Un mal a?o pol¨ªtico
El a?o pol¨ªtico estadounidense que acaba de finalizan ha sido s¨®rdido y escaso de logros. (...) El presidente y los congresistas republicanos gastaron la mayor parte de sus energ¨ªas tach¨¢ndose los unos a los otros de manipuladores, poco sinceros, cautivos de sus circunscripciones, etc¨¦tera. (...) El intento de destituci¨®n proporcion¨® un andamiaje y vocabulario para la disputa, pero nunca fue su verdadero centro. (...) La mentira y otras malas conductas (...) del presidente Clinton no fueron una ofensa sin importancia, ni una ofensa personal, como ¨¦l suger¨ªa, contra su esposa, sus ayudantes o su Gabinete. Se trata de una violaci¨®n de su juramento inaugural. Indican un defecto inquietante en una persona que ocupa su cargo. (. . .) Constituyen una traici¨®n a los grupos y causas en cuyo nombre ostenta el poder. Muchos de los republicanos que tuvieron la oportunidad de conseguir un mesurado juicio tuvieron una conducta igualmente decepcionante. Demostraron, si no todos, al menos un grupo de ellos, su mezquindad pol¨ªtica, y todos ellos, su deseo de abusar de la cl¨¢usula del impeachment en favor de la transparencia pol¨ªtica. (...) El presidente, mientras estaba siendo censurado, deplor¨® la "pol¨ªtica de destrucci¨®n personal". (...) Estados Unidos tiene ahora, gracias a ambos partidos, una clase de pol¨ªticos en la cual el poder tiende a ser no tanto lo que ganan como lo que compran. (...) El aval m¨¢s estimulante de algunos de los que han mostrado inter¨¦s en concurrir a la presidencia en el a?o 2000 es que no han estado en el poder en los ¨²ltimos a?os. Esto sugiere el estado en el que ha ca¨ªdo este mandato.
4 de enero
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