El Gobierno franc¨¦s aplaza su reforma del sector audiovisual
El grupo socialista presiona para regular los medios privados
El Gobierno socialista franc¨¦s ha decidido aplazar la discusi¨®n parlamentaria de la reforma del sector audiovisual. El primer ministro Lionel Jospin, presionado por su mayor¨ªa, decidi¨® pedirle a la ministra de Cultura, Catherine Trautmann, que revise su proyecto y deje la discusi¨®n para la pr¨®xima primavera. El grupo socialista desea una ley m¨¢s radical, que regule el funcionamiento de los medios privados.
La reforma propuesta por Trautmann consiste, b¨¢sicamente, en reducir la dependencia de la televisi¨®n p¨²blica respecto de los ingresos publicitarios; obligar a la Hacienda P¨²blica a asumir el coste de la mengua de ingresos provocada por la reducci¨®n de publicidad; fusionar La Cinqui¨¨me con Arte; y ampliar el mandato del presidente de la televisi¨®n p¨²blica de tres a cinco a?os.Para los Verdes, que forman parte del Gobierno, era imposible votar un proyecto de ley que supone "el asesinato" del servicio p¨²blico. Sus principales reproches se centran en que la financiaci¨®n de la TV p¨²blica pasar¨ªa a depender de la benevolencia del Ministerio de Hacienda y en que la publicidad rechazada por las cadenas p¨²blicas iba a engrosar las arcas, ya rebosantes, de dos canales privados, TF-1 y M 6.
El grueso de los diputados socialistas coincid¨ªa en las cr¨ªticas. Y ha sido la ex-ministra Fr¨¦d¨¦rique Bredin la que ha liderado el movimiento de protesta al que Jospin ha dado la raz¨®n. De momento Trautmann ya ha anunciado que Hacienda acepta abonar, ¨ªntegramente, el monto de todos aquellos jubilados, parados y familias con ingresos muy bajos, que quedan exonerados de pagar el canon -unas 19.000 pesetas anuales- que hay que satisfacer por el mero hecho de tener un televisor, a t¨ªtulo de contribuci¨®n a la televisi¨®n p¨²blica. Esa decisi¨®n equivale a garantizar unos 65.000 millones de pesetas al a?o, es decir, una suma casi id¨¦ntica a lo que la televisi¨®n p¨²blica perder¨¢ en publicidad si la reforma sale adelante.
Los diputados rebeldes han obtenido tambi¨¦n de la ministra el compromiso a una retenci¨®n de naturaleza fiscal sobre los ingresos publicitarios de los canales privados, cantidad que revertir¨¢ a favor de la televisi¨®n p¨²blica. Otra modificaci¨®n aceptada por Trautmann acaba con la explotaci¨®n exclusiva de los canales p¨²blicos que hac¨ªa una sociedad controlada por TF-1 en el sector de televisi¨®n por sat¨¦lite.
Operaci¨®n en TF-1
La vertiente m¨¢s pol¨¦mica del futuro proyecto de ley pasa por la exigencia, expresada por Bredin, de que la reforma no se limite a regular y reorganizar el sector p¨²blico sino que tambi¨¦n debe modificar las normas del sector privado.Bredin reclama que se vuelva a exigir que un mismo propietario o sociedad no pueda poseer m¨¢s all¨¢ del 25% de las acciones de una empresa de televisi¨®n. En 1994 el ministro Carignon acept¨® subir el techo hasta el 49%, y que las empresas implicadas en medios de comunicaci¨®n no puedieran concurrir a los concursos para adjudicar obras p¨²blicas, una enmienda especialmente pensada para recortarle las alas al grupo Bouygues, principal propietario de TF-1. Precisamente, el grupo franc¨¦s Bouygues, presente en la televisi¨®n privada, en el sector de la construcci¨®n y en la telefon¨ªa, tiene un nuevo socio. Se trata de Fran?ois Pinault que, por 95.000 millones de pesetas, se ha quedado con el 12,6% de la sociedad televisiva, porcentaje al que hay que a?adir el 3% que ya hab¨ªa adquirido, discretamente, durante los dos ¨²ltimos a?os. Pinault es el propietario de la FNAC, del semanario Le Point, de los almacenes Printemps y de La Redoute, una sociedad l¨ªder en venta por correspondencia. La entrada en TF-1 de Pinault, que nunca ha ocultado sus simpat¨ªas chiraquianas y su apetito inversor, reduce el control de Bouygues justo cuando acaba de embarcarse en un intento de expansi¨®n asoci¨¢ndose a Rupert Murdoch en un proyecto de televisi¨®n de pago en Italia.
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