Zarpazos entre el PP y Uni¨®n Valenciana
Los regionalistas se revuelven contra Zaplana por haber intentado captar para el PP a la ex consejera Ram¨®n-Llin
Los tres esca?os que separaron a Eduardo Zaplana (PP) de la mayor¨ªa absoluta en las pasadas elecciones auton¨®micas le han producido m¨¢s sinsabores que la propia oposici¨®n en las Cortes Valencianas. Uni¨®n Valenciana (UV) apenas cuenta con cuatro esca?os a estas alturas de legislatura, pero ha sido capaz de poner en jaque al presidente de la Generalitat en varias ocasiones pese a ocupar dos de las diez consejer¨ªas del Consell. Zaplana alude abiertamente a la esquizofrenia de sus socios, mientras los regionalistas aprovechan su presencia en la administraci¨®n auton¨®mica para cultivar su estructura org¨¢nica y su condici¨®n de bisagra para sumarse a la oposici¨®n y destacar sus diferencias con el PP. La tensi¨®n en las relaciones crece con la proximidad de la convocatoria electoral.El pasado lunes los regionalistas se desayunaron con un zumo ¨¢cido. La vicepresidenta del partido y una de las consejeras mejor valoradas del gobierno auton¨®mico, Mar¨ªa ?ngeles Ram¨®n-Llin, comunic¨® a Zaplana su intenci¨®n de abandonar Uni¨®n Valenciana. Y lo hizo a lo grande. Una formaci¨®n sin direcci¨®n pol¨ªtica, un barco a la deriva, un discurso esquizofr¨¦nico, fueron algunos de los argumentos que esgrimi¨® Mar¨ªa ?ngeles Ram¨®n-Llin para renunciar a la militancia y evitar ser c¨®mplice del inminente naufragio del partido que ella contribuy¨® a fundar hace 16 a?os. Pero no dej¨® el cargo. El presidente de la Generalitat le hab¨ªa solicitado que lo conservara.
Una vez aprobados los Presupuestos para 1999, los regionalistas apenas ten¨ªan capacidad de maniobra. Pero la afrenta era definitiva. La oposici¨®n denunci¨® un intento de voladura controlada de UV. Una urgente reuni¨®n de la c¨²pula regionalista opt¨® por exigir el inmediato relevo de la consejera, seg¨²n lo establecido en el pacto de gobierno.
H¨¦ctor Villalba, presidente de Uni¨®n Valenciana, acudi¨® el martes al Palau de la Generalitat con una ¨²nica carta que conten¨ªa el nombre del nuevo consejero. Y no dej¨® ninguna opci¨®n a Zaplana, apenas unas horas, para meditar la decisi¨®n. Una negativa habr¨ªa sido acogida como una violaci¨®n del acuerdo y habr¨ªa desembocado en ruptura.
El PP roza la mayor¨ªa absoluta en los sondeos sobre las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas. La desaparici¨®n de UV favorece sus expectativas. Pero entra?a un riesgo. Si el PP no supera el umbral, su ¨²nica opci¨®n es apoyarse en los regionalistas para conservar la Generalitat.
Un fichaje frustrado
El fichaje de Ram¨®n-Llin se hab¨ªa barajado en varias ocasiones. La consejera de Agricultura hab¨ªa reducido al m¨ªnimo imprescindible su presencia en los actos p¨²blicos del partido regionalista y se mostraba mucho m¨¢s c¨®moda rodeada de altos cargos populares. Pero el golpe estaba previsto para el final de la legislatura. Una vez disueltas las Cortes, instituci¨®n que preside Villalba, la capacidad de reacci¨®n de los regionalistas habr¨ªa sido m¨ªnima.
Pero los tiempos de Uni¨®n Valenciana eran otros. Los regionalistas aprobaron ayer los nombres de sus principales candidatos para las elecciones municipales y auton¨®micas. Ram¨®n-Llin estaba destinada a ocupar un puesto relevante en las listas. La renuncia al partido despu¨¦s de la nominaci¨®n formal habr¨ªa resultado poco elegante. Adem¨¢s, la palabra tr¨¢nsfuga tiene mucho peso en la trayectoria pol¨ªtica de Zaplana, que accedi¨® a su primer cargo relevante, la alcald¨ªa de Benidorm, con el apoyo de una ex concejal socialista.
El primer acto precipitado de la voladura controlada dio paso a una entrevista a cara de perro entre Zaplana y Villalba. El dirigente regionalista no se sali¨® del gui¨®n: o destituci¨®n de Ram¨®n-Llin o guerra abierta. Zaplana corr¨ªa el riesgo de alimentar una guerra sin cuartel en la Comunidad Valenciana en v¨ªsperas del congreso nacional del PP. El presidente opt¨® por aceptar la imposici¨®n de sus socios.
Villalba se present¨® ante las bases de Uni¨®n Valenciana como un h¨¦roe despu¨¦s de doblegar a Zaplana. La profundidad de la fisura en la formaci¨®n regionalista la calibrar¨¢n los votantes, pero los zarpazos de ambas partes al gobierno auton¨®mico valenciano siguen destilando zumo amargo. Ahora, Uni¨®n Valenciana estudia al mil¨ªmetro las escasas oportunidades que le brinda el calendario parlamentario para intentar devolver el golpe.
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