Berezovski, la reencarnaci¨®n de Maquiavelo

De hacer caso a cuanto se dice y se publica dentro y fuera de Rusia, Bor¨ªs Abr¨¢movich Berezovski, nacido en Mosc¨² en 1946, matem¨¢tico, miembro de la Academia de Ciencias y secretario de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), es una reencarnaci¨®n de Maquiavelo que, durante a?os, ha hecho y deshecho a su antojo en el Gobierno y en el Kremlin.Su poder se sustenta sobre varias columnas. Una de ellas es su imperio econ¨®mico, que incluye, entre otros activos, una red de concesionarios de autom¨®viles (LogoVAZ), la petrolera Sibneft y Aeroflot. Otra base es su grupo medi¨¢tico, que comprende el influyente diario Nezavisimaya Gazeta, el semanario Ogoniok y el control, aunque con una participaci¨®n minoritaria, de la primera cadena de la televisi¨®n, ORT, de mayor¨ªa estatal. Desde estas poderosas plataformas, Berezovski ha montado campa?as de desprestigio de sus enemigos y orquestado maquinaciones para llevar al pa¨ªs por el rumbo que m¨¢s le interesaba. Los mismos medios contribuyeron en 1996 al milagro de que Bor¨ªs Yeltsin, enfermo e impopular, ganase un nuevo mandato de cuatro a?os. El tercer pilar de su influencia es la conexi¨®n con personajes claves en la corte del zar Bor¨ªs, como la hija de ¨¦ste, Tatiana Diachenko, y el jefe de la Administraci¨®n presidencial, Valent¨ªn Yum¨¢shev. Desgraciadamente para Berezovski, el poder se ha trasladado desde el Kremlin al Gobierno, con Yeltsin cercado por sus achaques y sus enemigos. Y, adem¨¢s, Yum¨¢shev ha terminado arrastrado por la crisis. Ya no le queda demasiado margen para usar las que, seg¨²n sus enemigos, son sus armas principales: el soborno y el chantaje.

Su relativa desconexi¨®n del negocio bancario -de investigador cient¨ªfico pas¨® al negocio de la automoci¨®n como origen de su imperio- le ha hecho menos sensible que otros oligarcas al impacto de la crisis, en cuyo estallido tuvo un papel determinante. Dirigi¨® el acoso y derribo de Kiriyenko, aunque se pas¨® de listo al pensar que ser¨ªa capaz de hacer tragar a la Duma con Chernomirdin. La soluci¨®n Primakov result¨® la peor posible para ¨¦l, pero ha hecho de tripas coraz¨®n y ya toma posiciones para apostar por el caballo ganador (siempre que no sea rojo) en las presidenciales del 2000.

Su guerra con Potanin por las grandes privatizaciones de 1997 se llev¨® por delante incluso a varios ministros que jugaron con el equipo contrario, incluido el vicejefe de Gobierno Anatoli Chub¨¢is. Ahora se dar¨ªa con un canto en los dientes por que su viejo enemigo siguiese en el poder, y no le importar¨ªa unir sus fuerzas a las de su rival Potanin para hacer frente al peligro com¨²n. Berezovski es jud¨ªo (incluso tuvo pasaporte israel¨ª). Esa circunstancia (que comparte con otros oligarcas, como Gusinski y Fridman) ha estado en el origen, por ejemplo, de la pol¨¦mica provocada recientemente por las declaraciones antisemitas del diputado comunista Albert Makashov. El magnate descarg¨® entonces toda su artiller¨ªa sobre el partido de Ziug¨¢nov, y lleg¨® a pedir su ilegalizaci¨®n. No hay duda de que no reparar¨¢ en gastos ni en argucias para hacer frente al peligro rojo.