Coacci¨®n que no cesa

Hace cinco meses y medio que no hay atentados de ETA, pero no todos los ciudadanos de Euskadi son igualmente libres. As¨ª ha venido a recordarlo la campa?a de acoso contra cargos del PP desatada por sectores del llamado MLNV con el pretexto de los presos.En octubre, primer mes de vigencia de la tregua, los actos de violencia callejera producidos en Euskadi fueron seis; en noviembre, 26. Estos ¨²ltimos d¨ªas ha habido ataques contra el establecimiento de un miembro del Foro de Ermua, contra una estaci¨®n del ferrocarril, una sucursal bancaria y el autom¨®vil de un polic¨ªa. Grupos de acoso han entregado de manera ostentosa mensajes amenazadores a concejales del PP y las figuras de otros cargos electos de ese partido han aparecido en pasquines igualmente intimidatorios. Dirigentes nacionalistas democr¨¢ticos, como Garaikoetxea, han advertido que el alto el fuego debe incluir el fin de esta violencia callejera. Pero la direcci¨®n de HB no s¨®lo no la condena, sino que algunos portavoces de la misma la justifican con latiguillos como que "quienes mantienen secuestrados a los presos carecen de autoridad moral para denunciar amenazas". Sin embargo, los presos de ETA no est¨¢n secuestrados, sino pagando las penas impuestas por los tribunales por cr¨ªmenes de extraordinaria crueldad.

La cuesti¨®n, crudamente planteada, es si los pactos de los nacionalistas con HB son compatibles con la persecuci¨®n de los no nacionalistas. En su comunicado de la tregua, ETA advert¨ªa que "ser¨¢ tarea de todos hacer frente a quienes son enemigos de ese proyecto y lo seguir¨¢n siendo. Es hora de la tan poco utilizada persecuci¨®n social". No es posible que partidos democr¨¢ticos sigan conversando como si tal cosa con formaciones que, como m¨ªnimo, no condenan esa persecuci¨®n. Y las instituciones est¨¢n obligadas a intervenir. La explicaci¨®n del consejero de Interior en funciones, Jos¨¦ Manuel Martiarena, de que no hay delito en acosar los domicilios de los cargos del PP es, como m¨ªnimo, poco convincente. Hay pocas dudas de que la Ertzaintza actuar¨ªa si el acosado fuera un dirigente del PNV.