"La democracia fracasar¨¢ si creemos que crea riqueza"
Giovanni Sartori es maestro de generaciones enteras en an¨¢lisis constitucional y de partidos pol¨ªticos, un eterno polemista que tiende a alejarse de lo "pol¨ªticamente correcto" para proclamar lo que piensa. As¨ª, no duda en afirmar que Pinochet deber¨ªa ser juzgado en Chile porque mientras que no exista un Tribunal Penal Internacional, Espa?a no tiene jurisdicci¨®n sobre el ex dictador chileno. Este italiano que reparte su vida entre su pa¨ªs de origen y EE UU, ha publicado este a?o Homo Videns (Taurus), un libro que analiza la fuerza de la televisi¨®n en la pol¨ªtica y en general en la cultura, y alerta contra el peligro de que perdamos la capacidad para el pensamiento abstracto. Videoni?o, videopol¨ªtica, ciudadan¨ªa virtual son neologismos que han salido de la pluma de este hombre que bebe en las fuentes tradicionales del pensamiento pol¨ªtico, y cuyo mayor esfuerzo, seg¨²n se?ala, es combatir la estupidez. Claro que "las estupideces tienen una mayor audiencia que el pensamiento inteligente".Pregunta. ?C¨®mo mejorar nuestras democracias europeas?
Respuesta. Lo importante es tener una buena Constituci¨®n. Pero no pueden reemplazar a los seres humanos. Hay un problema de calidad del liderazgo. En la teor¨ªa de la representaci¨®n, hemos perdido de vista completamente la cuesti¨®n de la selecci¨®n -no simplemente de la elecci¨®n- del liderazgo. Nadie lo ha discutido en los ¨²ltimos 60 a 70 a?os
P. ?Y c¨®mo se puede mejorar la selecci¨®n de los l¨ªderes?
R. No disponemos de t¨¦cnicas para ello. Pero una elecci¨®n deber¨ªa tambi¨¦n ser una selecci¨®n, y la cualidad de las personas que han de representarnos deber¨ªa ser un tema de debate. Aunque no lo es, a pesar de ser una cuesti¨®n que se ha planteado a lo largo de la historia. Incluso en la Edad Media rigi¨® el principio de que la parte mayor deb¨ªa elegir a la parte mejor.
P. ?Cambia el papel de los partidos pol¨ªticos?
R. Con la televisi¨®n, s¨ª. Se convierten en lo que llamo videopartidos. Los militantes ya no son tan importantes. Los votos no se ganan puerta a puerta, sino por televisi¨®n, con anuncios, con llamadas de tel¨¦fono. El coste de la pol¨ªtica est¨¢ creciendo; el gasto va m¨¢s en publicidad que en la maquinaria de los partidos.
P. Se habla ahora tambi¨¦n del surgimiento de "democracias iliberales". Podemos tener que volver a diferenciar entre democracia y libertad. ?Se puede exportar la democracia hacia otros pa¨ªses?
R. S¨ª y no. La "democracia m¨ªnima", es decir, la estructura constitucional -los sistemas para ejercer y controlar el poder-, s¨ª se puede exportar. Se ha exportado a Jap¨®n, que tiene una cultura diferente, o a la India. Pero no podemos exportar nuestros valores hacia culturas que tienen otros distintos. Adem¨¢s, si se concibe la democracia como una entidad que produce riqueza, entonces fracasar¨¢. Si aceptamos ser democr¨¢ticos y pobres, entonces s¨ª. Pero no funcionar¨¢ si todos queremos ser democr¨¢ticos y ricos.
P. ?Podemos estar llegando, como se?ala en su libro a una "ciudadan¨ªa virtual", en la que las encuestas reemplazan a la opini¨®n, a la votaci¨®n o a la representaci¨®n?
R. Este tipo de opini¨®n reflejada en la encuestas no tiene fuerza real. Sube y baja. Atendemos demasiado a los cambios en el viento. La pol¨ªtica de encuestas puede resultar contraproducente. Lleva a atarse las manos con la estupidez.
P. La televisi¨®n e Internet pueden ser fen¨®menos bastante diferentes. El uno lleva a un ciudadano pasivo, receptor. El otro a un ciudadano m¨¢s activo.
R. S¨ª. Pero ¨¦ste lleva al animal del chat (charlas). Gente que tiene tanto que decir que, dif¨ªcilmente duerme y sigue en los chats. Son completamente diferentes. La televisi¨®n es esencial no porque la vea mucha gente, sino porque el ni?o que a los tres a?os empieza a ver la televisi¨®n tres horas al d¨ªa, obtiene una impresi¨®n del mundo a trav¨¦s de la pantalla. Tenemos un hombre nuevo que pierde la capacidad para lo abstracto. La realidad es s¨®lo lo que ve. Lo que no ve no es real, no existe, y, de todas formas, no le interesa. Todos los conceptos abstractos desaparecen y ese es nuestro conocimiento. Por eso veo que la televisi¨®n es central. Internet es un instrumento que asusta, porque depende de su uso. Si se usa inteligentemente, resulta fant¨¢stico. Pero si el consumidor es el videoni?o educado con la televisi¨®n, entonces es un desastre. ?Qu¨¦ har¨¢ con Internet? Jugar, mirar a im¨¢genes, buscar nichos. Pierde el potencial enriquecedor de Internet y se queda con los inconvenientes, por ejemplo, la multiplicaci¨®n de la estupideces que produce este instrumento.
P. La televisi¨®n influye en la pol¨ªtica. Pero, ?la determina?
R. Est¨¢ el caso de Clinton. El ataque de los medios de comunicaci¨®n ha sido masivo. Pero parece que la opini¨®n p¨²blica no les ha seguido. Se puede interpretar como una derrota de los medios. En mi opini¨®n, los pecados del presidente son de tipo tan frecuente que sin los medios ni siquiera habr¨ªan existido. Los medios han logrado hincharlos: son tan poderosos que de la nada han logrado crear un 40% en contra de Clinton. Lo malo es que no podemos comparar esta situaci¨®n con lo que hubiera ocurrido en ausencia de los medios.
P. ?La televisi¨®n no s¨®lo refleja los cambios sociales, sino que los promueve? R. Los medios dicen que reflejan la opini¨®n p¨²blica. Creo que ¨¦sta es un reflejo tambi¨¦n de los medios, pues el p¨²blico que ya no lee diarios, est¨¢ informado por la televisi¨®n. Los medios visuales viven de lo que llamo "novismo". Tienen constantemente que producir algo nuevo, excitante, y eso crea una din¨¢mica de cambio, de la excitaci¨®n de lo nuevo, de lo extravangante; no en un sentido profundo. Hay un premium para lo exc¨¦ntrico, la estupidez. Las estupideces tienen una mayor audiencia que el pensamiento inteligente.
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