Rebajas: el rellano de la cuesta
"Desde las nueve y media de la ma?ana ya estaban en la puerta esperando para entrar a comprar. ?Incluso, he visto a muchas mujeres que se hab¨ªan tra¨ªdo el desayuno a cuestas! Unas galletitas envueltas en papel de plata. S¨®lo les faltaba el termo", explica Mario C. F., empleado de una de las grandes superficies del centro de Barcelona desde hace seis a?os. "He visto de todo en rebajas, pero todav¨ªa hay cosas que me siguen sorprendiendo", cuenta Mario; "encontramos cada d¨ªa ropa en los lugares m¨¢s extra?os. Prendas que la gente hab¨ªa escondido por la tienda en navidades para cogerlas en rebajas y les costara as¨ª un poco m¨¢s barato". De todos modos, asegura que el a?o anterior la avalancha fue un poco mayor. Mario lo atribuye al hecho de que las rebajas hayan empezado un d¨ªa en que la mayor¨ªa de la gente ya se ha incorporado al trabajo. "Esta ma?ana han venido, sobre todo, jovencitas y amas de casa. Por la tarde, la cosa ha ido en aumento. Pero lo gordo de verdad empezara ma?ana", asegura. Pistoletazo de salida Despu¨¦s de unas se?aladas fechas en las que la gente se ha echado a la calle a comprar y en la que los comerciantes han conseguido cifras cada a?o m¨¢s dif¨ªciles de superar, llega la ¨¦poca de rebajas: el primer escal¨®n de la cuesta de enero. Ciertamente, el consumo bien podr¨ªa ser el deporte de exhibici¨®n de los pr¨®ximos Juegos Ol¨ªmpicos: se llega en grupo al campo de juego, pero se practica de forma individual. Cada uno en su empe?o de encontrar lo mejor, a mejor precio y con rapidez. Las navidades constituyen la mejor ¨¦poca para el precalentamiento; y enero, el mes del pistoletazo de salida. La paciencia, la mejor aliada. "Ahora voy a hacer los 100 metros lisos", le dec¨ªa Luisa, de 55 a?os, a la amiga que la acompa?aba. "Voy a tiro fijo", dec¨ªa, "a por las zapatillas de deporte de mi hijo y algo baratito para m¨ª". Faltaban todav¨ªa cinco minutos para la apertura del establecimiento, y cuando las puertas se abrieron se pudo ver a esta ama de casa cumpliendo lo que hab¨ªa anticipado en voz alta. Las colas, en estos casos, son el mejor reflejo del ¨¦xito de las rebajas, y las zapater¨ªas y tiendas de ropa, los escenarios protagonistas de los que agotaron ayer su tiempo en encontrar la mejor ganga. En muchas de ellas, las filas de personas que esperaban para entrar en los probadores se un¨ªan con el final de la cola de quienes ya se hab¨ªan decidido y quer¨ªan pagar. Una espera que llevaba a m¨¢s de uno a tirar la toalla. "Me voy", amenazaba Neus, "porque en estos casos es preferible pagar un poco m¨¢s e ir m¨¢s tranquila". A pesar de los agobios de algunos, lo cierto es que el primer d¨ªa oficial de rebajas se desarroll¨®, en general, en toda Catalu?a dentro de un ambiente bastante calmado y con pocas aglomeraciones. Encarna, dependienta de unos grandes almacenes, aseguraba que la fluidez de gente hab¨ªa sido la t¨®nica del d¨ªa. "No se han visto grandes masas como en otros a?os. La gente ha venido de forma escalonada. Aunque los resultados, en nuestro caso, han sido un poco mejores que el a?o pasado", coment¨®. Comprar por comprar A juicio de Mario, el consumo de estos d¨ªas ya no responde a la necesidad de tener lo que se compra, sino al hecho "de no perder la oportunidad de llevarse algo a casa por menos". "He visto mucha gente hoy que se ha gastado un dinero en ropa que quiz¨¢ colgar¨¢ en el armario y no se pondr¨¢ nunca", explica. Algo que las asociaciones de consumidores se han cuidado mucho de recordar: planificar bien todo lo que se quiere comprar para no caer en el despilfarro. El caso es que la ocasi¨®n merece para muchos dedicar horas del d¨ªa a la empresa de buscar la ganga. Este a?o, los establecimientos han atra¨ªdo la atenci¨®n con descuentos suculentos: hasta el 50% en muchos casos y, en otros, entre el 20 y el 30%. Unos d¨ªas de rebajas que, con seguridad, llegar¨¢n a su punto m¨¢s alto de asistencia a partir de la tarde de hoy. Entonces la mayor¨ªa comenzar¨¢ a disponer del tiempo que la paciencia requiere para estos casos y de la voluntad necesaria para soportar el peso del consumo.
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