La asociaci¨®n contra el c¨¢ncer obliga a dimitir a su director general
La AECC propone auditar los ¨²ltimos cinco a?os de la gesti¨®n de Alba
Altos cargos de la Asociaci¨®n Espa?ola Contra el C¨¢ncer (AECC) han obligado a dimitir a su director general, Ricardo Alba, y han anunciado una auditor¨ªa sobre los ¨²ltimos cinco a?os de su gesti¨®n. La AECC afronta as¨ª la crisis originada tras las "lagunas financieras" observadas por la Comisi¨®n Europea en la gesti¨®n espa?ola de los 700 millones donados para combatir el c¨¢ncer en Latinoam¨¦rica mediante el programa ALICC.
Un comunicado hecho p¨²blico ayer por la Asociaci¨®n da cuenta de que la dimisi¨®n fue presentada en la noche del pasado viernes y de que ser¨¢ comunicada al Consejo Ejecutivo Nacional del pr¨®ximo d¨ªa 28. La presidenta, Esperanza Macarena Arag¨®n, anunci¨® tambi¨¦n que una comisi¨®n de expertos estudiar¨¢ la gesti¨®n de Alba durante los ¨²ltimos cinco a?os. "Los resultados de esta investigaci¨®n, que ser¨¢ transparente", a?ade, "se har¨¢n p¨²blicos y permitir¨¢n a la Asociaci¨®n ejercitar las acciones legales que, en su caso, procedan".Concluye as¨ª la pol¨¦mica gesti¨®n de un hombre que, hasta que muri¨® Mar¨ªa Fernanda M¨¦ndez-N¨²?ez, condesa de Elda, fue todopoderoso en la Asociaci¨®n. Alba, un maestro nacido en Toledo, conoci¨® a la arist¨®crata cuando compart¨ªan militancia en Fuerza Nueva, el partido ultraderechista de Blas Pi?ar. Cuando ella accedi¨® a la presidencia, hace ahora nueve a?os, le nombr¨® primero presidente del voluntariado y despu¨¦s director general de la ONG m¨¢s poderosa del pa¨ªs, con un sueldo cercano a las 400.000 pesetas mensuales, una vivienda a cuenta de la asociaci¨®n y plenos poderes para hacer y deshacer.
"Conf¨ªo plenamente en ¨¦l", dijo la condesa de Elda a la Junta Directiva. Nadie cuestion¨® su fulgurante ascenso. Porque nadie pon¨ªa en duda ninguna decisi¨®n de la presidenta m¨¢s entregada y eficaz de toda la historia de la AECC. Por eso tampoco se levant¨® la voz cuando Alba se autoadjudic¨® en usufructo un lujoso piso en el centro de Madrid donado a la Asociaci¨®n por dos hermanas que murieron sin herederos. Y nada sospecharon cuando la presidenta, ya enferma, regres¨® de Houston, y ¨¦l dijo: "Nada preocupante. Se recuperar¨¢ pronto". Hasta que un d¨ªa, uno de los m¨¦dicos de la Asociaci¨®n se encontr¨® casualmente en el aeropuerto de Barajas (Madrid) a la hija adolescente de la condesa de Elba tirando de una silla se ruedas. En ella iba la presidenta gravamente enferma de c¨¢ncer, hemipl¨¦jica y expres¨¢ndose dificultosamente con monos¨ªlabos. La sorpresa fue monumental. Tanto, que tendieron a Alba una trampa. Llamaron para interesarse por la salud de la condesa. El gerente contest¨® con la confianza de siempre: "Estupendamente. Se recupera muy bien. Esta tarde hemos estado de compras en unos grandes almacenes".
