Jim¨¦nez se reconstruye en el t¨²nel del viento

Al final Jos¨¦ Mar¨ªa Jim¨¦nez s¨®lo ten¨ªa fr¨ªo. Un fr¨ªo helador. "Dos minutos m¨¢s all¨¢ arriba y me congelo". All¨¢ arriba es una plataforma met¨¢lica suspendida a dos metros y medio del suelo. All¨¢ arriba es la boca de un t¨²nel por el que durante unos minutos ha estado soplando un viento, fr¨ªo, a 60 kil¨®metros por hora. Sobre la plataforma, una balanza con siete sensores para medir la resistencia a siete fuerzas diferentes, todas ligadas a factores aerodin¨¢micos. Sobre la balanza, un soporte trapezoidal, con unos rodillos para la rueda trasera de la bicicleta y un canal para la delantera. Sobre la bicicleta, as¨ª est¨¢tica, el ciclista, Jim¨¦nez, de 28 a?os el escalador del Banesto, pedaleando. Como El Chava, sus compa?eros Francisco Mancebo y Txente Garc¨ªa Acosta.Los tres han conocido las bondades del t¨²nel del viento del Instituto Nacional de T¨¦cnicas Aereoespaciales (INTA), la mejor forma para medir la resistencia que el aire supone para el avance del ciclista, la mejor forma de saber c¨®mo limitarla al m¨¢ximo para ser capaces de lograr un mayor rendimiento con el mismo gasto de energ¨ªa. Los tres se beneficiar¨¢n; pero m¨¢s que ninguno Jim¨¦nez, el espectacular escalador, el catastr¨®fico contrarrelojista. "Ya era consciente de que nunca ganar¨ªa una gran vuelta cediendo como ced¨ªa hasta ocho segundos por kil¨®metro en una contrarreloj", explica Jes¨²s Hoyos, el m¨¦dico del Banesto y director del ensayo. "Ahora, tras esta prueba, podr¨¢ ver con n¨²meros claros c¨®mo simplemente siendo ¨¦l, pero cuidando algunos detalles, puede ahorrar, exagerando un poco, hasta un 20% de energ¨ªas en una contrarreloj". Es decir, ganar¨ªa m¨¢s de dos segundos por kil¨®metro. Son los resultados provisionales. La pr¨®xima semana los ingenieros del INTA entregar¨¢n a los t¨¦cnicos del Banesto los resultados completos para que ¨¦stos los desbrocen, saquen conclusiones y las apliquen.

En la contrarreloj de 58 kil¨®metros del ¨²ltimo Tour, entre Merygnac l'?glise y Corr¨¨ze, El Chava cedi¨® 7m 51s al ganador, Jan Ullrich, m¨¢s de ocho segundos por kil¨®metro. Se habr¨ªa ahorrado 94s (m¨¢s de minuto y medio) simplemente siguiendo algunos consejos, sin dejar de ser El Chava, sin dejar de tener su peculiar pedaleo. "Simplemente si no corriera como si tuviera lombrices, movi¨¦ndose constantemente, simplemente si usara casco, si siguiera unas peque?as normas de conducta en los entrenamientos", explica Hoyos. A pesar de estar helado de fr¨ªo, Jim¨¦nez no para de moverse durante las pruebas, que constan de sesiones que no pasan de los tres minutos: cabecea, mueve el culo, mira para todos los lados, sube y baja los hombros. Chava en estado puro. Gestos de corredor que no se concentra, que considera la contrarreloj un mal trago que hay que pasar como sea.

Las pruebas contin¨²an: cambian de bicicleta, se cierran los apoyos para los brazos, cambia el casco por un gorro de ba?o en plan capucha, se alarga el manillar de triatleta hasta los l¨ªmites que permite el reglamento, se cambia la lycra por el algod¨®n... Se trata de encontrar una respuesta al gran enigma: ?c¨®mo Jim¨¦nez, un corredor de 1,80 y 69 kilos, con un ¨ªndice de masa corporal de 20,6, muy parecido al de los rodadores, con una potencia absoluta de 515 watios (415 en umbral), hace unas contrarreloj tan malas?

Los t¨¦cnicos del Banesto, el m¨¦dico y los directores, est¨¢n convencidos de que la respuesta est¨¢ en su psicolog¨ªa y en su aerodinamismo. Y por eso, por ambos lados, el t¨²nel del viento. En monta?a, la fuerza de gravedad es la mayor resistencia que debe vencer el ciclista. Es el territorio de El Chava, pocos pueden seguir su rueda. En el llano, en cambio, es la resistencia del aire la principal fuerza que se opone al avance (supone el 90% de las resistencias totales a 50 kil¨®metros por hora). Y del conjunto hombre-bicicleta, el corredor tiene el 75%. Y dado que la resistencia del aire aumenta de forma proporcional al cuadrado de la velocidad, llega un momento en que el aire se convierte en una muralla insondable, un momento en que cualquier m¨ªnima mejora (cerrar un poco los codos, cerrar las rodillas, bajar la barbilla, rotar la pelvis, extender el ¨¢ngulo de los brazos) supone un avance espectacular en tiempo y en ahorro de energ¨ªa. As¨ª, habr¨¢ ciclistas que con una potencia de 400 watios alcancen los 45 kil¨®metros por hora y otros que se queden en 42.

La reconstrucci¨®n de El Chava no se quedar¨¢ en el aire. All¨ª, en la plataforma del t¨²nel, los t¨¦cnicos no pudieron por menos que advertir claras deficiencias en su pedalada. Cuando lo hac¨ªa Mancebo, el movimiento de las piernas y los pedales era un todo fluido, redondo, sin brusquedades. Txente, el superpotente, no desperdiciaba ni un gramo en el camino, no encontraba tiempos muertos. Jim¨¦nez, en cambio, pedaleaba como si los pedales fueran pistones, como si los estuviera pisando, dejando en cada giro watios y watios en el aire. La reconstrucci¨®n de su pedalada, un trabajo biomec¨¢nico, ser¨¢ el pr¨®ximo trabajo. Hoyos y los dem¨¢s t¨¦cnicos del Banesto utilizar¨¢n v¨ªdeos, pruebas de esfuerzo en movimiento, sensores especiales y dem¨¢s t¨¦cnicas de final de siglo.

Pero todo, como siempre, depender¨¢ de la voluntad del ciclista, de su mentalizaci¨®n y de su deseo de acabar con sus vicios.