Pol¨ªticos, empresarios y expertos prev¨¦n un fuerte arranque del euro
El euro arranca con fuerza. Todos los d¨ªas que preceden al nacimiento de la moneda ¨²nica se producen declaraciones de ministros de Econom¨ªa de terceros pa¨ªses o de hombres de negocios con empresas radicadas fuera de la zona euro que vaticinan un porvenir radiante a la nueva divisa, manifiestan su deseo de lograr acuerdos para no resultar perjudicados o se lamentan de no formar parte de ese ¨¢rea monetaria.
A juzgar por los primeros indicios, los 11 estados que componen la zona del euro tienen grandes posibilidades de plasmar su vigor econ¨®mico -19,4% del PIB mundial- y comercial -18,6% de los intercambios mundiales- en poder¨ªo monetario y financiero.Para buena parte de los expertos parece evidente que la Europa continental no s¨®lo evitar¨¢ las crisis monetarias c¨ªclicas, sino que dispondr¨¢ de una divisa m¨¢s cosmopolita que el yen y equivalente al d¨®lar. Sus mercados financieros adquirir¨¢n un peso y ofrecer¨¢n una gama de productos similar a la de EE UU.
El sustrato econ¨®mico del euro es s¨®lido. Aunque a un ritmo inferior al deseado por el Banco Central Europeo, los d¨¦ficit presupuestarios tienden a reducirse y los tipos de inter¨¦s alcanzan m¨ªnimos hist¨®ricos. El ¨¢rea del euro ser¨¢ en 1999 la de mayor crecimiento en el mundo industrializado con un 2,6%, seg¨²n la Comisi¨®n Europea, y un 2,4%, seg¨²n el Fondo Monetario Internacional. El de EE UU ser¨ªa del 1,8%, seg¨²n el FMI, o del 1,5%, seg¨²n la OCDE, mientras el de Jap¨®n ser¨ªa negativo.
Estos datos impresionan a pol¨ªticos y empresarios. China anunci¨® el lunes que autoriza la utilizaci¨®n del euro en las transacciones a partir del viernes y en breve cambiar¨¢ a euros una parte de sus reservas de divisas, las m¨¢s elevadas del mundo tras Jap¨®n.
El viceministro japon¨¦s de Finanzas, Eisuke Sakakibara, pidi¨®, en declaraciones a Le Monde, entablar un di¨¢logo "para estabilizar la relaci¨®n euro-yen", al tiempo que hizo un pron¨®stico: "Si la moneda europea mantiene la velocidad adquirida, la probabilidad de que sea fuerte con relaci¨®n al d¨®lar es muy alta".
Desde el verano, el ecu, considerado en buena medida como el antecesor del euro, se ha reevaluado un 10% con relaci¨®n al d¨®lar y la mayor¨ªa de los operadores financieros prev¨¦n que, a lo largo de 1999, la nueva divisa seguir¨¢ su curva ascendente.
Una encuesta efectuada por la agencia Reuters entre 33 economistas vaticina que el euro cerrar¨¢ el pr¨®ximo lunes, el primer d¨ªa en que cotizar¨¢, un poco por encima de la clausura, ayer, del ecu, su antecesor. Un estudio del Center for Economics and Business Research estima que en los pr¨®ximos 12 meses subir¨¢ otro 10% frente al d¨®lar.
El banco de negocios norteamericano Merrill Lynch tambi¨¦n cree que el euro se estrenar¨¢ con vigor, pero considera que, a medio plazo, la diferencia de los tipos de inter¨¦s a corto en EE UU (4,75%) y en la uni¨®n monetaria (3%) beneficiar¨¢ al d¨®lar.
Un euro excesivamente fuerte perjudicar¨ªa las exportaciones europeas. De ah¨ª que, encabezados por el ministro alem¨¢n de Finanzas, Oskar Lafontaine, una retah¨ªla de dirigentes europeos preconicen estabilizar el tipo de cambio con el d¨®lar. Los responsables de la Reserva Federal de EE UU, por ahora, han deso¨ªdo estos llamamientos.
No todos en la zona euro son favorables a estos acuerdos. El presidente del Bundesbank, Hans Tietmeyer, cree que s¨®lo tienen sentido si Europa, EE UU y Jap¨®n coordinan m¨¢s a fondo sus econom¨ªas, algo que har¨¢n a corto plazo.
Los hombres de negocios europeos instalados en las cercan¨ªas de la uni¨®n monetaria se lamentan de no estar arropados por el manto el euro. La multinacional Volvo ha sido la primera empresa en cuantificar ayer las p¨¦rdidas que le supondr¨¢ el no ingreso de Suecia: 5.217 millones de pesetas anuales. El director general de la Confederaci¨®n de la Industria Brit¨¢nica, Adair Turner, da por seguro que muchas compa?¨ªas de su pa¨ªs operar¨¢n en euros casi como si estuvieran en la uni¨®n monetaria.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.