Dimisi¨®n y democracia

Se dice que un pa¨ªs es maduramente democr¨¢tico cuando el ¨ªndice de responsabilidad pol¨ªtica se mide tambi¨¦n por las dimisiones de sus cargos ante cualquier negligencia grave, o por el ¨ªndice de destituciones en caso contrario. Podr¨ªamos poner varios ejemplos de dimisiones o destituciones en pa¨ªses hist¨®ricamente dem¨®cratas, el caso belga de hace unos meses con la dimisi¨®n del ministro del Interior al comprobarse la negligencia de un polic¨ªa en relaci¨®n con una inmigrante es bastante significativo, pero seguro que en la mente de cualquier ciudadano le vendr¨¢n muchos m¨¢s. De todos es sabido que hay ministerios o consejer¨ªas que no son f¨¢ciles de gestionar, por su complejidad, por su dificultad, etc¨¦tera, o simplemente por su reciente creaci¨®n y un pasado cultural hist¨®rico que se hace dif¨ªcil inculcar a un pa¨ªs que ha vivido casi al margen de una pol¨ªtica ministerial o consejer¨ªa, Espa?a estrena democracia y le quedan a¨²n asignaturas pendientes para avanzar hacia su madurez; es el caso del Ministerio de Medio Ambiente y sus an¨¢logas, las consejer¨ªas. La empresa Boliden Apirsa fue adquirida en el 87 por una multinacional sueca por el precio simb¨®lico de una peseta (pol¨ªtica de desarrollo y creaci¨®n de empleo); posteriormente, el Gobierno central y el Gobierno andaluz le han inyectado dinero suficiente como para crear desarrollo y algo m¨¢s que 540 puestos de trabajo directos; pero seguimos teniendo mentalidad tercermundista, no nos basta con la amarga experiencia que tuvimos con la empresa Gillette, sino que encima reincidimos. El colmo de estas empresas es que encima de tratarnos como a est¨²pidos andaluces y tomarnos el pelo nos contaminan el medio ambiente, nos dejan parados y luego se marchan con el cuento a otra parte, tenemos que seguir aprendiendo a base de errores. La ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, y su an¨¢logo en Andaluc¨ªa, el consejero Jos¨¦ Luis Blanco, deber¨ªan de haber dimitido ante la magnitud del vertido de residuos t¨®xicos y peligrosos provocado por la rotura de la balsa de las minas de Aznalc¨®llar, su descoordinaci¨®n para limpiar lo que nunca se debi¨® permitir, y mucho menos si estaban alertados por los ecologistas -la poblaci¨®n civil siente verg¨¹enza ajena-, y su coordinaci¨®n para tapar los hechos. Es tan evidente que la poblaci¨®n civil proclama su dimisi¨®n o su destituci¨®n. Dos partidos pol¨ªticamente opuestos deber¨ªan enfrentarse entre s¨ª para sacar rentabilidad pol¨ªtica ante la debilidad o errores del otro (juego democr¨¢tico) pero en el caso del desastre de Do?ana (la coordinaci¨®n para la limpieza del vertido provocado por la rotura de la balsa de las minas de Aznalc¨®llar es obligatoria) se ponen de acuerdo para tapar la deficiente pol¨ªtica ambiental y mantenerse en sus puestos; la negligencia de la ministra y del consejero sacada a la luz tras el desastre de Do?ana es tan evidente que no hay excusa para sus responsabilidades pol¨ªticas; la dimisi¨®n es una salida digna y su cese una obligaci¨®n. Nos gustar¨ªa pensar que, a¨²n con asignaturas pendientes, estamos en un pa¨ªs que aprende a dimitir y en el camino hacia la madurez democr¨¢tica.- , miembro de Ecologistas en Acci¨®n.