Del celuloide al mercadillo
?ngel de la Cruz, vecino de Villaverde, compagin¨® durante d¨¦cadas su trabajo como extra de cine y vendedor ambulante
El destino no suele ser muy generoso cuando se nace gitano. ?sta fue la primera lecci¨®n que ?ngel de la Cruz aprendi¨® en la vida, as¨ª que cuando hace tres d¨¦cadas le ofrecieron hacer de extra en el cine no se lo pens¨® dos veces. Debut¨® con 17 a?os en un filme protagonizado por Sara Montiel, del que no recuerda el t¨ªtulo. Fue el principio de una carrera como figurante y especialista -era muy h¨¢bil montando a caballo- que se prolong¨® durante cinco lustros y que compagin¨® con la venta ambulante. En los a?os sesenta y setenta se rodaron en Madrid decenas de grandes producciones cinematogr¨¢ficas y el vers¨¢til f¨ªsico de ?ngel -muy moreno y con los ojos verdes- le permit¨ªa caracterizarse de mexicano -se dej¨® el bigote ranchero-, o de indio americano. Entre la infinidad de pel¨ªculas en las que trabaj¨® menciona Los 100 rifles, protagonizada por Raquel Welch y rodada en el pueblo madrile?o de Villamantilla, y Un talento para amar, con Richard Widmark, donde tuvo que realizar una peligrosa ca¨ªda desde un tren.Hizo tambi¨¦n publicidad y trabaj¨® para la televisi¨®n: fue la imagen del programa 300 millones, donde aparec¨ªa disfrazado de gaucho argentino, colabor¨® en la primera etapa del Un, dos, tres y en la serie Curro Jim¨¦nez. "Ganaba mucho dinero, y merecido, porque era un trabajo muy duro. En Curro Jim¨¦nez hac¨ªa de bandolero. Rod¨¢bamos en la sierra madrile?a, cerca de La Pedriza, con un fr¨ªo que pelaba. Me pasaba siete u ocho horas sobre el caballo persiguiendo a Curro, y muchas veces a pelo, sin montura", relata ?ngel, un hombre de 48 a?os que tiene cinco hijos, tres nietos y vive en Villaverde Alto. "Entonces hab¨ªa muchos gitanos en figuraci¨®n porque pod¨ªamos pasar por mexicanos en las pel¨ªculas del Oeste y porque ¨¦ramos muy arriesgados y hac¨ªamos cosas que los especialistas profesionales se negaban a realizar", explica.
Sobrino de uno de los "hombres de respeto" del pueblo gitano, el t¨ªo Basilio, y primo de Enrique Maya, presidente de Integraci¨®n Gitana, se despidi¨® del cine con la pel¨ªcula Por mis pistolas, donde hizo de doble de Andr¨¦s Pajares y Fernando Esteso en las escenas en las que los actores protagonistas ten¨ªan que aparecer a caballo. "Pr¨¢cticamente dej¨¦ el cine a finales de los a?os setenta. A los productores s¨®lo les interesaba hacer pel¨ªculas porno y me negu¨¦ a pasar por ah¨ª".
En la actualidad es vicepresidente de Gesco, una de las cuatro cooperativas madrile?as de venta ambulante, que se cre¨® hace cuatro a?os y cuenta con 110 socios, "payos y gitanos, porque no somos racistas", aclara. La cooperativa asesora econ¨®micamente a los vendedores y sirve de cauce de integraci¨®n y regulaci¨®n de esta actividad que no ha logrado todav¨ªa desprenderse del sambenito de marginal que ha arrastrado hist¨®ricamente. "Hasta hace poco nos trataban como a leprosos", lamenta ?ngel, quien conoce el comercio ambulante desde hace medio siglo, cuando de ni?o acompa?aba a su padre a las ferias de ganado. "Fue antes de la mecanizaci¨®n del campo, cuando se usaba la caballer¨ªa para labrar la tierra", comenta.
Tras la crisis del ganado la familia se dedic¨® a la venta de telas en mercadillos. "El comercio ambulante no estaba regulado. Los ayuntamientos no cobraban impuestos y nos coloc¨¢bamos donde mejor nos parec¨ªa. Lleg¨¢bamos a un pueblo y le d¨¢bamos una propina al pregonero para que informara a los vecinos de que hab¨ªa mercadillo. Era un m¨¦todo f¨¢cil y r¨¢pido de ganarse la vida. Antes se vend¨ªa m¨¢s comida y ahora m¨¢s ropa, pero la fruta y las verduras siguen siendo el motor de los mercadillos".
Admite que la regulaci¨®n ha mejorado la venta ambulante en el sentido de un reconocimiento institucional como cauce comercial, y que ha servido adem¨¢s para evitar discusiones y peleas entre los propios vendedores. "El problema es que los ayuntamientos se niegan a abrir nuevos mercadillos, siguen pensando que son fuente de conflicto. Han establecido un tope y de ah¨ª no nos dejan pasar", se queja.
La crisis se agudiz¨®, seg¨²n ¨¦l, a principios de esta d¨¦cada con la competencia de las grandes superficies, por un lado, y el incremento de la inmigraci¨®n ilegal. "Hay mucho paro y la venta ambulante es una de las pocas salidas que tiene la gente que llega sin un duro de otros pa¨ªses. Si antes casi todos los vendedores eran gitanos, actualmente un 50% son payos", asegura.
Gesco ha propuesto a varios ayuntamientos de la regi¨®n -Legan¨¦s, Parla, Fuenlabrada y Madrid, por el momento- que sean los propios vendedores y sus organizaciones quienes gestionen los mercadillos, como ya se est¨¢ haciendo en Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco, y han elaborado un proyecto de lonjas, es decir, mercadillos con techo para que una vez levantados los puestos de venta los vecinos puedan reunirse, hacer deporte y otras actividades. La Direcci¨®n de Comercio de la Comunidad de Madrid ve con buenos ojos el proyecto.
En la regi¨®n madrile?a hay en la actualidad 153 mercadillos peri¨®dicos semanales y 5.000 vendedores ambulantes registrados. El mes de diciembre es temporada alta: aumentan las compras por Navidad. En Madrid se han montado este a?o cinco mercadillos navide?os, ubicados en la Plaza Mayor, en las calles de Marcelo Usera y de Oporto, en la Vaguada y en la avenida de La Albufera. Tambi¨¦n cuentan con mercadillo de productos navide?os y de artesan¨ªa Alcorc¨®n (plaza de la Hispanidad), M¨®stoles (plaza de la Constituci¨®n), Alcal¨¢ de Henares (plaza de Cervantes), Torrej¨®n de Ardoz (plaza de la Constituci¨®n), Getafe (calle de Juan de la Cierva) y Parla (Bulevar Norte).
?ngel est¨¢ convencido de que los mercadillos no desaparecer¨¢n nunca, a pesar de la competencia de los hipermercados.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.