P¨¦rez S¨¢nchez entra en la Real Academia de la Historia
Manuel Carra ingresa en Bellas Artes
El historiador del arte Alfonso E. P¨¦rez S¨¢nchez, director del Museo del Prado durante diez a?os, ingres¨® ayer en la Real Academia de la Historia con una revisi¨®n del pintor Francisco Camilo y la ¨¦poca del Madrid de Felipe IV. Casi a la misma hora, otra academia, la de Bellas Artes de San Fernando, celebraba la recepci¨®n p¨²blica del compositor y pianista Manuel Carra, con un discurso sobre la interpretaci¨®n de la m¨²sica.
El discurso de P¨¦rez S¨¢nchez, catedr¨¢tico de Historia del Arte de la Universidad Complutense de Madrid, se centr¨® en el pintor Francisco Camilo, "artista no de primer orden, pero s¨ª muy representativo de su tiempo, que ocupa un lugar bien digno en la cristalizaci¨®n de los modos plenamente barrocos en la pintura madrile?a". En el libro distribuido ayer con los discursos se reproducen cuadros religiosos de los museos del Prado, Nacional de Arte de Catalu?a, Hospital Tavera, Bellas Artes de Segovia y otros de Estados Unidos.En opini¨®n de P¨¦rez S¨¢nchez, aunque su obra es fundamentalmente religiosa, no hay en la biograf¨ªa de Francisco Camilo nada que se?ale una actitud especialmente inclinada al mundo m¨ªstico, que tantas veces se ha querido ver en la pintura y los pintores espa?oles de su tiempo. "En el mundo, en cierto modo limitado y cerrado, del ambiente art¨ªstico madrile?o en esos a?os dif¨ªciles del reinado de Felipe IV, con problemas econ¨®micos y pol¨ªticos constantes, la trayectoria de Camilo es singular".
En los aspectos puramente art¨ªsticos, dijo que ocupa un lugar muy distinguido en la introducci¨®n del pleno barroquismo en la pintura madrile?a, siendo uno de los primeros en reflejar la influencia de Rubens, y en volcarse hacia la teatralidad, la espectacularidad y el halago de los sentidos que desbordan la pintura de la segunda mitad del siglo, en medida nada inferior a la de Carre?o, Rizi o Herrera el Mozo, artistas que han gozado de mucho mayor renombre.
En museos extranjeros
"Es significativo que algunas de sus mejores obras salieran de Espa?a el siglo pasado y se conserven hoy en museos extranjeros", dijo el nuevo acad¨¦mico. En su contestaci¨®n, Jos¨¦ Manuel Pita Andrade habl¨® de sus aportaciones en el campo de la pintura y el dibujo del Siglo de Oro espa?ol, pero gran parte de su discurso se centr¨® en su actividad como director del Prado y organizador de grandes exposiciones.Casi a la misma hora, Manuel Carra pronunciaba su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, con un recuerdo para Narciso Yepes y Jos¨¦ Cubiles, siendo contestado por Tom¨¢s Marco, uno de los acad¨¦micos que promovieron su nombramiento, junto con Antonio Iglesias y Carmelo Bernaola. Carra dedic¨® su discurso a la interpretaci¨®n en la m¨²sica como instrumentista, en donde se?al¨® la manipulaci¨®n a la que est¨¢n sujetas las obras musicales por parte de los int¨¦rpretes, debido a la imposibilidad del compositor de expresar en las partituras todo lo que en ese momento est¨¢ concibiendo. "Cada int¨¦rprete tiene la obligaci¨®n de definir, acabar, explicitar en el plano de la realizaci¨®n sonora todo aquello que en el plano de la graf¨ªa no pod¨ªa estar m¨¢s que insinuado".
En este sentido, explic¨® con ejemplos la tendencia de los compositores, desde el siglo XVIII, con Mozart, a precisar m¨¢s y mejor sus intenciones a trav¨¦s de textos cada vez m¨¢s completos y minuciosos, aunque "el int¨¦rprete no puede ser nunca un mero ejecutante que se limita a tocar sumisamente transformando en sonidos con la mayor precisi¨®n los signos e indicaciones impresos en la p¨¢gina de m¨²sica".
Tom¨¢s Marco dijo, en su respuesta, que Carra pertenece "a esa raza de int¨¦rpretes, que para bien de la m¨²sica empieza a ser nutrida, que son excelentes artistas y verdaderos intelectuales".
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