Se chuta como se torea
Enrique Ponce y Jos¨¦ Tom¨¢s obtuvieron la aprobaci¨®n del tendido en el Real Madrid-Atl¨¦tico
Hay un dicho taurino que tras siglos de acumulada casu¨ªstica adquiri¨® categor¨ªa de axioma: "Se torea como se es". Y ahora ha pasado al f¨²tbol: se chuta como se torea. No hab¨ªa m¨¢s que verlo: iba el juego por la vanguardia atl¨¦tica y all¨ª andaba Jos¨¦ Tom¨¢s, atento, templado, en su sitio, con su toque y con su arte. Iba por la vanguardia madridista, y all¨ª iba Enrique Ponce, hecho un puro nervio, veloz, sin dar bal¨®n por perdido -como suele con los toros-. sudando la camiseta.Los jugadores de plantilla ten¨ªan otro ritmo: ellos saben. Y as¨ª, en un pase a Jos¨¦ Tom¨¢s, Iv¨¢n Campo le quit¨® el bal¨®n, luego le hizo un ca?o. Un flagrante caso de abuso. Y as¨ª, en una progresi¨®n de Etoo, que lleg¨® al primer palo y pas¨® raso atr¨¢s, Enrique Ponce perdi¨® el norte de la jugada y se peg¨® un batacazo. Un caso evidente de falta de respeto. Iv¨¢n Campo se aprovech¨® de la inocencia de Jos¨¦ Tom¨¢s. Etoo debi¨® explicar antes a Enrique Ponce por d¨®nde iba a mandar el bal¨®n o mandarle recado a su mozo de espadas.
REAL MADRID 0
ATL?TICO 2Real Madrid: Illgner (Iker Casillas), Rojas, Hierro (Iv¨¢n Campo), Fernando Sanz (Karanka), Jarni; Jaime (Seedorf), Guti; Ra¨²l, Enrique Ponce (Edgar, m. 56)., Morientes (Amavisca) y Etoo. Atl¨¦tico de Madrid: Molina (Jaro); Aguilera (Gaspar), Santi, Chamot, Geli; Mena (Valer¨®n), Bejbl, Fortune, Baraja Jos¨¦ Tom¨¢s (Lard¨ªn, m.47) y Correa. 0-1. Minuto 55. Roberto, de un gran cabezazo, a centro de Fortune. El bal¨®n toca en el larguero y cae al fondo de la red. 0-2. Minuto 57. Preciosa jugada del Atl¨¦tico, con taconazo de Correa dentro del ¨¢rea para Valer¨®n. ?ste se deshace a la vez de Rojas y del portero con un magn¨ªfico regate y marca a placer. ?rbitro. Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa Aranda. No mostr¨® ninguna tarjeta. 60.000 espectadores en el estadio Bernab¨¦u. El partido fue promovido por Canal +, la cadena SER y el diario As. La recaudaci¨®n se destinar¨¢ a las v¨ªctimas del hurac¨¢n Mitch.
No se crea que Jos¨¦ Tom¨¢s y Enrique Ponce dieron la nota; antes al contrario, trenzaron sus jugaditas, menudearon cesiones (tambi¨¦n llamadas entregas), remataron si se lo permit¨ªa Dios, y una vez que Dios se lo permiti¨®, Tom¨¢s prob¨® la suerte suprema, marc¨® el volapi¨¦, y si no consum¨® la estocada se debi¨® a que el dicho pie le vol¨® demasiado.
M¨¢s faenas, con sus goles, habr¨ªan conseguido Enrique Ponce y Jos¨¦ Tom¨¢s, si los jugadores de plantilla se hubieran preocupado de conocer su escuela y entender su estilo. Quer¨ªan que actuaran siempre por los adentros cuando ellos son toreros que se van a los medios en un pis-p¨¢s, el toro por los cuernos, dejadme solo, m¨¢s corn¨¢s da el hambre, va por ustedes.... Y ?oreja y vuelta al ruedo!En cambio, los futbolistas de plantilla pretend¨ªan hacer juego de conjunto, todos a una -como los forcados- y eso no es. El arte de C¨²chares no entiende de aglomeraciones.
Se marcharon Jos¨¦ Tom¨¢s y Enrique Ponce poco despu¨¦s de empezar el segundo tiempo, pero no por cansancio sino porque se sent¨ªan incomprendidos. Primero lo hizo Jos¨¦ Tom¨¢s, sonriente, e iba sin despeinarse; luego Enrique Ponce, cariacontecido, resoplando, la camiseta empapada. Por cierto que la camiseta le ven¨ªa grande: el rabillo del 9 le pend¨ªa por sobre la cintura. Se juega al f¨²tbol como se es.
Lo bueno fue que sentaron c¨¢tedra; atl¨¦ticos y madridistas hab¨ªan quedado imbuidos de torer¨ªa, y vinieron entonces momentos de arte excelso, una sucesi¨®n de lances que no la ofrecer¨ªa m¨¢s surtida El Juli. Un remate de cabeza de Roberto, a la manera del barroco afarolado, se col¨® por la pura escuadra. Un florilegio de suertes excelsas desgranadas por la inspirad¨ªsima delantera atl¨¦tica -espaldina, taconazo y molinete incluidos, que concluy¨® Valer¨®n ligando el pase cambiado con el de la muerte, y ese fue el segundo gol del Atl¨¦tico de Madrid. El propio Valer¨®n a¨²n quiso marcar el tercero lanzando casi desde la barrera pero el balonazo rebot¨® en el frontispicio del toril.
El Real Madrid tambi¨¦n hac¨ªa de las suyas: Amavisca bord¨® la trincherilla y de poco toca pelo; Edgar ejecut¨® a lo vivo la voltereta, como si le hubiera cogido un Miura; Casillas se luci¨® en el salto a la garrocha... Pero nada vari¨®: el 2-0 (digo: 0-2) estaba sentenciado. No se jugaban nada -dec¨ªan los del tendido 7 - salvo la honrilla y ayudar a los damnificados de Centroam¨¦rica. Mas consiguieron algo mejor: jugar f¨²tbol, interpretarlo con arte, hacer afici¨®n.
La incursi¨®n de los ases de la tauromaquia en el f¨²tbol trajo cosas buenas, aunque no tanto como cuando el f¨²tbol se asom¨® a la tauromaquia. Ocurri¨® hace a?os y fue en un festival organizado por Radio Madrid. Estaba anunciado el jugador madridista Montalvo que, en su turno, se fue al toro y le peg¨® con tanto salero y maestr¨ªa tal manta de manoletinas, que las agot¨® todas y ya no hubo torero capaz de volver a darlas en una plaza de toros. El axioma volv¨ªa a hacerse realidad, s¨®lo que al rev¨¦s: se torea como se chuta. A veces, al menos.
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