Relojes mayores con reparos
La rehabilitaci¨®n del Palacio de Correos de Madrid desaloja temporalmente de sus hornacinas las tres grandes esferas
Por primera vez en cuatro d¨¦cadas, el reloj de tres esferas de Correos ha sido sacado al completo de su elevada hornacina. Las obras de rehabilitaci¨®n de la gran torre central del Palacio de Comunicaciones, en la plaza de Cibeles, as¨ª lo han exigido. Por ello la torre del edificio, ideado por Antonio Palacios y Juli¨¢n Otamendi en 1904, muestra desde hace unas semanas los tres enormes huecos que hab¨ªan alojado desde mayo de 1957 las tres esferas de movimiento. Son Inducta y se hallaban conectadas una por una al reloj patr¨®n de Patek Philippe, "la mejor m¨¢quina que existe", seg¨²n asegura Juan Luis de Pablo, de la Uni¨®n Relojera Suiza. Pronto volver¨¢n a su elevado pedestal.Esta entidad supervisa el funcionamiento del reloj, a cargo de Rafael Jim¨¦nez, experto en electr¨®nica. Las tres esferas, explica Jim¨¦nez, son de acero y poseen un leve retranqueado en su superficie, dividida en tres gajos; tienen 2,6 metros de di¨¢metro; las agujas del minutero, 1,56 metros, y las saetas horarias, 1,05 metros. Albergan tubos de ne¨®n para ser iluminadas. Los tubos resultaron afectados como consecuencia de las obras de la torre, iniciadas en abril de 1997, por lo cual han requerido un tratamiento especial para reforzarlos.
La revisi¨®n de las esferas se realiza en los laboratorios de la empresa, en la calle del Pilar de Zaragoza de Madrid. Las esferas est¨¢n siendo all¨ª ba?adas en arena y en algunos elementos anticorrosivos, ya que las palomas, pese a las hileras de ganz¨²as dispuestas por las fachadas, siguen haciendo estragos en las cumbres de Madrid. Van a ser igualmente lacadas de nuevo, con secado al horno, y su torniller¨ªa y maquinaria, inmersas en aceite para evitar la fricci¨®n, revisadas minuciosamente. Cuentan adem¨¢s con un dispositivo especial de memoria que les permite, en caso de p¨¦rdida de alimentaci¨®n el¨¦ctrica, avanzar tres segundos cada segundo de tiempo real y recuperar as¨ª cualquier tipo de atraso.
15 millones de coste
El precio del conjunto al completo no excede de unos 15 millones de pesetas, y su mantenimiento requiere de atenci¨®n constante. La iluminaci¨®n ser¨¢ nueva y correr¨¢ a cargo de la empresa Lumine¨®n, ya que los tubos de ne¨®n dispondr¨¢n de un mayor grosor a partir de su reinstalaci¨®n. "Nada de su fisonom¨ªa de siempre va a ser cambiado, salvo el refuerzo de iluminaci¨®n", se?ala Juan Luis de Pablo. "?nicamente se ha aprovechado la ocasi¨®n para una puesta a punto completa", a?ade. Todo el dispositivo relojero se encuentra unido a una antena de radio Patek que se halla conectada a la radioestaci¨®n alemana de Mainflingen, desde la cual recibe los est¨ªmulos de sincronizaci¨®n que le vinculan a la hora de Europa. Est¨¢ programado de tal manera que puede adaptarse anualmente a los dos cambios horarios oficiales, en marzo y octubre. Su tensi¨®n es superior a los 3.500 voltios, y las agujas se mueven por impulsos de 220 voltios, m¨¢s otros 24 voltios de corriente continua desde los que se activa el corrector de los retrasos, entre otras funciones. Las previsiones para concluir la revisi¨®n de las esferas se ci?en a la fecha del 20 de diciembre. La rehabilitaci¨®n del promontorio central del palacio quedar¨¢ lista, seg¨²n los planes iniciales, en abril de 1999.Otros grandes relojes madrile?os est¨¢n siendo asimismo reparados por la Uni¨®n Relojera Suiza, como es el caso de la esfera del que corona el edificio de la Sud Am¨¦rica, en la plaza de Neptuno. El de la estaci¨®n de Atocha, quiz¨¢ el m¨¢s grande de Espa?a, es cuadrado, y su esfera tiene 6,5 metros de di¨¢metro. Presenta el inconveniente de que no se ve de noche. Los faros que iban a iluminarlo fueron desviados hacia la plaza que se abre a sus pies.
El reloj de Torre Europa, en Azca, posee un carill¨®n con sones para horas diurnas. De los carillones madrile?os, el de la iglesia de San Ferm¨ªn de los Navarros, en la calle de Eduardo Dato, anuncia el chupinazo cada 7 de julio y entona el Pobre de m¨ª cuando las fiestas pamplonesas terminan.
Uno de los que m¨¢s concurrencia convocan, a las doce de la ma?ana, es el de una compa?¨ªa de seguros de la plaza de las Cortes. Un minueto c¨¦lebre y la evoluci¨®n pausada desde un balc¨®n de majas, toreros y chulapos provoca en el centro de Madrid un momento que parece devolver a los que lo contemplan la fascinaci¨®n de la inocencia infantil.
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