La crisis, p¨®stuma de David Crockett
La subasta de un documento hist¨®rico en Los ?ngeles pone en duda el martirio del h¨¦roe
David Crockett no muri¨® repartiendo culatazos en el sitio de El ?lamo, sino que se rindi¨® y fue fusilado por los mexicanos. Esa tesis tiene m¨¢s de siglo y medio de antig¨¹edad, pero jam¨¢s hab¨ªa sido tan aireada en Estados Unidos como esta semana; ?Motivo? La subasta en Los ?ngeles de las memorias escritas en 1840 por el teniente coronel del Ej¨¦rcito mexicano Jos¨¦ Enrique de la Pe?a. El documento, que contradice el dogma de fe norteamericano, fue comprado por dos tejanos por 350.000 d¨®lares. Los compradores informaron que su intenci¨®n es que ese texto her¨¦tico permanezca a buen recaudo en una caja fuerte de probado patriotismo norteamericano.
Remember The Alamo (Recordad El ?lamo) fue el grito de guerra con el que los anglosajones arrebataron en el siglo XIX a mexicanos e indios los territorios del sur y el oeste del actual EE UU. lo que hab¨ªa que recordar es que en 1836 Crockett y 180 valientes m¨¢s resistieron hasta la ¨²ltima bala en la antigua misi¨®n espa?ola de El ?lamo, en San Antonio (Tejas), frente a las 20 veces superiores fuerzas del general mexicano Antonio L¨®pez de Santa Ana. Como en Numancia, Crockett y sus compa?eros prefirieron morir a rendirse. Su sacrificio permiti¨® a las tropas de Sam Houston organizarse y ganar la batalla final por la independencia de Tejas, que se incorporar¨ªa a EE UU.
Pero ahora resulta que la enormidad de libros y filmes que describen c¨®mo Crockett, una vez que se qued¨® sin balas, sigui¨® repartiendo le?azos con su legendario fusil Old Betsy hasta que cay¨® acribillado, est¨¢n equivocados. Ahora resulta que, en el ¨²ltimo instante, solt¨® a Old Betsy y se escondi¨® en un almac¨¦n. All¨ª le encontraron los soldados de Santa Ana. "Yo", les dijo, "estoy aqu¨ª por casualidad. Andaba de paso cuando empez¨® el cerco". Santa Ana mand¨® fusilarlo.
La historia tiene rasgos de verosimilitud. Y no s¨®lo por que el oficial mexicano fue testigo presencial de los hechos, si no porque ya en 1836 el m¨¦dico norteamericano George Patrick cont¨® que un compatriota le asegur¨® que Crockett sobrevivi¨® a la batalla y fue luego fusilado. Esa versi¨®n fue reiterada en 1878 por el historiador Josephus Conn Guild, pero refutada de inmediato por Reuben Marmaduke Potter, que escribi¨®: "David Crockett no se rindi¨® nunca a un oso, un tigre, un indio o un mexicano".
La subasta de las memorias de De la Pe?a ha reabierto la pol¨¦mica. Seg¨²n Joseph Musso, un historiador de Los ?ngeles, el documento es una falsificaci¨®n efectuada en 1955 por un vendedor mexicano de monedas. De igual opini¨®n es el neoyorquino Bill Groneman. En cambio, James Crisp, profesor de la Universidad de Carolina del Norte, afirma: "El documento es aut¨¦ntico".
Crockett, al que encarnar¨ªa en el cine John Wayne, ya era un h¨¦roe nacional antes de lo de El ?lamo. Nacido en 1786 en Tennessee, fue elegido dos veces congresista, pero dej¨® la pol¨ªtica en 1835, cuando perdi¨® las elecciones para un tercer mandato. En su ¨²ltimo discurso, les solt¨® a sus paisanos de Tennessee: "Por m¨ª pueden irse todos ustedes al infierno, que yo me voy a Tejas". Y en Tejas muri¨® un a?o despu¨¦s. Ya no se sabe si como un h¨¦roe o como un cobarde.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.