Yo lo veo as¨ª (I)
Uno de los nuevos, y tan badenpowells, anuncios de la Compa?¨ªa Telef¨®nica dice exactamente: "Queremos ver las cosas como t¨² las ves". No me lo dir¨¢n dos veces. Para la mayor¨ªa de la gente, la compa?¨ªa es una empresa antip¨¢tica y molesta, que da muy poco por lo mucho que se lleva. Yo estoy entre esa gente y tengo una larga lista de agravios, antiguos y modernos. Pero no es la ocasi¨®n de hacerlos p¨²blicos. S¨®lo quiero explicar c¨®mo veo una cosa y c¨®mo la ve la compa?¨ªa, alentado por la garant¨ªa publicitada de que la compa?¨ªa acabar¨¢ vi¨¦ndola como yo y actuar¨¢ en consecuencia. La telefon¨ªa digital -ya estoy entrando en materia- ha tra¨ªdo grandes novedades. Todas buenas. Pero una de las m¨¢s inmediatas ha sido la de poder saber qui¨¦n est¨¢ llamando a casa o a tu coraz¨®n: en la pantalla de la mayor¨ªa de m¨®viles o de algunos -pocos- tel¨¦fonos fijos aparece el n¨²mero desde donde se realiza la llamada. Es muy c¨®modo. De peque?o ya era bastante se?orito y siempre fantaseaba con poder discriminar cuando sonaba el tel¨¦fono: levantarlo con las chicas y dejarlo sonar eternamente en el limbo, cuando telefoneaba la t¨ªa abuela, tan cari?osa y prolija. Hace poco, sin embargo, tuve una experiencia que verdaderamente me llev¨® a apreciar el invento. Empezaron a llamar a casa de madrugada, con el consiguiente sobresalto. Llamaban y colgaban, aunque ya te hab¨ªan jodido. El insomnio, como el aburrimiento, es altamente creativo. Repas¨¦ las posibilidades de respuesta de que dispon¨ªa y habl¨¦ con una operadora de la compa?¨ªa para explicarle el caso y saber qu¨¦ se pod¨ªa hacer. Era de la compa?¨ªa, pero amable e inteligente. -?Tiene m¨®vil? -S¨ª. -Antes de irse a dormir desv¨ªe las llamadas del fijo al m¨®vil. En la pantalla le aparecer¨¢ el n¨²mero del indeseable. Aquella noche apenas dorm¨ª. Todo estaba preparado. Pero nadie llam¨®. No fue hasta dos noches m¨¢s tarde que cay¨® la presa. El ring estruendoso esparc¨ªa la zozobra: yo sonre¨ªa ante la pantalla iluminada. Ah¨ª estaba, injurioso, bien visible, por completo indefenso, el n¨²mero 93330.... Me levant¨¦ con un gran alivio: el n¨²mero no correspond¨ªa a nadie al que yo debiera nada. Tengo una buen memoria num¨¦rica y anduve un rato por la casa tratando de saber por qu¨¦ aquel n¨²mero me era familiar. Tuve un presagio o quiz¨¢ fuera Dios que me telefoneaba: me fui con el coraz¨®n muy agitado hasta el armario, tumb¨¦ todos los listines hasta dar con las p¨¢ginas amarillas, busqu¨¦ las empresas de radio-taxis y ah¨ª estaba el p¨¦rfido 93330..., a nombre de una conocida empresa de radiotaxis. Record¨¦, claro. Las llamadas hab¨ªan comenzado despu¨¦s de un leve incidente nocturno. Una noche de lluvia, con pocos taxis. Hab¨ªa llamado al 330... y el taxi no ven¨ªa pasados muchos minutos. Quien ten¨ªa que cogerlo opt¨® por arriesgarse en la calle y obtuvo ¨¦xito inmediato. Llam¨¦, anul¨¦ el servicio y me contestaron que estaba doblando la esquina. Me excus¨¦ hasta un cierto punto y colgu¨¦ antes que ellos. Despu¨¦s de la caza, mantuve la trampa abierta otras noches m¨¢s. Las llamadas continuaron. En cierto modo las esperaba: el momento en que la pantalla se despertaba y mostraba el n¨²mero presuntamente alevoso lleg¨® a estar dotado de una cierta fascinaci¨®n: "Mira c¨®mo se distrae el tiparraco...", pensaba yo, con la lengua arriba y abajo de los labios. Al final no hice nada. Hab¨ªa evaluado las posibilidades de sacarles alguna pasta, por allanamiento de morada o estupro del sue?o. Pens¨¦ en pedirles taxis falsos cada noche, con la ayuda de algunos ciudadanos. Pens¨¦ en devolverles la llamada o en tener una conversaci¨®n cara a cara con el due?o. Pero, en realidad, ya lo he insinuado, experimentaba una profunda paz interior. Haber cazado a un extra?o, a un est¨²pido vengador de un nimio taxi perdido, me produc¨ªa una gran paz interior. Por un momento pens¨¦, incluso, que no ten¨ªa m¨¢s enemigos que ¨¦stos. No hice nada hasta hoy. Hab¨ªa descubierto al malvado gracias a un sutil avance tecnol¨®gico: ?c¨®mo no creer en el progreso?. Sin embargo, este paso adelante de la Humanidad est¨¢ en peligro. No me queda espacio para describir por qu¨¦ y habr¨¢ que esperar a una pr¨®xima entrega.
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