Obra sociocultural y buena imagen p¨²blica

La obra social ha sido siempre la bandera de las cajas de ahorro. Esta actividad se financia con un dinero que se detrae de los beneficios de entidad y su destino es, al menos en teor¨ªa, devolver parte de ellos a la sociedad con actividades y programas culturales y asistenciales. Tradicionalmente cada caja ejerc¨ªa este papel en su provincia de originan. Sin embargo, su conversi¨®n en entidades financieras similares a los bancos, en 1989, con libertad de acci¨®n en otros territorios ha llevado a que utilicen tambi¨¦n fuera estos recursos destinados a actividades sociales o culturales. Es una forma como otra cualquiera de crearse buena imagen y abrirse camino en las comunidades donde desean expandirse. De esta forma, el hist¨®rico patrocinio deportivo, cultural o social que han desempe?ado en el Pa¨ªs Vasco la BBK, Kutxa o Vital empieza a encontrar competidores que no son la Caja Laboral. Entre todas las cajas for¨¢neas hay una que se lleva la palma, algo l¨®gico teniendo en cuenta su dimensi¨®n: La Caixa. Con los fondos y experiencia de la Fundaci¨®n La Caixa, la entidad catalana se han dedicado a patrocinar actividades infantiles y sobre todo sociales. Entre sus ¨²ltimos ¨¦xitos est¨¢ el de lograr que un grupo de ancianos donostiarras se aficione a los nuevos medios de comunicaci¨®n, a la inform¨¢tica o Internet. La Caixa, en colaboraci¨®n con la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa, lleva invertidos 135 millones de pesetas en mejorar las dotaciones de ocio de los 12 centros asistenciales de instituci¨®n foral. Pero no ha sido la ¨²nica iniciativa de la Caixa. Entre sus programas destaca el de acogida de ni?os menores de seis a?os desatendidos en familias guipuzcoanas, la ayuda a proyectos de cooperaci¨®n internacional o las jornadas desarrolladas para contribuir al bienestar de los enfermos de Alzheimer. Pero estas obras de contenido m¨¢s social coinciden con otras como las mochilas medioambientales en el Parque Infantil de Navidad de Bilbao, las entradas para museos o cines a trav¨¦s del Servicaixa o el patrocinio de exposiciones. Esta ¨²ltima iniciativa es la que realizan con m¨¢s frecuencia las principales cajas de fuera de fuera, que organizan grandes exposiciones con la vista puesta en rotarlas por otras comunidades. Pero suelen encontrarse con serios problemas para encontrar salas adecuadas, ya que las existentes pertenecen a las cajas vascas. Caja Duero ha elegido la f¨®rmula de los conciertos, que coorganiza con el teatro Arriaga de Bilbao.