Una fusi¨®n que pide tiempo

Pol¨ªtica o ficcci¨®n. La fusi¨®n de las tres cajas de ahorro vascas (Vital, Kutxa y BBK) comienza a ser una historia que se acerca a un final. Cada vez se da un paso m¨¢s en un debate abierto. El ¨²ltimo lo dieron el PSE-EE y el PNV en sus programas electorales para los comicios auton¨®micos del pasado 25 de octubre. Frente a la caja ¨²nica, plenamente integrada, propuesta por los nacionalistas, los socialistas se decantaban por una alianza estrat¨¦gica con un ¨®rgano coordinador. Las dos opciones, que se convirtieron en estrellas econ¨®micas de la campa?a, esperan ahora la formaci¨®n del nuevo Gobierno vasco y a que el proceso, sea uno u otro, se ponga en marcha. En todo caso, la condici¨®n de partida tendr¨¢ que ser la reforma de la Ley de Cajas de Ahorro vasca para permitir y facilitar el proceso. Los partidos no solo se van a tener que poner de acuerdo para formar Gobierno, sino que necesitar¨¢n una mayor¨ªa suficiente en el Parlamento para cambiar esta ley. La nueva legislaci¨®n deber¨¢ modificar la estructura de los ¨®rganos de gobierno de las cajas, probablemente para dar cabida en ellos bien al Parlamento o bien al Ejecutivo aut¨®nomo. Las cajas cuentan actualmente con cuatro ¨®rganos: la asamblea general -donde est¨¢n presentes el presidente, el vicepresidente, el secretario y los representantes de las entidades fundadoras, los impositores, las corporaciones municipales y los empleados-, el consejo rector y la comisi¨®n de control, ambos con respresentantes de todos los colectivos presentes en la asamblea, y, por ¨²ltimo, el comit¨¦ de direcci¨®n. Se trata de una estructura que habr¨¢ que adaptar a la nueva naturaleza de la caja ¨²nica. Una reforma que, por sus implicaciones pol¨ªticas, no parece que pueda abordarse antes de que se constituyan los nuevos ayuntamientos y diputaciones tras las elecciones de junio pr¨®ximo. Los escollos Pero la ley no es el principal escollo del proceso, el problema es el modelo a elegir y el acuerdo entre las fuerzas pol¨ªticas de cada territorio. En las cajas, sea por v¨ªa municipal o sea por v¨ªa de las diputaciones, los partidos de cada territorio juegan un papel esencial. Ahora mismo, si en los ¨®rganos de la caja fusionada estuvieran los mismos partidos que en las tres existentes, habr¨ªa que contar necesariamente con la opini¨®n del PSE-EE, del PNV y de Unidad Alavesa. Sin embargo, las cosas pueden cambiar. En junio de 1999 habr¨¢ elecciones municipales y a Juntas Generales. El mapa pol¨ªtico que resulte determinar¨¢ en buena medida las posibilidades de una fusi¨®n entre las tres entidades de ahorro vascas. Salvada esta nueva piedra en el camino, llegar¨¢ el momento de optar entre el modelo apuntado por el PSE y el recogido por el PNV. Los socialistas buscan un modelo de alianza estrat¨¦gica mediante la creaci¨®n de una nueva entidad financiera a la que ya han bautizado como Caja de Euskadi-Euskal Kutxa. Esta entidad, seg¨²n el dise?o del PSE, estar¨ªa participada de forma proporcional por las tres cajas vascas y se encargar¨ªa de unificar ciertos aspecto esenciales, como el sistema de pagos y la cooperaci¨®n institucional. Junto a ella, en el m¨¢s puro respeto de la Ley de Territorios Hist¨®ricos y la divisi¨®n institucional del Pa¨ªs Vasco, perdurar¨ªan las tres cajas con su propia personalidad jur¨ªdica. Frente a este modelo casi federal de caja, est¨¢ la fusi¨®n plena. Un modelo que, bajo el nombre Caja de Ahorros de Euzkadi, recogi¨® en su programa el PNV y que cuenta con la experiencia de las fusiones llevadas a cabo en 1996 por las cajas municipales y provinciales de cada territorio. Un proceso que se convirti¨® en ¨¦xito y coloc¨® a las entidades vascas, especialmente a la BBK y Kutxa, en posici¨®n de privilegio en el ranking de cajas de toda Espa?a. Pero las experiencias nunca son iguales. Junto a la necesidad de alcanzar una mayor dimensi¨®n juegan ahora la llegada de la moneda ¨²nica, el euro, la reducci¨®n de los m¨¢rgenes financieros, el descenso de la rentabilidad, la mayor competencia