Para La Habana lo mismo que a Pek¨ªn
Aunque los polit¨®logos daban desde hace semanas como segura la creaci¨®n de una comisi¨®n para revisar la pol¨ªtica de EEUU hacia Cuba, se han impuesto de nuevo las limitaciones de pol¨ªtica dom¨¦stica a las que se ha venido enfrentando Bill Clinton, especialmente ahora en ¨¦poca preelectoral para su fiel vicepresidente Al Gore. El presidente norteamericano siempre ha querido ser m¨¢s aperturista de lo que la realidad le ha permitido, y el propuesto paquete de medidas de acercamiento al pueblo cubano sirve como un ejemplo.La presi¨®n del exilio anti Castro y proembargo, que en votos se traduce potencialmente en medio mill¨®n en Florida en las pr¨®ximas elecciones nacionales, dio como resultado la pol¨ªtica de cal y arena anunciada ayer. Por una parte se liberaliza el env¨ªo de ayuda y los contactos y por otra se incrementa el presupuesto para Radio Mart¨ª y se deniega la petici¨®n solicitada por prominentes conservadores, liderados por Henry Kissinger, de reevaluar la efectividad del embargo.
Varios pasos dados en el ¨²ltimo a?o por la Casa Blanca se?alaban un balance favorable, aunque t¨ªmido, hacia la normalizaci¨®n de las relaciones entre Washington y La Habana. De hecho, tanto los exiliados de Miami y Nueva Jersey, como los intelectuales y empresarios norteamericanos o la iglesia cat¨®lica, lo interpretaban como el preludio para un cambio de pol¨ªtica.
Todo comenz¨® con la declaraci¨®n expresa de Clinton en su viaje a China sobre su deseo de reabrir los canales con La Habana de forma parecida a como lo hab¨ªa hecho con Pek¨ªn. Y en marzo ya hab¨ªa iniciado esa andadura al restablecer los vuelos directos, reducir las restricciones para la ayuda humanitaria y autorizar el env¨ªo limitado de dinero a familiares.
El descabezamiento del exilio radical de Miami al morir su l¨ªder, Jorge M¨¢s Canosa hac¨ªa m¨¢s propicio el clima pol¨ªtico para un cambio. Sobre todo teniendo en cuenta que el coraz¨®n del exiliado cubano promedio ya se lo hab¨ªa ganado Clinton firmando la ley Helms-Burton de endurecimiento del embargo, como un gesto de solidaridad tras el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate en febrero de 1996. Ese fue el momento clave de la era Clinton-Castro. Hasta la muerte de los cuatro pilotos en el estrecho de Florida, Clinton estaba firmemente opuesto a reforzar el embargo comercial de 36 a?os. Desde entonces ha sido el propio Clinton el que ha estado embargado, y al m¨ªnimo indicio de apertura, el exilio ultraconservador le levanta la voz, como tambi¨¦n hizo ayer, mucho m¨¢s fuerte de lo que lo hacen otros sectores de influencia.
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