Los puentes del Cabriel y el cierre de la Nacional III
Los autores estiman que se deber¨ªa haber respetado m¨¢s el medio ambiente, logrado m¨¢s seguridad y evitado el despilfarro
Hace poco m¨¢s de un mes, en la secci¨®n Cartas al Director de este mismo diario, un ciudadano titulaba la suya, Autov¨ªa de Valencia y otros desafueros, recordando que al momento de la inauguraci¨®n del ¨²ltimo tramo de la autov¨ªa Madrid-Valencia no faltar¨ªan el reparto de "medallas" de rigor a que tan acostumbrados nos tienen este Gobierno y las cr¨ªticas, tambi¨¦n de rigor, al socialista anterior por el asunto de las Hoces del Cabriel. Sin embargo, el ciudadano firmante de la carta dudaba de que en estos momentos alguien se acordara de los trabajadores muertos en las obras de Contreras v¨ªctimas de la falta de seguridad y las prisas electorales, de las hect¨¢reas arrasadas, del paisaje herido ya de muerte o del car¨ªsimo trazado que ha destruido el primer tramo del viejo puerto de Contreras de Lucio del Valle, obra maestra de la ingenier¨ªa del sigloXIX.Nosotros s¨ª queremos hacerlo, aun a riesgo de que el aparato propagand¨ªstico del Gobierno caiga sobre nuestras espaldas. Recordando que dicha autov¨ªa, sin duda imprescindible, supera los 350 kil¨®metros, de los cuales m¨¢s de 300 se ejecutaron con la Administraci¨®n socialista anterior. Sin embargo, no podemos dejar pasar por alto los graves costes de todo tipo provocados en el ¨²ltimo tramo de la obra, Caudete de las Fuentes-Minglanilla, y en especial los nueve kil¨®metros que atraviesan el embalse de Contreras. Costes en la vertiente econ¨®mica muy por encima tanto de los proyectos t¨¦cnicos como del presupuesto de adjudicaci¨®n, costes ambientales y de seguridad.
El Gobierno ha jugado conscientemente con el inter¨¦s de la opini¨®n p¨²blica por conseguir el cierre de esta autov¨ªa. Y, as¨ª, los enormes da?os medioambientales han pasado inadvertidos. Las prisas nunca son buenas consejeras y el inter¨¦s electoral ha primado sobre cualquier otra consideraci¨®n. Pero la opini¨®n p¨²blica tiene derecho a saber cu¨¢les son esos costes. Debe saber por qu¨¦ el Gobierno ha manipulado la tramitaci¨®n administrativa para conseguir dos modificados de los proyectos originales, superando as¨ª un 40% el presupuesto de adjudicaci¨®n sin pasar a informe del Consejo de Estado, necesario en toda obra que supere el 20% de dicho presupuesto; por qu¨¦ el Gobierno modific¨® la declaraci¨®n de impacto ambiental muy a la baja, reduciendo por ejemplo la prohibici¨®n de voladuras en determinadas ¨¦pocas del a?o de nueve kil¨®metros a tan s¨®lo uno, y por qu¨¦ no ha existido un seguimiento riguroso del cumplimiento de esa declaraci¨®n, que ha sido, incluso siendo poco proteccionista, sistem¨¢ticamente ignorada. No se ha tenido en cuenta para nada la reducci¨®n de los impactos, ni en la selecci¨®n del trazado ni en la definici¨®n de los procedimientos constructivos, ni en la ejecuci¨®n de la obra, a diferencia del proyecto primitivo, que ten¨ªa un programa de seguimiento ambiental que condicionaba toda la obra. Hay que tener presente que el trazado finalmente desarrollado se ubica en una zona de pendientes muy fuertes, donde la morfolog¨ªa no es muy diferente a la de las hoces que hay m¨¢s abajo. Y entre las afecciones m¨¢s graves que han provocado los procedimientos elegidos est¨¢n los viaductos, para los cuales se ha optado por soluciones estructurales con vanos cortos y muchas pilas. Para cimentar cada una de ellas ha sido necesario construir m¨²ltiples caminos de acceso de anchura importante que, en terreno tan abrupto, exigen un trazado en zigzag, lo que lleva a desbrozar y destrozar las laderas en superficie mucho mayor que la ocupada por la propia obra. Igual ha ocurrido con el t¨²nel que atraviesa la isla, ya que para terminarlo antes -otra vez las prisas- se ha atacado por ambos extremos, lo que ha obligado a abrir un largo y tortuoso camino para rodear la isla. Desde el punto de vista de la seguridad, lo m¨¢s grave ha sido el emboquillado del t¨²nel en el lado manchego de la isla, para lo que se ha desmontado un inmenso talud en roca superior a los 40 metros de altura, talud cuya ¨²nica finalidad ha sido disponer de una superficie plana de suficiente longitud para poder montar la estructura del puente que all¨ª se inicia, pues ¨¦ste podr¨ªa construirse m¨¢s r¨¢pidamente si se pod¨ªa lanzar desde sus dos extremos. Entre los caminos y el desmonte, la isla ha sido comida casi por completo. Tampoco ha existido el m¨¢s m¨ªnimo cuidado con los vertidos y las tierras sobrantes se han depositado en el cauce de uno de los afluentes del Cabriel, que ha quedado completamente aterrado. A ¨²ltima hora, se ha contratado un proyecto de recuperaci¨®n que no podr¨¢ ir m¨¢s all¨¢ del "disimulo" ambiental, a la vista del destrozo producido. No es extra?o, pues, que la Uni¨®n Europea haya pedido explicaciones por los graves destrozos ambientales perpetrados.
La ¨²ltima pregunta tiene que ver con el impacto econ¨®mico. ?Cu¨¢nto ha costado el tramo? Seg¨²n el Gobierno, 18.000 millones de pesetas. Todos los expertos consideran que el coste ha sido muy superior y el hecho de que el Gobierno afirme que se precisan un a?o de obras "complementarias", abona esta sospecha. ?C¨®mo se pagar¨¢ a las empresas si se han agotado los procedimientos legales para ello? ?Se pretende hacerlo quiz¨¢ de forma opaca, con cargo a un decreto-ley, el 12/98, que el Congreso de los Diputados convalid¨® con el voto en contra del grupo socialista para ver si as¨ª pasa inadvertido? Ya desde aqu¨ª prevenimos al ministro de Fomento contra dicha maniobra, que vigilaremos escrupulosamente. ?Por qu¨¦ se enga?a a la opini¨®n p¨²blica? ?Por qu¨¦ el ministro de Fomento, en el Parlamento, sigue sosteniendo que el coste es el indicado? Los ciudadanos tienen derecho a saber y el grupo socialista pondr¨¢ en marcha todos los mecanismos legales precisos para conocer la verdad y, si hay un sobrecoste debido a las prisas y urgencias electorales, el Gobierno tendr¨¢ que responder de ello, porque en este tramo se deber¨ªa haber sido m¨¢s respetuoso con el medio ambiente, alcanzado m¨¢s seguridad y evitado el despilfarro. Sobre todo, la seguridad: no sea que por las prisas en ponerse medallas los se?ores del Gobierno nos arrepintamos todos alg¨²n d¨ªa.
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