Osteoporosis: un caso pr¨¢ctico
La idea de patentar un gen humano para obtener un medicamento le parece a mucha gente una peligrosa fantas¨ªa. Si es peligrosa, el tiempo lo dir¨¢. Pero ya se puede asegurar que no es una fantas¨ªa. Lo que sigue es un ejemplo real que los laboratorios SmithKline Beecham empezar¨¢n a ensayar sobre pacientes de osteoporosis.La osteoporosis se debe a la actividad excesiva de unas c¨¦lulas, llamadas osteoclastos, que se ocupan de disolver el hueso controladamente para permitir su crecimiento.
Los cient¨ªficos de Beecham se preguntaron qu¨¦ genes eran responsables de esa actividad excesiva de los osteoclastos. Cada c¨¦lula del cuerpo contiene todos los genes humanos, pero s¨®lo algunos est¨¢n activos. S¨®lo los genes activos fabrican unas mol¨¦culas llamadas ARN, una especie de mensajeros que env¨ªan al lugar de la c¨¦lula donde se fabrican los componentes.
Los investigadores extrajeron todos los ARN de los osteoclastos, y miraron cu¨¢l de ellos era el m¨¢s abundante: el que identificaba al gen m¨¢s activo. Ese gen result¨® contener las instrucciones para fabricar una prote¨ªna que destruye algunas sustancias de los huesos: bingo.
En ese momento, los cient¨ªficos de Beecham patentaron el gen, junto con un procedimiento para utilizarlo en el desarrollo de nuevos medicamentos. Una vez conocida y aislada la prote¨ªna destructora de huesos, el equipo busc¨® y encontr¨® peque?as mol¨¦culas que la inactivaran. Seg¨²n las pruebas en animales, se comportan como poderosos f¨¢rmacos que alivian la osteoporosis.
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