Ag¨®nica aprobaci¨®n del presupuesto mexicano contra la crisis nacional
El Gobierno mexicano y los conservadores en la oposici¨®n afrontaron un ruidoso proceso de tomatazos, imprecaciones y denuncias de traici¨®n a la patria y crisis constitucional, antes de conseguir aprobar el fin de a?o los presupuestos federales de 1999, que en opini¨®n de la Secretar¨ªa (Ministerio) de Hacienda generar¨¢n confianza entre los agentes econ¨®micos nacionales y extranjeros y permitir¨¢n reforzar las bases para un crecimiento sostenido, con m¨¢s y mejores empleos y prioridad en el gasto social.
El acuerdo entre el oficial Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el conservador Partido de Acci¨®n Nacional (PAN) se fundamenta en un recorte de los gastos: de entrada todos los ministerios y dependencias administrativas deber¨¢n aceptar privaciones en dietas, tel¨¦fonos celulares, veh¨ªculos y otras partidas, antes que aumentos impositivos. A cambio de su apoyo al programa oficial, cuya principal meta es mantener el d¨¦ficit fiscal por debajo del 1,25% del PIB, el PAN forz¨® una marcha atr¨¢s del Ejecutivo en su pretendido prop¨®sito de gravar con un 15% el uso de los tel¨¦fonos, y aplicar nuevas cargas al consumo. Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, dirigente nacional del Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD, centroizquierda), puso el grito en el hemiciclo tras la aprobaci¨®n de un paquete "que defiende los intereses de una minor¨ªa de empresarios y banqueros que va seguir empobreciendo al pueblo de M¨¦xico". La administraci¨®n de Ernesto Zedillo deber¨¢ acometer pues un plan de austeridad en fechas pol¨ªticas complicadas, muy influidas por las presidenciales del 2000.La fuerte disminuci¨®n de los ingresos petroleros a ra¨ªz de la ca¨ªda de los precios del crudo en los mercados internacionales, m¨¢s pronunciada en la segunda mitad de noviembre, la resistencia parlamentaria contra el impopular impuesto telef¨®nico, as¨ª como el otorgamiento de mayores ayudas a los municipios respecto de lo previsto en el presupuesto original, significa mantener las tasas impositivas sobre las cervezas y bebidas alcoh¨®licas, reducir el impuesto sobre la renta del 34% al 32% en 1999 y al 30% en el 2000, y recortar el gasto p¨²blico programable en 1.420 millones de d¨®lares.
El precio del gas¨®leo sube un 5% y se establecer¨¢n barreras arancelarias a las mercanc¨ªas de pa¨ªses con los que M¨¦xico no tiene acuerdos comerciales. El Gobierno del Distrito Federal, encabezado por Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas, uno de los fundadores del PRD, y principal aspirante a la presidencia del pa¨ªs en la cita del a?o pr¨®ximo, encaj¨® un varapalo ya que s¨®lo podr¨¢ endeudarse por menos de 175 millones de d¨®lares, cuando pidi¨® la autorizaci¨®n del Congreso para hacerlo por 750 millones. "Esto es una canallada y un atraco", y causar¨¢ despidos y la paralizaci¨®n de obras de drenaje, construcci¨®n de escuelas, y otros proyectos, protestaron sus dirigentes. Francisco Chiguil, presidente de la Comisi¨®n de Hacienda de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, apunt¨® donde m¨¢s preocupa a la sociedad. La aprobaci¨®n del paquete, destac¨®, llevar¨¢ a suspender la compra de un helic¨®ptero, 373 veh¨ªculos policiales, equipos de comunicaci¨®n y 2.369 armas.
Para el analista Ra¨²l Trejo, la decisi¨®n de ignorar las reclamaciones presupuestarias del PRD en la Ciudad de M¨¦xico obedece, entre otras causas, a los desplantes contestatarios y al autoaislamiento de este partido en la negociaci¨®n. El l¨ªder perredista L¨®pez Obrador la tiene como "una represalia del Gobierno de Ernesto Zedillo porque en las negociaciones del paquete econ¨®mico no se dobleg¨® ni negoci¨® principios, como lo hicieron los panistas
[miembros del PAN]".
En la sesi¨®n de los tomatazos, el PRD vot¨® en contra de la f¨®rmula acordada por el PRI y el PAN para atender la servidumbre de los 65.000 millones de d¨®lares desembolsados por el Gobierno en el rescate bancario de 1995: suprimir el Fobaproa (Fondo Bancario de Protecci¨®n al Ahorro), organismo oficial que entonces habilit¨® las ayudas a la banca, y sustituirlo por un nuevo instituto que asume sus obligaciones y recibir¨¢ fondos con cargo a los presupuestos del Estado.
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