Adi¨®s a los 'viajes de agua'
El nuevo proyecto de autopistas amenaza la red subterr¨¢nea de canales ideada hace 10 siglos
El futuro de las entra?as de Madrid se ha visto removido esta semana pasada con el anuncio de un proyecto de gran alcance que, de consumarse, las zarandear¨¢ hondamente. Anunciado el lunes 23 de noviembre por Rafael Arias-Salgado, ministro de Fomento, y el alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, el proyecto prev¨¦ adentrar varias autopistas hasta el coraz¨®n de la ciudad.Tal plan implicar¨¢ remover el subsuelo profundo y superficial de la ciudad, deteriorado imparablemente por los subterr¨¢neos del ferrocarril metropolitano, los t¨²neles viarios, las cimentaciones de edificios y los diferentes cableados de tendidos el¨¦ctricos, telef¨®nicos y las canalizaciones de agua.
Precisamente, la m¨¢s veterana de las redes de canalizaci¨®n de agua potable de Madrid, denominada viajes de agua, se ver¨¢ presumiblemente afectada a tenor del trazado previsto para las nuevas subrutas.
Durante nueve centurias, desde el M?yrit de Muhamad al Rahman, mediado el siglo IX, hasta la mitad del XIX, en que se ejecut¨® la tra¨ªda desde el Lozoya, Madrid se abasteci¨® de agua potable por este sistema, de origen persa.
140 kil¨®metros
En Madrid posey¨® hasta 140 kil¨®metros de minas y canalizaciones, como demostraron los estudios iniciados por el profesor Oliver As¨ªn, corroborados por otros especialistas en hidr¨¢ulica y geolog¨ªa del Ministerio de Obras P¨²blicas y profesores universitarios en 1982 y 1985.Su importancia en el desarrollo de la ciudad fue extraordinario: a lo largo de la Edad Media (con 12.000 habitantes en la ciudad), tras la instalaci¨®n de la Corte en Madrid en 1561, durante los siglos XVII y todo el XVIII y hasta bien entrado el siglo pasado, la perfecci¨®n del sistema de canalizaciones de viajes de agua se fue adaptando, por su amplia versatilidad, a los crecientes aumentos de poblaci¨®n. Los viajes fueron construidos como pozos de obtenci¨®n de aguas potables subterr¨¢neas en las zonas acu¨ªferas saturadas de los contornos del norte y el este de Madrid.
"Ah¨ª se captaban las aguas de infiltraci¨®n, mediante minas profundas de 30, 35 metros o m¨¢s", dice Bernardo L¨®pez-Camacho, experto del Canal de Isabel II, director y coautor de uno de los principales estudios de hidrogeolog¨ªa del t¨¦rmino municipal de Madrid, editado en 1986.
"Las captaciones, cuyos pozos de aireaci¨®n eran se?alados en el exterior con capirotes de piedra, se hac¨ªan en promontorios de Fuencarral y Canillas, con desniveles de entre 100 y 80 metros y una pendiente aproximada del 1% respecto a la ciudad", explica L¨®pez-Camacho.
Puertas de la ciudad
"Y las galer¨ªas de conducci¨®n, que part¨ªan en perpendicular al afloramiento, prosegu¨ªan despu¨¦s su curso por una perfeccionada red hasta las puertas de la ciudad", a?ade L¨®pez Camacho.Las puertas estaban en San Bernardo, Quevedo, Alcal¨¢ y otros enclaves. Desde ¨¦stas, nuevas conducciones, abovedadas o no, llevaban el agua hasta morir a las fuentes p¨²blicas o las viviendas. Los t¨²neles ten¨ªan la altura de un hombre y una anchura de unos 60 cent¨ªmetros; se construyeron impermeabilizando su lecho para evitar filtraciones.
"De trecho en trecho se remansaba el agua mediante arcas o cambijas, una suerte de dep¨®sitos subterr¨¢neos en los que se modificaba la direcci¨®n del agua a conveniencia", se?ala L¨®pez Camacho.
El caudal se med¨ªa en reales fontaneros, del di¨¢metro de la moneda llamada real de vell¨®n, explica Mar¨ªa Bascones, coautora con L¨®pez Camacho e Irene de Bustamante del estudio mencionado. La red era constantemente reparada y ampliada, hecho que dificultaba su estudio.
"De prosperar el proyecto de las autopistas, no creo que se vea da?ado por esas aguas subterr¨¢neas", dice el experto. "Ser¨ªa recomendable que se localizaran los viajes de agua mejor conservados para protegerlos y mantenerlos como vestigio hist¨®rico de Madrid", concluye L¨®pez-Camacho.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.