?Qu¨¦ hubiera pasado si??
'Historia virtual' propone diversos escenarios alternativos para interpretar los grandes hechos del pasado
La realidad virtual, la frase demo da en este fin de siglo, ha alcanzado tambi¨¦n a la historia. Un grupo de acad¨¦micos dirigidos por el historiador brit¨¢nico Niall Ferguson propone una reinterpretaci¨®n de los hechos del pasado bajo el criterio de que la historia es imprevisible y nunca inevitable. Ferguson y sus colegas hacen una cr¨ªtica demoledora de siglos de determinismo hist¨®rico —"?Cu¨¢ntos verdugos han actuado en su nombre!"— y ofrecen un enfoque mucho m¨¢s pr¨®ximo a las ¨²ltimas tendencias de la ciencia como es la teor¨ªa del caos. Sus ensayos han sido recogidos en el libro Historia virtual, que en enero publicar¨¢ la editorial Taurus, con el a?adido para la edici¨®n espa?ola de dos trabajos de los historiadores Santos Juli¨¢ y Juan Carlos Torre. En ellos reexaminan la interpretaci¨®n convencional de hechos como la muerte de Kennedy o el fin de la URSS pasando por la guerra civil espa?ola, con un m¨¦todo in¨¦dito: responder a la pregunta de que hubiera pasado si JFK hubiera vivido, si Gorbachov no hubiera existido o s¨ª fue posible la paz en la Espa?a de 1936.
En su introducci¨®n, subtitulada significativamente Hacia una teor¨ªa ca¨®tica del pasado, Ferguson, profesor de Historia Moderna en Oxford, argumenta contra las teor¨ªas deterministas de la historia —ni Dios ni la Raz¨®n ni Marx han escrito el destino de la humanidad— y la concatenaci¨®n sin m¨¢s de causas y efectos para reivindicar el papel de lo imprevisto, del error individual, de la posibilidad de un final diferente de los acontecimientos hist¨®ricos.
No obstante, Ferguson no pretende que el historiador se convierta en novelista. El planteamiento de escenarios alternativos, los llamados "contrafactuales" utilizados desde hace a?os por los historiadores econ¨®micos, deben ser escenarios contemplados y documentados por los contempor¨¢neos de los hechos como una alter nativa m¨¢s probable en su momento que la que ocurri¨® finalmente. Y servir para someter a prueba una hip¨®tesis hist¨®rica, es decir, para medir lo ocurrido.
En este sentido, Historia virtual propone, entre otras, las siguientes alternativas: ?qu¨¦ hubiera ocurrido si el Reino Unido no hubiera entrado en guerra en 1914, s¨ª Hitler hubiera derrotado a la URSS o si hubiera fracasado el golpe de Per¨®n? As¨ª, por ejemplo, en el cap¨ªtulo dedicado a Kennedy, la historiadora norteamericana Diane Kunz sostiene que JFK fue un presidente "mediocre", cuyo asesinato no supuso una "tragedia" por que, entre otras cosas, todas la pruebas apuntan a que, de haber vivido, "no se hubiera jugado su futuro pol¨ªtico por los derechos civiles", y que "americaniz¨® la guerra de Vietnam"en su af¨¢n por ganar la guerra fr¨ªa.
Mark Almond, profesor en Oxford, afirma en su ensayo, titulado 1989 sin Gorbachov, que "la pobreza y la inmovilidad son los secretos de la supervivencia (del comunismo), no las causas de su ca¨ªda", como ilustran Cuba y Corea del Norte, y que el fin de la URSS no se debi¨® a "criterios econ¨®micos objetivos", sino a "los falsos an¨¢lisis intelectuales y expectativas de la ¨¦lite sovi¨¦tica", de los que participaba Gorbachov, que acab¨® siendo "v¨ªctima de su propia propaganda". Almond se pregunta tambi¨¦n: "?Por qu¨¦ renunci¨® el Kremlin a su imperio de forma tan pasiva?", y concluye que "el mantenimiento del bloque sovi¨¦tico no habr¨ªa originado muchas lamentaciones en el establishment pol¨ªtico de Europa y EE UU", como de muestran las declaraciones de Mitterrand, Kohl, Andreotti o Bush a prop¨®sito de la reunificaci¨®n alemana o de Tiananmen.
Santos Juli¨¢, por su parte, arre mete contra la interpretaci¨®n meta f¨ªsica de la historia de Espa?a "como anomal¨ªa, como fracaso" y contra la met¨¢fora de las dos Espa?as —en breve, contra el t¨®pico de que "como la guerra civil escindi¨® a Espa?a en dos, la escisi¨®n de Espa?a en dos fue la consecuencia de la guerra civil"— para defender y demostrar que "ni era necesario que la monarqu¨ªa de Alfonso XIII diera paso a una dictadura ni era inevitable que un golpe militar de se desencadenara la guerra civil".
En su opini¨®n, fueron, por el contrario, el golpe de Primo de Rivera y la guerra civil las verdaderas rupturas en la continuidad de la historia moderna de Espa?a. En el primer caso, afirma, fue la propia clase pol¨ªtica de la monarqu¨ªa quien puso en peligro a la instituci¨®n al optar por la dictadura, y en el segundo, se debi¨® m¨¢s a la fragmentaci¨®n de los partidos que a la polarizaci¨®n social el que no se hallase una soluci¨®n pol¨ªtica a la intervenci¨®n militar. Santos Juli¨¢ estira el argumento contrafactual para contemplar una Espa?a sin guerra civil que hubiera mantenido su neutralidad durante la II Guerra Mundial y en la que no se hubieran abortado los procesos de modernizaci¨®n de la sociedad iniciados en la II Rep¨²blica.
El uso de contrafactuales ha generado controversia entre los historiadores pol¨ªticos, ya que algunos consideran que son s¨®lo un juego intelectual. El propio Santos Juli¨¢ advierte contra la tentaci¨®n de exagerar "el valor de las de cisiones individuales y el testimonio de los testigos de los hechos", tantas veces enga?osos. Javier Tusell admite "que la historia es producto no s¨®lo de la memoria, sino tambi¨¦n de la imaginaci¨®n", pero distingue entre "contrafactuales buenos y malos". Ejemplo del primero ser¨ªa la hip¨®tesis de "Don Juan, rey de Espa?a en 1946, algo que pareci¨® viable a las grandes potencias y que no se llev¨® a cabo por la personalidad individual de Franco". Y del segundo, este silogismo: "Si no hubiera muerto Carrero Blanco no hubiera habido transici¨®n, luego le debemos a ETA la transici¨®n".
Juan Pablo Fusi destaca como valor principal de Historia virtual el "obligar a la gente a pensar que siempre ha habido alternativas veros¨ªmiles a los hechos considerados inevitables", y cr¨ªtica la tendencia de "enfrentarse a un hecho del pasado en t¨¦rminos de categor¨ªa hist¨®rica y concluir, por tanto, que era necesario que ocurriera". Y pone de ejemplo el hecho de "que nadie ve irremediable el que la fundaci¨®n de ETA en 1959 diera lugar a la organizaci¨®n que hemos conocido despu¨¦s".
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