Voto juvenil 2
La llegada de 1999, a?o en el que se concentrar¨¢n varios llamamientos a las urnas, y la reciente celebraci¨®n del 50? aniversario de la Declaraci¨®n Universal de Derechos Humanos, entre ellos el sufragio universal, invitan a volver a reflexionar sobre el voto de los menores de 18 a?os. El art¨ªculo 21 de tal Declaraci¨®n, adem¨¢s de consagrar el derecho democr¨¢tico a elecciones "por sufragio universal e igual", establece que "toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su pa¨ªs (...) por medio de representantes libremente elegidos". La iniciativa planteada en el art¨ªculo La ampliaci¨®n del voto juvenil, publicado en este mismo peri¨®dico el pasado 25 de febrero, tuvo como respuesta el silencio y la indiferencia de los partidos pol¨ªticos -con la excepci¨®n de Nueva Izquierda- y las organizaciones juveniles.En cambio, el debate suscitado en El Pa¨ªs Digital bajo la pregunta ?Rebajar la edad para votar?, anima a replantear la misma tesis: debe anticiparse, al menos a los 16 a?os, el derecho a votar en los comicios municipales, auton¨®micos, legislativos y europeos, actualmente fijado en los 18, como la mayor¨ªa de edad. La mayor¨ªa de las opiniones de los 209 internautas que participaron en el debate virtual son contrarias a esa propuesta. Exactamente 94 (un 45% del total) se pronuncian en contra, mientras que 75 (un 36%) avalan la iniciativa y 40 (un 19%) exponen sus dudas.
Los argumentos en contra de rebajar la edad para votar van desde la alegada inmadurez pol¨ªtica de los adolescentes hasta la desconfianza hacia unos cr¨ªos pasotas, poco preparados y manipulables por los padres, los partidos o la televisi¨®n. Son muchos los que piden que, por el contrario, se eleve a 21 a?os, e incluso a 25, la edad del voto, y algunos rechazan que se pretenda dar m¨¢s derechos a los j¨®venes, mientras que no se les ense?a a asumir sus deberes.
En favor de anticipar la edad del voto se arguye que a los 16 a?os los j¨®venes pueden incorporarse al trabajo o se les exige la misma responsabilidad penal que a los adultos. Se invoca tambi¨¦n la democracia participativa, el reequilibrio demogr¨¢fico respecto a los votantes jubilados y la formaci¨®n e informaci¨®n juvenil, que supera a la de muchos electores de edades m¨¢s avanzadas. Por lo general, se propugna el voto desde los 16 a?os, aunque hay tambi¨¦n quienes proponen que desde los 15, 14, 13 o 12 a?os, y uno incluso desde los 7: "Si los pol¨ªticos se portan como ni?os de 7 a?os, ?por qu¨¦ no podemos votar los ni?os a partir de esa edad?".
Respecto a la supuesta correlaci¨®n entre madurez y derecho al voto, no me resisto a reproducir el relato de Sara Campbells Sol¨¢, de El Prat (Barcelona): "En las pasadas elecciones municipales no pude ejercer el derecho a voto porque alcanzaba la mayor¨ªa de edad el d¨ªa despu¨¦s de los comicios. No me parec¨ªa justo, pero pens¨¦: Espera un d¨ªa, quiz¨¢ la madurez llegue esta noche desde la lejan¨ªa y se apodere de ti s¨²bitamente; quiz¨¢ lo que piensas que hoy votar¨ªas, si pudieras, ma?ana haya cambiado hasta niveles insospechados. Me port¨¦ bien y me acost¨¦ pronto, esperando que la metamorfosis aconteciera. A la ma?ana siguiente me asust¨¦. Segu¨ªa pensando que mi opci¨®n de voto habr¨ªa sido la misma que el d¨ªa anterior. Aquello s¨®lo pod¨ªa significar una cosa: no hab¨ªa madurado y ya ten¨ªa 18 a?os. Me desesper¨¦. Hoy han pasado ya algunos a?os y sigo d¨¢ndole vueltas al tema. La preocupaci¨®n ha ido in crescendo, pues en la actualidad sigo votando la misma opci¨®n. Me pregunto: ?cu¨¢nto tiempo m¨¢s habr¨¦ de esperar para que la deseada madurez me embargue? Una idea m¨¢s inquietante me martiriza desde hace alg¨²n tiempo. S¨¦ que no tiene sentido, pero, ?no podr¨ªa ser que con 17 a?os ya fuera lo suficientemente madura como para votar? No s¨¦ yo, no s¨¦ yo. Esperar¨¦ a cumplir los 40, y si a¨²n sigo votando lo mismo, quiz¨¢ empiece a considerar esta posibilidad".
Durante los meses transcurridos desde el 25 de febrero, el Partido Democr¨¢tico de la Nueva Izquierda se comprometi¨® en su primer congreso a luchar por "bajar el derecho al voto a los 16 a?os". En caso de prosperar esta iniciativa, 1.093.000 j¨®venes de 16 y 17 a?os podr¨¢n votar en los diferentes procesos electorales.
Algunos juristas creen que la implantaci¨®n de este voto juvenil deber¨ªa hacerse de forma escalonada, de modo que primero se admitiera a este mill¨®n largo de nuevos votantes en los comicios municipales; despu¨¦s, en los auton¨®micos, y finalmente, en las elecciones a las Cortes Generales y al Parlamento Europeo.
