Roberto Baggio, un poeta en extinci¨®n
Italia celebr¨® ayer con entusiasmo la decisiva prestaci¨®n de Roberto Baggio frente al Madrid. Pero la masiva invocaci¨®n de su nombre en la prensa no lograba ocultar la realidad: lo que representa Baggio est¨¢ en trance de desaparici¨®n en Italia. Nadie como ¨¦l ha sufrido las consecuencias de la involuci¨®n del f¨²tbol hacia la estupidez.Hay mucho de po¨¦tico y dram¨¢tico en la figura de Roberto Baggio, futbolista de la vieja escuela, como lo demostr¨® frente al Madrid. En un partido atolondrado, p¨¦simo en el juego y de l¨ªnea indescifrable, el italiano cambi¨® el signo de las cosas en 15 minutos. Con toda su importancia, los goles dijeron menos que la proposici¨®n de Baggio. Frente al aventado estilo del Inter, Baggio se declar¨® de otro planeta y de otro tiempo, de una ¨¦poca donde se festejaba a los futbolistas delicados, precisos, tranquilos, inteligentes. Y ganadores.
Las cosas que hizo Baggio frente al Madrid no fueron sobrenaturales. Pero s¨ª diferentes a todo lo que se hab¨ªa visto. En lugar de participar en el manicomio general, actu¨® con una naturalidad y una exactitud que resultaron sorprendentes.
Lo dram¨¢tico en Baggio, y aquello que invita a amarlo, es su posici¨®n residual, pero tambi¨¦n su firmeza para resistir las sucesivas cuchilladas que le han asestado sus entrenadores, esos t¨¦cnicos que van con un esquema bajo el brazo y proclaman su entusiasmo por la presi¨®n, el marcaje y el desgarro. De ninguna de esas condiciones participa Baggio, el ¨²ltimo de su especie.
Y Baggio siempre ha marcado diferencias, a pesar de la negaci¨®n de sus entrenadores. A Sacchi le resultaba molesto en el Mundial 94, pero Baggio llev¨® a Italia hasta la final. Capello nunca le encontr¨® un puesto en el Milan. Mazzone le impuso un f¨²tbol primario en el Bolonia, pero Baggio sobrevivi¨® y se gan¨® el coraz¨®n de los aficionados de toda Italia. Acudi¨® al Mundial de Francia por aclamaci¨®n popular, aunque sin la confianza de Cesare Maldini, que aprovech¨® cualquier oportunidad para quitarle y poner a Del Piero en su lugar. Sin embargo, Baggio fue el mejor italiano durante la primera fase del Mundial. No protest¨®, no se quej¨® del da?o que le han infligido sus entrenadores, no se dej¨® llevar por el vedettismo. Lo que hizo con Sacchi, Capello y Mazzone es lo que demostr¨® ayer con Simoni: que el gran futbolista siempre tiene raz¨®n y que casi siempre acude generosamente en rescate de todos esos t¨¦cnicos que le maltratan. Que se lo pregunten a Simoni despu¨¦s del partido frente al Madrid.
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