La Comunidad ha enterrado 440.000 toneladas de residuos peligrosos en San Fernando

A las afueras de San Fernando de Henares, a escasa distancia del parque regional del Sureste, se levantan unas instalaciones p¨²blicas desconocidas para la mayor¨ªa de los ciudadanos. A ellas s¨®lo se puede entrar mediante un permiso expreso de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente y por una ¨²nica carretera de acceso. Una barrera permanece cerrada a cualquier persona ajena a la planta. Se trata del dep¨®sito de seguridad de la Comunidad de Madrid, lugar al que van a parar los residuos industriales m¨¢s peligrosos que se generan en la regi¨®n, incluidas las inocentes pilas que gastar¨¢n los ni?os en las pr¨®ximas navidades. En su explosivo subsuelo permanecen ocultas cerca de 440.000 toneladas de residuos t¨®xicos y peligrosos.

El dep¨®sito de seguridad de San Fernando fue inaugurado en junio de 1987 entre las quejas del vecindario. El alcalde de la localidad, entonces del PCE, lleg¨® a paralizar las obras en persona, y la Comunidad, entonces gobernada por el PSOE, tuvo que imponer su voluntad mediante la aplicaci¨®n estricta de la Ley del Suelo. En juego estaba d¨®nde meter las miles de toneladas de residuos t¨®xicos que cada a?o genera una regi¨®n de cinco millones de habitantes, y que no pueden terminar en un vertedero convencional por los grandes problemas ambientales que ocasionar¨ªan.Ahora, la alcaldesa de San Fernando, Montserrat Mu?oz (IU), sigue oponi¨¦ndose a este vertedero en su municipio y se queja de que incluso ella tiene vedado el paso. "Aunque yo sea la m¨¢xima autoridad de San Fernando, no puedo entrar, a no ser que la consejer¨ªa me d¨¦ un permiso expreso", se lamenta. Asimismo, los t¨¦cnicos municipales, cuando quieren inspeccionar la planta, deben pedir cita a sus responsables para concertar d¨ªa y hora.

Lo primero que llama la atenci¨®n de este vertedero es su limpieza y la falta de olores. M¨¢s que un basurero, parece un campo de f¨²tbol de tierra. Sobre la superficie s¨®lo se descubren bidones en perfecto orden, tierras de diferentes colores (amarillas, rojas, verdes...) y m¨¢quinas hidr¨¢ulicas trabajando. Los operarios, encerrados en cabinas estancas, extraen grandes cantidades de arcillas para enterrar los desperdicios que llegan. De esta forma, se rodea con un manto protector de arcilla cada cargamento.

El complejo, que ocupa 34 hect¨¢reas, aunque s¨®lo tiene construidas cuatro, acogi¨® en su interior el a?o pasado 82.000 toneladas de basuras altamente t¨®xicas, de las que m¨¢s de 20.000 eran residuos de la incineradora de Valdeming¨®mez, planta que a¨²n no tiene d¨®nde echar sus peligrosos desperdicios.

Los residuos son almacenados en los llamados dep¨®sitos de seguridad, asentados sobre superficies arcillosas y que est¨¢n aislados del suelo por una capa de polietileno, recubierta de gravas y nuevas arcillas. El fondo est¨¢ recorrido por una tuber¨ªa de drenaje que vierte directamente los posibles lixiviados sobre una pileta de seguridad. Cuando ¨¦sta se llena, un cami¨®n cisterna transporta el l¨ªquido a la estaci¨®n de tratamiento de Valdebebas, tambi¨¦n de propiedad p¨²blica, donde se destruyen o se env¨ªan al extranjero.

La gran superficie arcillosa natural sobre la que se levantan los dep¨®sitos fue excavada en gran parte durante los a?os sesenta y setenta. El material obtenido fue empleado para la fabricaci¨®n de los ladrillos con los que fueron construidas las urbes metropolitanas del sur de Madrid.

La Comunidad eligi¨®, por la escasa porosidad de los terrenos, las afueras de San Fernando como lugar id¨®neo para levantar el que fue considerado primer dep¨®sito de seguridad de Espa?a. Seg¨²n los t¨¦cnicos regionales, una gota de agua tardar¨ªa cerca de 300 a?os en atravesar un metro de su arcilloso suelo. Se calcula que bajo los dep¨®sitos hay m¨¢s de 35 metros de tierras arcillosas. La instalaci¨®n est¨¢ compuesta, principalmente, por un laboratorio donde se analizan las sustancias, dos grandes dep¨®sitos donde se vierten los residuos tras su an¨¢lisis, una planta para neutralizar algunos de los productos t¨®xicos y una pileta para recoger los lixiviados producidos por el contacto de los residuos con el agua de lluvia.

El an¨¢lisis de las sustancias se lleva a cabo para impedir que dos compuestos incompatibles qu¨ªmicamente entren en contacto. Con ello se evita que se produzcan reacciones que puedan provocar la puesta en marcha de las alarmas medioambientales. Los responsables de las instalaciones saben con bastante precisi¨®n, mediante un sistema de coordenadas, d¨®nde se encuentran todos los elementos que se entierran en el subsuelo.