La seriedad y el consenso del Senado conceden gran credibilidad al juicio de Clinton por perjurio

Bill Clinton, tras recibir oficialmente la citaci¨®n del Senado, preparaba ayer con sus abogados una defensa "completa y vigorosa" de su posici¨®n en el juicio por perjurio en el caso Lewinsky, que se reanudar¨¢ el jueves. A diferencia de la campa?a propagand¨ªstica desencadenada contra el fiscal Kenneth Starr y la mayor¨ªa republicana en la C¨¢mara de Representantes, la Casa Blanca trataba con guante de seda al Senado. Y es que la C¨¢mara alta ha comenzado el juicio del presidente con solemnidad, seriedad y esp¨ªritu de consenso partidista, toda una novedad en este a?o de culebr¨®n.

La clase pol¨ªtica, los medios de comunicaci¨®n y la opini¨®n p¨²blica de EEUU coincid¨ªan ayer por primera vez en algo relacionado con el caso Lewinsky: un aplauso al Senado. La formalidad de la C¨¢mara alta el jueves, en la sesi¨®n de apertura del juicio, y su unanimidad el viernes, al aprobar por 100 votos sobre 100 las primeras reglas de procedimiento, han aportado un nuevo aire a un caso caracterizado hasta ahora por los insultos, la guerra sucia de revelaciones sobre la vida personal de unos y otros y el partidismo. El pr¨®ximo jueves, seg¨²n el plan aprobado por el Senado, la acusaci¨®n comenzar¨¢ 24 horas de exposici¨®n de sus argumentos, probablemente divididas en tres jornadas, a las que seguir¨¢n otras tantas empleadas por la defensa del presidente. Luego, los senadores dispondr¨¢n de un total de 16 horas para interrogar a una y otra parte. En la ¨²ltima semana del mes habr¨¢ una votaci¨®n sobre si cerrar o no el caso. De ganar la continuidad, los senadores abordar¨¢n en votaci¨®n la cuesti¨®n m¨¢s delicada de procedimiento: si llaman o no a declarar a testigos como Monica Lewinsky.

El esp¨ªritu bipartidista que domina hasta ahora los trabajos del Senado se enfrentar¨¢ con el asunto de los testigos a un serio obst¨¢culo. Pero la C¨¢mara alta norteamericana ha empleado uno de sus cl¨¢sicos trucos: aplazar la resoluci¨®n de un problema hasta el ¨²ltimo momento. Esa actitud de consenso, de mantenerse, otorgar¨¢ mucha credibilidad al resultado del juicio, sea el que sea. La gran mayor¨ªa de los senadores, incluidos los correligionarios del presidente, evitan pronunciarse sobre el sentido de su voto. Quieren actuar como buenos jurados y afirman que se inclinar¨¢n por la culpabilidad o inocencia de Clinton en funci¨®n de las pruebas y argumentos presentados durante el juicio.