Algo pasaba. El m¨¦dico se lo comunic¨® a la Junta Directiva. M¨¢s de uno empez¨® a atar cabos. A veces intentaban hablar con ella y siempre se cortaba la comunicaci¨®n. "Hay que ver lo mal que funcionan los m¨®viles, porque yo hablo con ella todos los d¨ªas", dijo Alba a un presidente provincial. En medio de esta situaci¨®n confusa, el m¨¦dico Gabriel Farante, enviado por la UE para inspeccionar la gesti¨®n de los primeros 700 millones de pesetas entregados a Espa?a para prevenir el c¨¢ncer en Latinoam¨¦rica, coment¨® al m¨¦dico Hern¨¢n Cort¨¦s-Funes, jefe de Oncolog¨ªa del Doce de Octubre de Madrid: "No hab¨¦is salido bien parados de la auditor¨ªa que os hemos hecho". Cort¨¦s no sab¨ªa de qu¨¦ le hablaba y le pidi¨® una copia: all¨ª constaba que Espa?a gestionaba el programa ALICC a trav¨¦s de una cuenta que la Asociaci¨®n desconoc¨ªa, y de la que s¨®lo ten¨ªan informaci¨®n Alba y un tesorero nombrado por ¨¦l. Tambi¨¦n se destacaban reuniones poco justificadas en hoteles de lujo, billetes en primera clase, toneladas de folletos inservibles en muchos casos, se reiteraban que la mayor parte del dinero de la UE permanec¨ªa en Espa?a.
El conocimiento de los manejos de Alba en ALICC caus¨® estupor. Varios miembros de la Junta Directiva declinaron ante notario cualquier responsabilidad. Por ejemplo, sobre el dato de que la partida m¨¢s cuantiosa del programa -dos talones por valor de 22 millones de pesetas- se destin¨® precisamente a la impresi¨®n de los folletos criticados en la auditoria. Dichos folletos fueron cobrados por la empresa Capital 25 Marketing y Publicidad SL, inscrita en el registro mercantil de Pozuelo (Madrid) justo cuando se recibi¨® la primera remesa financiera de la Uni¨®n Europea. Como administradora ¨²nica figura Mar¨ªa Soledad de Montes Jovellano-Cuesta, una vieja amiga de Alba de los tiempos de Fuerza Nueva.
Paralelamente, I.G., empleada de la asociaci¨®n, no comprend¨ªa por qu¨¦ se rechazaba la oferta de papel gratis y de mejor calidad que hizo la papelera Torras para facilitar l impresi¨®n de folletos . Demasiadas sombras. Tantas que Alba se vio obligado a exhibir una carta mecanografiada de dos folios en la que la condesa de Elda dec¨ªa: "Mantengo conversaciones diarias con Ricardo Alba. A lo largo de estos nueve meses del a?o, en la que mi participaci¨®n ha sido nula, he podido comprobar que la estructura del equipo de trabajo ha funcionado perfectamente (...). Mi felicitaci¨®n m¨¢s sincera como m¨¢ximo responsable a Alba y a todo el personal, porque est¨¢n realizando un extraordinario esfuerzo".
El problema era la fecha, el 18 de septiembre de 1997, un a?o antes del fallecimiento de la presidenta. Y la firma, perfecta, sin trazos irregulares que delataran a una enferma en fase terminal. La casualidad volvi¨® a jugar contra Alba. Dos d¨ªas antes, el conde de Elda hab¨ªa comentado al conde de Coria, secretario de la AECC durante ocho a?os, que su mujer estaba muy mal, que no pod¨ªa coger un l¨¢piz desde hac¨ªa meses y mucho menos escribir un par de s¨ªlabas. Fue entonces cuando el doctor Hern¨¢n Cort¨¦s Funes, jefe de del Departamento de Oncolog¨ªa del Hospital Doce Octubre de Madrid, present¨® una demanda contra la directiva de la Asociaci¨®n por supuesta falsificaci¨®n de firma, usurpaci¨®n de funciones, ocultaci¨®n de datos financieros y gesti¨®n irregular. Fue entonces tambi¨¦n cuando los hist¨®ricos fueron apartados por Alba de la Junta Directiva y se dio paso a cinco nombres nuevos. Dos de ellos, la presidenta y el vicetesorero, Te¨®filo Hern¨¢ndez, han optado por la dimisi¨®n.
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