El PP suma y la izquierda se divide

El acceso de los conservadores al Gobierno de Espa?a en 1996 ha tenido en Catalu?a la virtud de sacar al PP de la irrelevancia pol¨ªtica en que se hallaba. El fichaje de Josep Piqu¨¦, que hasta su entrada en el Gobierno presid¨ªa el prestigioso C¨ªrculo de Econom¨ªa, le ha permitido clavar una pica en pleno coraz¨®n del territorio social convergente. Todo indica que esta nueva situaci¨®n del PP va a tener traducci¨®n electoral. Las elecciones legislativas de 1977 y 1979 mostraron que el techo de la derecha no nacionalista est¨¢ en Catalu?a por encima del medio mill¨®n de votos. En las ¨²ltimas auton¨®micas qued¨® por encima de los 420.000, lo que indica que tiene todav¨ªa margen para crecer. Un crecimiento del PP en las auton¨®micas puede llevar a Pujol a la derrota y, combinado con un baj¨®n de la izquierda en el Ayuntamiento de Barcelona, puede llevar a Molins a la alcald¨ªa. Si resultara que Piqu¨¦ tiene tambi¨¦n un gancho electoral propio, podr¨ªa incluso redimensionar a la baja el papel de CiU como bisagra en el Parlamento espa?ol.Los herederos del PSUC, Iniciativa per Catalunya-Els Verds (IC-Verds), culminaron hace un mes una operaci¨®n complicada. Pasaron de ser el partido de los comunistas catalanes a constituirse en formaci¨®n ecosocialista. Aspiran ahora a ejercer en Catalu?a el papel de los partidos rojiverdes europeos, pero lo tienen dif¨ªcil. El ecologismo es en Catalu?a pol¨ªticamente muy inmaduro, est¨¢ fraccionado y se mueve en clave antisistema.

Sector comunista

Una parte del precio pagado por IC para esta evoluci¨®n fue asumir la ruptura con el sector comunista refractario a los cambios. Se tradujo en la ruptura de Izquierda Unida (IU) con IC y la consiguiente escisi¨®n del sector anguitista de IC, que en mayo de 1998 constituy¨® Esquerra Unida i Alternativa (EUA) y ahora se apresta a disputarle el espacio electoral a IC-Verds.

En Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) est¨¢n entusiasmados ante la posibilidad de afrontar el ciclo electoral con dinero en la caja, gracias a la ley de retorno del patrimonio requisado por el franquismo a los partidos que el PNV le ha sacado al Gobierno Aznar. Si resultara cierto que el dinero es tan importante para las campa?as electorales, en 1999 puede servir para colocar a los republicanos en el papel de bisagra.

De ERC se desgaj¨® en 1996 el ala del partido dirigida por ?ngel Colom y Pilar Rahola, para formar el Partit per la Independ¨¨ncia (PI). Desde entonces trata de hacerse un hueco entre el pujolismo y la propia ERC: una batalla perdida. Colom aparece cada vez m¨¢s como un eco de Pujol, mientras que Rahola mantiene la mayor¨ªa de izquierda en el Ayuntamiento de Barcelona.