Cumplea?os en escena

El concierto estaba anunciado para las nueve y media de la noche; a esa hora todav¨ªa no se hab¨ªa dado acceso a la sala y en el escenario hac¨ªan las ¨²ltimas pruebas de luces y sonidos. En el vest¨ªbulo, el famoseo al uso buscaba con codicia las c¨¢maras de televisi¨®n. A las 10.05 el p¨²blico comenz¨® a manifestar impaciencia; a las 10.10 se apagaron las luces, y Ni?a Pastori y Parrilla se sentaron en sus sitios. El p¨²blico, que es un pedazo de pan, les recibi¨® con grandes aplausos.Ni?a Pastori, pese a su juventud, tiene ya muchas tablas. Apareci¨® nerviosa, pero enseguida fue dominando la situaci¨®n y haci¨¦ndose due?a del escenario. Cant¨® como ella canta, sin demasiado refinamiento pero con su gracejo y una singular capacidad para meterse a la audiencia volcada de antemano a su favor en el bolsillo. Coloca la voz en una tesitura alta y de ah¨ª no la mueve; de los bajos, de los matices comprometidos, se olvida.

Pero indiscutiblemente ella tiene su p¨²blico, que la sigue incondicionalmente, y para quien todo lo que hace es digno de nota. Lo demostr¨® anoche una vez m¨¢s en este concierto en que le aplaudieron casi hasta sus gestos m¨¢s imperceptibles. Lo que premia el coraz¨®n y el entusiasmo que esta chiquilla pone en el arte al que debe su fama.

Por supuesto que lo suyo son esas canciones que le han hecho tan popular. El T¨² me camelas, el ?chame una mano prima, y criaturas por el estilo. El flamenco ya le queda un poco lejos y un poco grande. Sin embargo, parece que quisiera retomarlo, pues en este concierto cant¨® m¨¢s flamenco de lo habitual en ella, y hasta se atrevi¨® a voz sola con unos martinetes que resultaron bastante aceptables. Incluso se peg¨® unas vueltas por buler¨ªas, para lo que se quit¨® los zapatos, con desparpajo y sin perder el comp¨¢s.

Fue una noche importante para Ni?a Pastori, seg¨²n anunci¨® ella repetidamente. Por iniciar esta gira en Madrid, pero no s¨®lo por eso; a las 12.00 dijo que hoy cumple a?os, y alguien del p¨²blico le regal¨® unos pendientes. Despu¨¦s le cantaron el Cumplea?os feliz, y una fiesta por buler¨ªas en la que casi todos los artistas cantaron y bailaron puso el punto final definitivo. Todo, pues, art¨ªsticamente correcto. Tampoco se trata de amargarle su cumplea?os, ni siquiera un poquito, a esta salerosa gaditana. Y que los cumpla muy felices.