Un reciente libro del psic¨®logo Javier Urra, defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, titulado Ni?os y no tan ni?os, responde negativamente a la posibilidad de adelantar el voto. Urra reconoce que es un tema de reflexi¨®n, pero ¨¦l opta por interpretar que la tutela de la infancia lleva consigo preservarla del ejercicio del derecho a votar, y llega a preguntarse si antes de los 18 a?os los j¨®venes est¨¢n preocupados por los mensajes de los pol¨ªticos, si saben diferenciarlos, si les motiva votar y si lo desean.
Son preguntas que podr¨ªan hacerse igualmente a los adultos y que, en todo caso, tienen como respuesta el derecho a abstenerse, del que est¨¢n privados los menores de 18 a?os.
El derecho comparado aporta el ejemplo de Brasil, en donde la Constituci¨®n de 1988 introdujo la posibilidad de que los j¨®venes de 16 y 17 a?os se inscriban voluntariamente en el censo electoral. Quienes se inscriban deber¨¢n votar obligatoriamente, como ocurre con los mayores de 18 a?os, ya que en Brasil el votos es, por regla general, obligatorio. Es un modelo a tener en cuenta, pero, en mi opini¨®n, no a seguir.
En Espa?a, frente a quienes estiman que ser¨ªa necesario reformar la Constituci¨®n, bastar¨ªa que la legislaci¨®n electoral admitiera el sufragio activo desde los 16 a?os, dado que el anticipo del derecho al voto no vulnerar¨ªa ni limitar¨ªa la mayor¨ªa de edad constitucionalmente fijada en los 18 a?os. Adelantar la edad para votar significar¨ªa un plus de derechos pol¨ªticos, en l¨ªnea con el derecho ciudadano a participar en los asuntos p¨²blicos, consagrado en el art¨ªculo 23 de la Constituci¨®n y reconocido en la Declaraci¨®n Universal de Derechos Humanos a "toda persona", sin vincularlo a la mayor¨ªa de edad.
Por otra parte, el Gobierno ha enviado hace unas semanas al Parlamento un proyecto de ley org¨¢nica que, significativamente, se denomina de la Responsabilidad Penal de los Menores (el anteproyecto se llamaba de la Justicia de Menores), que propone la responsabilidad criminal -que el C¨®digo Penal de 1995 hab¨ªa querido fijar en los 18 a?os- desde los 13 a?os, si bien con tratamiento diferente al de los adultos.
El fiscal de menores F¨¦lix Pantoja ha reprochado al Gobierno que no se haya atrevido a "dar el paso de declarar exentos de responsabilidad criminal a los menores de 18 a?os". Se protege a los menores de la urna, pero no de la represi¨®n penal. Mi opini¨®n es que los j¨®venes no deben ser responsables penalmente hasta que alcancen la mayor¨ªa de edad civil, esto es, a los 18 a?os, mientras que el derecho a votar s¨ª puede anticiparse, al menos, a los 16 a?os.
Por el momento, hasta tanto se apruebe la ley de responsabilidad penal del menor, el mantenimiento de la responsabilidad penal a partir de los 16 a?os sirve de ejemplo, como la fijaci¨®n del inicio de la actividad laboral a esa misma edad, para demostrar que el tope de la mayor¨ªa de edad fijada constitucionalmente, igual que es capaz de convivir con estas excepciones, podr¨ªa conciliarse con un anticipo de la edad apta para votar.
La repercusi¨®n que una medida de este car¨¢cter tendr¨ªa sobre el panorama pol¨ªtico ser¨ªa, en mi opini¨®n, muy positiva. Seg¨²n una investigaci¨®n sociol¨®gica realizada por la Fundaci¨®n BBV, publicada este a?o bajo el t¨ªtulo La juventud liberta, el Estado de bienestar se dirige m¨¢s hacia los viejos que hacia los j¨®venes, a pesar del problema del paro juvenil y el retraso en la incorporaci¨®n estable al mundo del trabajo. Seg¨²n dicho estudio, mientras que en 1970 los menores de 15 a?os eran un 27,8% de la poblaci¨®n, en 1998 son s¨®lo un 11,9%, y al contrario: Los mayores de 65 a?os eran en 1970 el 8,2%, y en 1998, el 13,7%.
Esta "p¨¦rdida de hegemon¨ªa demogr¨¢fica de los j¨®venes", como la describe el trabajo citado, no puede contribuir a aislarles definitivamente del mundo de los adultos y a impedirles optar a cambiarlo. Por el contrario, la mano -y la urna- tendida de la anticipaci¨®n del voto juvenil, con las ofertas pol¨ªticas y socioecon¨®micas que esa medida necesariamente desplegar¨¢, ser¨¢ capaz de incentivar la participaci¨®n pol¨ªtica de los j¨®venes, con el refuerzo que para los de m¨¢s de 18 a?os significar¨¢ un mill¨®n de nuevos votantes potenciales.
El resultado ser¨¢ un paso m¨¢s hacia la integraci¨®n cr¨ªtica de la juventud en una sociedad que tambi¨¦n es suya, pero cuyos dirigentes le han dado desde?osamente la espalda.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.