Los cat¨®licos italianos consiguen dinero p¨²blico para la escuela privada

En medio de un clima de gran tensi¨®n, una regi¨®n italiana, la Emilia-Romagna, acaba de aprobar una pol¨¦mica ley con la que se subvenciona a las escuelas privadas de forma indirecta. La Constituci¨®n proh¨ªbe hacerlo de manera directa, por lo que la nueva v¨ªa dirige la subvenci¨®n directamente al alumno. La iniciativa recoge los aspectos esenciales de una ley que debate actualmente el Senado, que se aplicar¨¢ en todo el Estado y ha recibido duras cr¨ªticas de la izquierda.

El nombre no puede ser m¨¢s alambicado y confuso, pero, en la pr¨¢ctica, todo el mundo sabe lo que significa la ley denominada Sistema Formativo Integrado para el Derecho al Estudio, que acaba de aprobar la Junta de la regi¨®n de Emilia-Romagna en un clima de gran tensi¨®n. El gobierno de la regi¨®n m¨¢s roja de Italia ha sido, parad¨®jicamente, el primero en adoptar los aspectos esenciales de la ley de igualdad escolar, aplicable a todo el pa¨ªs, que debate en estos momentos el Senado italiano.La Junta emiliana, dominada por el partido de los Dem¨®cratas de Izquierda (el principal en la coalici¨®n que gobierna Italia), ha estado a punto de romperse en dos a ra¨ªz del debate sobre una ley que fue aprobada el viernes con los votos de la derechista Alianza Nacional, el partido ex fascista que dirige Gianfranco Fini. Gracias a este texto, la regi¨®n destinar¨¢ unos mil millones de pesetas a alimentar ese "sistema formativo integrado".

La mayor parte del dinero, unos 750 millones, ser¨¢ para financiar los estudios de los alumnos m¨¢s aventajados, siempre que sus familias no superen unos ingresos anuales de cinco millones de pesetas. Seg¨²n los c¨¢lculos de los expertos, los alumnos de escuelas privadas (la mayor¨ªa cat¨®licas y con un coste anual medio de 650.000 pesetas) recibir¨¢n hasta 300.000 pesetas al a?o como beca de estudios. Los de escuelas estatales (con un coste de 65.000 pesetas al a?o) recibir¨¢n ¨²nicamente 30.000 pesetas.

El resto del dinero ir¨¢ a parar directamente a los centros para mejorar comedores, transporte y hasta para dotar con ordenadores y conexi¨®n a Internet a las escuelas que no tengan a¨²n estos servicios. Estas ayudas estar¨¢n dirigidas tambi¨¦n a los centros privados, siempre que respeten unos criterios m¨ªnimos: finanzas transparentes, haber aplicado el contrato nacional de trabajo a su personal, aceptar todas las inscripciones sin discriminaciones y respetar la libertad de ense?anza.

La ley, en la que toda la sociedad italiana ve un claro precedente de la que est¨¢ decidido a aprobar el Gobierno de la naci¨®n, ha provocado ya una reacci¨®n virulenta de los comunistas y de los sindicatos de izquierda, que piensan recurrir al Tribunal Constitucional contra el texto. Bruno Moretto, miembro del Comit¨¦ Escuela y Constituci¨®n -una organizaci¨®n que vela por la aplicaci¨®n de la Carta Magna en el ¨¢mbito de la educaci¨®n-, no excluye la posibilidad de solicitar un refer¨¦ndum sobre la nueva normativa. "La regi¨®n", dice Moretto, "est¨¢ creando un sistema integrado sin tener ninguna competencia para hacerlo".

La batalla en el Parlamento italiano se presenta dif¨ªcil, con la decena de partidos que integran el Gobierno divididos en dos grandes bandos. De un lado, el DS, que forma un bloque con el Partido Popular Italiano (principal heredero de la Democracia Cristiana), Renovamiento Italiano y la Uni¨®n Democr¨¢tica para la Rep¨²blica (UDR). Del otro, verdes, comunistas italianos, republicanos y socialistas.

Con la calculadora en la mano resulta triunfador el primer grupo, pero en Italia las sorpresas pol¨ªticas est¨¢n a la orden del d¨ªa. Una cosa est¨¢ clara: el primer ministro, Massimo d'Alema, es uno de los principales promotores de esta controvertida nivelaci¨®n de situaci¨®n entre centros p¨²blicos y privados. "El tiempo de las guerras de religi¨®n ha pasado ya", declar¨® hace semanas, en v¨ªsperas de su visita al Papa, el 8 de enero pasado.