n listas o casi listas, y las tripulaciones encargadas de llevarlas y montarlas se entrenan para ello desde hace meses.
Una vez que la primera pieza, el M¨®dulo de Control ruso, est¨¢ en ¨®rbita, pocas modificaciones se pueden hacer al programa: en julio de 1999 llegar¨¢ otro gran equipo clave, tambi¨¦n ruso, el M¨®dulo de Servicio (que ha motivado el ¨²ltimo retraso del proyecto, dado que su construcci¨®n se ha pospuesto varias veces por escasez de dinero) y que debe ser¨¢ el alojamiento provisional de los primeros astronautas que ir¨¢n a ISS para quedarse all¨ª varios meses. Eso ser¨¢ dentro de un a?o o poco m¨¢s.
Sin el m¨®dulo de servicio, con equipos de navegaci¨®n y propulsi¨®n imprescindibles para mantener el conjunto formado en ¨®rbita, el m¨®dulo de control y el pasillo Unidad-1 ir¨ªan perdiendo paulatinamente altura y acabar¨ªan cayendo al oc¨¦ano dentro de unos 500 d¨ªas, por lo que una vez dado el pistoletazo de salida con el primer lanzamiento, la gran maquinaria espacial internacional, con la NASA tirando y empujando de ella, se pone en movimiento empe?ada en este proyecto.
Cr¨ªticas y detractores
Este volcarse en la ISS es uno de los muchos aspectos resaltado por los detractores. Pese a que la NASA destaca los fines cient¨ªficos y los ¨¦xitos que se espera lograr en los laboratorios en ¨®rbita avanzados que formar¨¢n la estaci¨®n, desde la comunidad cient¨ªfica se escuchan desde hace a?os las voces m¨¢s cr¨ªticas.El argumento principal es que el esfuerzo econ¨®mico y organizativo que la NASA realiza en la ISS mina su capacidad de atender otros programas espaciales que, pese a ser mucho menos costosos que el programa tripulado, se ven relegados, cancelados u obligados a hacer econom¨ªas. Muchos investigadores explican que la mayor parte de los objetivos que se persiguen con los astronautas en ¨®rbita se pueden alcanzar mediante robots que hagan el trabajo con gastos y riesgos muy inferior.
Por el contrario, los entusiastas defensores de la estaci¨®n destacan los avances tecnol¨®gicos que implica, los experimentos (sobre todo de biolog¨ªa y f¨ªsica) que all¨ª podr¨¢n hacerse, los beneficios para la industria e incluso, los m¨¢s visionarios, anteponen la necesidad de que la especie humana d¨¦ el salto definitivo hacia fuera, hacia el espacio, con el ojo puesto ya en Marte o incluso la Luna, destinos para los que la ISS ser¨ªa una escala interesante.
Para Clinton, y consecuentemente para al director de la NASA, Daniel Goldin, el proyecto de la estaci¨®n tiene un fuerte contenido pol¨ªtico al ser una pieza importante en sus relaciones con Rusia.
Un trabajo tan encadenado como el de construcci¨®n y montaje de la ISS conlleva un enorme riesgo, no s¨®lo de retrasos y complicaciones casi imposibles de prever, sino que nadie puede descartar un accidente catastr¨®fico que hiera mortalmente al proyecto. "Todo es nuevo... nuevos centros de control, nuevos equipos de tierra, nuevos programas inform¨¢ticos, nuevos lenguajes, nuevos socios internacionales..." ha declarado a The Washington Post Jerry Ross, coronel de la Fuerza A¨¦rea de EEUU.
Pese a que la NASA est¨¢ utilizando el retraso para probar a fondo todos los componentes que tiene preparados, "el mayor riesgo tecnol¨®gico en este programa es la falta de ensayo final de todos los componentes de la estaci¨®n en Tierra", ha se?alado Douglas Stone, vicepresidente de la empresa Boeing, contratista principal del proyecto.
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