y contar con un buen margen de maniobra para gestionar las posibilidades empresariales de Euskadi si la tregua de ETA se convierte en paz. Son buenas razones para la fusi¨®n, aunque no suficientes para hacerla posible. El problema sigue siendo la decisi¨®n final. Como se?alaba el presidente de la BBK, Jos¨¦ Ignacio Berroeta, el pasado 31 de octubre, las claves de la fusi¨®n van a ser determinar la sede, el sistema inform¨¢tico y la persona que vaya a liderar el proyecto resultante. Despu¨¦s de eso, a su entender, est¨¢ todo hecho: "De tres cajas buenas s¨®lo puede salir una buena", se?al¨®. Una vez tomadas las decisiones, hay que enfrentarse a las cuestiones t¨¦cnicas, y estas, como reconoce el propio Berroeta, tambi¨¦n hay que hacerlas bien. Carlos Trascasa, vicepresidente de Boston Consulting Group, considera que el proceso de fusi¨®n habr¨¢ comenzado una vez que los ¨®rganos rectores tomen la decisi¨®n de unirse y se acuerde la denominaci¨®n de la caja, la presidencia de la misma y la ubicaci¨®n de la central. Tres problemas que suelen llevar m¨¢s tiempo del previsto y deseado en las fusiones. Punto de partida Jos¨¦ Ignacio Berroeta (BBK), Fernando Spagnolo (Kutxa) y Juan Mar¨ªa Urdangarin (Vital) est¨¢n, en teor¨ªa, en el mismo punto de partida. En las fusiones bancarias tradicionales entre dos entidades, el presidente m¨¢s veterano ocupa la presidencia hasta su jubilaci¨®n. Sin embargo, las cosas aqu¨ª son distintas. En primer lugar, podr¨ªa llegar un presidente de fuera; ya se baraj¨® la presidencia de la caja ¨²nica como retiro dorado del actual lehendakari en funciones, Jos¨¦ Antonio Ardanza. En segundo lugar, y considerando la dimensi¨®n, el cargo deber¨ªa corresponderle a la BBK. El ¨²nico inconveniente es la fragmentaci¨®n territorial de Euskadi que trata como iguales a los desiguales. Este ¨²ltimo problema se repetir¨¢ a la hora de designar la sede donde, adem¨¢s, jugar¨¢ a favor de Vitoria ser la capital de Euskadi. Resueltos estos escollos, siempre de disputada soluci¨®n, lograr un nombre que satisfaga a todos ser¨¢ una tarea menor. "A la hora de realizar una fusi¨®n entre las cajas de ahorro vascas, no existen realmente un problema t¨¦cnico. Al no haber acciones, no hay problemas sobre su valoraci¨®n. El problema es la decisi¨®n pol¨ªtica. Si hay un ayuntamiento que est¨¢ en contra, mover¨¢ los hilos para impedirla. Si al final se logra la fusi¨®n, el plazom¨ªnimo para completarla en todos sus aspectos ser¨ªa dos a?os.Esto, en un caso de libro. El plazo medio para culminar una operaci¨®n de esta ¨ªndole son cinco a?os, y si las cosas van mal se puede alargar hasta ocho a?os", indica Trascasa. Pero antes de comenzar este plazo incierto, de cara a la galer¨ªa, las cajas ya convertidas en caja podr¨ªan colgar en todas sus sucursales el cartel con su nueva denominaci¨®n. El cliente pensar¨ªa que la fusi¨®n ya ha terminado, pero los implicados y la competencia sabr¨ªan perfectamente que los problemas t¨¦cnicos no han hecho m¨¢s que empezar y que se trata de una buena oportunidad para robar mercado. Primero llegarar¨ªan los auditores para evaluar los activos y las habilidades de cada una de las tres cajas. Una vez que los expertos de fuera hubieran desarrollado su trabajo, bien un grupo de consultores externo o bien un equipo de dentro tendr¨ªa que poner en marcha la verdadera fusi¨®n, la integraci¨®n de tres estructuras distintas, con tres filosof¨ªas diferentes, en una nueva. El primer paso ser¨ªa la inform¨¢tica. Ahora mismo, Kutxa y Vital van de la mano en un sistema inform¨¢tico que ha desarrollado para ellas Servim¨¢tiva, filial de Iberm¨¢tica. La BBK, con igual fortuna de gesti¨®n y eficacia, se ha preparado para el euro y el a?o 2000 con un programa inform¨¢tico independiente, Besaide. ?Cu¨¢l es mejor? Probablemente, ninguno, pero alguien deber¨¢ renunciar al suyo o bien habr¨¢ que crear uno nuevo para la entidad fusionada. Lograda esta integraci¨®n inform¨¢tica, las cajas deber¨¢n, poco a poco, ir integrando sus redes, de forma que logren hacer de tres una.