El Gobierno indonesio estudia detener a Suharto para investigar su fortuna
ENVIADO ESPECIALEl Gobierno del presidente de Indonesia, Yusuf Habibie, elev¨® ayer las expectativas de quienes exigen el juicio de Suharto cuando anunci¨® que el anterior presidente de Indonesia podr¨ªa ser sometido a arresto domiciliario durante la investigaci¨®n sobre su riqueza. Si Habibie sigue adelante por este camino podr¨ªa liberarse de parte de la presi¨®n estudiantil, aunque los m¨¢s radicales exigen que tambi¨¦n ¨¦l sea sometido a juicio por sus connivencias con el r¨¦gimen.
La suerte de Suharto parece cambiar de d¨ªa en d¨ªa. Ayer fue el secretario de Estado, un cargo de la m¨¢xima confianza del presidente y l¨ªder del Golkar, el partido del Gobierno, Yusuf Habbie, quien insinu¨® que los soldados que ahora custodian a Suharto de las iras populares podr¨ªan convertirse a partir de la pr¨®xima semana en sus carceleros. Su casa de la calle Cendana, cuyo acceso estaba ayer cortado por diversos escudos de agentes antisdisturbios que s¨®lo permit¨ªan el acceso a los vecinos, puede transformarse en una prisi¨®n dorada. Todo depende, seg¨²n el secretario de Estado Akbar Tandjung, de lo que decida el fiscal general, Muhamad Ghalib. "Si ¨¦l considera necesario ese paso... que es necesario poner bajo arresto domiciliario a Suharto, es una decisi¨®n que depende del fiscal".Ghalib tard¨® poco en reaccionar a estas palabras. "Convocaremos a Suharto cuanto antes (...) La pr¨®xima semana, Dios mediante", dijo horas despu¨¦s.
El fiscal general ya se entrevist¨® con Suharto en las ¨²ltimas semanas, siempre en la casa del ex presidente, pero esta vez parece que est¨¢ dispuesto a convocarle a su despacho. La actuaci¨®n del fiscal general ha sido hasta ahora bastante cauta, tanto que el pol¨ªtico islamista Amien Rais, uno de los presidenciables que ha pedido insistentemente el juicio del ex presidente, asegura que Ghalib "parece el jefe de relaciones p¨²blicas de Suharto".
Las palabras de Ghalib y de Tandjung no son pensables sin el visto bueno del presidente Habibie, quien de esta forma trata de contener la presi¨®n creciente de la calle. Los estudiantes, sin embargo, sobre todo los m¨¢s radicales, no ceden. En el juicio a Suharto y su familia quieren ver tambi¨¦n en el banquillo de los acusados al propio Habibie.
Ghalib anunci¨® tambi¨¦n que en sus pesquisas piensa interrogar a varios ministros y ex ministros del Gobierno para que ¨¦stos den cuenta de la actuaci¨®n en el pasado de Suharto. No dio detalles, pero tal medida tiene que provocar a la fuerza escalofr¨ªos en una clase pol¨ªtica que ha aplaudido y se ha beneficiado de los 32 a?os de Gobierno de Suharto. El propio Habibie, prohijado por Suharto cuando qued¨® hu¨¦rfano, lleg¨® al Gabinete en 1978 y estuvo en ¨¦l hasta que en el pasado mayo pas¨® a presidirlo al ceder Suharto a las protestas de los estudiantes. Suharto mantiene que nunca se ha metido un c¨¦ntimo en el bolsillo y que no tiene nada que temer de una investigaci¨®n, por m¨¢s que su abogado amenazara a principios de semana con que si se juzgaba al ex presidente no quedar¨ªa t¨ªtere con cabeza de la antigua clase pol¨ªtica.
Un general pr¨®ximo a Suharto advirti¨® incluso al Parlamento, que a mediados del mes pasado quer¨ªa aprobar una investigaci¨®n sobre el ex presidente, que si lo hac¨ªa Yakarta arder¨ªa.
A los Suharto, padre y seis hijos, se les atribuye una fortuna de 40.000 millones de d¨®lares (unos seis billones de pesetas), obtenida del control de numerosos monopolios y de las comisiones en los contratos con empresas extranjeras que operan en el pa¨ªs, pero el presidente siempre ha negado tener nada que ver con los negocios de sus hijos.
La semana pasada cedi¨® la presidencia de siete organizaciones caritativas con activos por valor de 500 millones de d¨®lares y hace tan s¨®lo unos d¨ªas las autoridades que investigan sus patrimonio encontraron decenas de cuentas en bancos locales con un total de 2,6 millones de d¨®lares.
Tambi¨¦n estos d¨ªas ha trascendido que los Suharto eran propietarios de 2,4 millones de hect¨¢reas de explotaciones forestales cuya propiedad hasta ahora se ignoraba.
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