De la quimera a la realidad
La moneda ¨²nica europea era una quimera en 1970, cuando fue planteada por primera vez por el luxemburgu¨¦s Pierre Werner. Pero al segundo intento, impulsado por Jacques Delors, ha sido una realidad.Informe Werner. En octubre de 1970, el primer ministro de Luxemburgo, Pierre Werner, propuso un plan para llegar a la moneda ¨²nica en 1980. Se aprob¨®, pero nunca se aplic¨®.
Plan Delors. En junio de 1988, los entonces Doce encargaron al presidente de la Comisi¨®n Europea, Jacques Delors, un nuevo plan para alcanzar la uni¨®n econ¨®mica y monetaria. El plan fue aprobado en julio de 1989 en Madrid y traz¨® un camino en tres etapas: mayor colaboraci¨®n entre los bancos centrales y coordinaci¨®n de las pol¨ªticas econ¨®micas, fijaci¨®n de unos criterios de convergencia nominal y una tercera fase de transici¨®n, en la que convivir¨ªan la moneda europea y las divisas integrantes. Esa tercera etapa es la que empezar¨¢ el 1 de enero de 1999 y acabar¨¢ el 30 de junio del 2002. Al d¨ªa siguiente dejar¨¢n de existir las monedas integrantes del euro.
Los criterios de Maastricht. La hist¨®rica cumbre de diciembre de 1991 en esta peque?a ciudad del sureste de Holanda no s¨®lo dio nombre al primer Tratado de la Uni¨®n Europea, sino que fij¨® las condiciones requeridas a cada moneda para poder formar parte de la divisa europea. Son los criterios de Maastricht, que obligan a los candidatos a converger en tipos de inter¨¦s, inflaci¨®n, deuda p¨²blica, d¨¦ficit p¨²blico y estabilidad cambiaria, y a dar autonom¨ªa a los bancos centrales. Son la cara y la cruz del euro. La cara, porque han sido la clave de que nadie pudiera negar la entrada a los pa¨ªses del sur, en teor¨ªa, m¨¢s indisciplinados, pero, en realidad, tan aplicados como los dem¨¢s para sanear sus cuentas p¨²blicas. La cruz, porque han sido la peor propaganda para el euro: todos los ajustes han sido justificados por los pol¨ªticos para cumplir los criterios de convergencia.
Las tormentas monetarias. Tras la euforia de Maastricht lleg¨® la cruda realidad: la vertiginosa crisis econ¨®mica despu¨¦s de la unificaci¨®n de Alemania y las tormentas monetarias. El Sistema Monetario Europeo salt¨® en la pr¨¢ctica por los aires, pero la mayor flexibilidad de sus bandas de cotizaci¨®n acab¨® con los ataques especulativos.
El Plan de Estabilidad. Las tormentas monetarias, la crisis econ¨®mica de Alemania y el buen comportamiento de los pa¨ªses del sur fueron el c¨®ctel ideal para sembrar la desconfianza de los alemanes en el euro. Ve¨ªan en ¨¦l a una moneda d¨¦bil, triste compensaci¨®n para festejar la p¨¦rdida del marco, s¨ªmbolo de la eficacia y la estabilidad alemana. Bonn exigi¨® una medicina de caballo: el Pacto de Estabilidad, que permitir¨ªa que los criterios de convergencia seguir¨¢n incluso despu¨¦s del euro.
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