El Gobierno brasile?o admite que la inflaci¨®n alcanzar¨¢ este a?o el 10%
Est¨¢n previstas subidas de precios en los combustibles y el transporte
La crisis que se desat¨® sobre Brasil hace poco m¨¢s de una semana ha tra¨ªdo de regreso al casi olvidado espectro de la inflaci¨®n. La fuerte devaluaci¨®n del real, la moneda nacional, en torno al 47% desde el pasado d¨ªa 13, ya empez¨® a hacerse sentir en algunos sectores de la econom¨ªa, con reflejos inmediatos sobre la vida cotidiana de las personas. El ministro de Hacienda, Pedro Malan, admite que la inflaci¨®n, que en 1998 fue negativa por primera vez en la historia (de hecho, una deflaci¨®n del 2%), podr¨¢ llegar al 10% al finalizar 1999.
Al mismo tiempo, surgieron los primeros s¨ªntomas, todav¨ªa t¨ªmidos, del regreso de otro viejo conocido: la especulaci¨®n. En los mercados de las principales ciudades brasile?as, frutas importadas de Argentina sufrieron en los ¨²ltimos d¨ªas aumentos de hasta un 20%. Lo que nadie explica es la raz¨®n que hizo que la papaya, producida en Brasil, haya aumentado un 30%. Los fabricantes de bebidas tratan de justificar los nuevos precios de la cerveza, argumentando que la malta importada supone la tercera parte de los costes de producci¨®n. Est¨¢n previstas alzas en los precios de los combustibles, que podr¨¢n provocar aumentos en los transportes y, como consecuencia, una presi¨®n inflacionaria que el Gobierno tendr¨¢ que enfrentar con las pocas armas de que dispone.Adem¨¢s de las batallas pol¨ªticas, el Gobierno de Fernando Cardoso seguramente tendr¨¢ que hacer frente una nueva guerra contra la inflaci¨®n. La apertura comercial experimentada por el pa¨ªs a lo largo de los ¨²ltimos nueve a?os tendr¨¢ su precio: la industria farmac¨¦utica, por ejemplo, importa el 75% de los ingredientes que utiliza. Las montadoras de veh¨ªculos, que ya viv¨ªan una crisis sectorial desde el segundo semestre de 1998, enfrentan nuevas preocupaciones: alrededor del 15% de los componentes que utilizan son importados.
En el sector de la inform¨¢tica, la situaci¨®n lleg¨® al l¨ªmite. Desde el mediod¨ªa del pasado jueves es casi imposible, en R¨ªo y S?o Paulo, encontrar equipos importados (la casi totalidad de las impresoras, por ejemplo). Muchos consumidores que optaron por el ¨ªndice de variaci¨®n cambiaria como referencia para el tipo de inter¨¦s de sus cr¨¦ditos recurren ahora a la justicia: la correcci¨®n, que era de alrededor del 8% al a?o, sufri¨® un impacto superior al 40% en menos de 10 d¨ªas, y no hay ning¨²n indicio seguro de que el real recupere algo de su valor. Peri¨®dicos y revistas, que usan papel importado, empiezan a contabilizar p¨¦rdidas diarias, mientras el volumen de publicidad baja sensiblemente. El viernes pasado, ¨²ltimo d¨ªa de transacciones bancarias en la semana, el d¨®lar cotiz¨® al precio de 1,72 reales en el camibo oficial y a 1,80 en el mercado paralelo.
La sangr¨ªa de d¨®lares rumbo al exterior sigue su ritmo: el pasado jueves volaron de las reservas brasile?as otros 313 millones. El total de la semana deber¨¢ situarse en torno a los 1.500 millones.
Contagio en Argentina
Los reflejos de la crisis brasile?a alcanzaron a la vecina Argentina. Gracias al Mercosur, la interdependencia entre las econom¨ªas de los pa¨ªses de la regi¨®n (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) se estrech¨® mucho. An¨¢lisis iniciales se?alan que las exportaciones argentinas a Brasil podr¨¢n caer un 15% ya en las pr¨®ximas semanas. Actualmente, alrededor del 50% de las exportaciones argentinas del sector agropecuario son destinadas a Brasil. El Gobierno del pa¨ªs vecino ya ha enviado rumbo a Brasilia altos funcionarios del sector econ¨®mico. Su misi¨®n es lograr encontrar,con sus colegas brasile?os, mecanismos de protecci¨®n frente a las fuertes p¨¦rdidas que los productos argentinos empezaron a sufrir en su principal mercado externo. Hay propuestas que van desde la suspensi¨®n total de subsidios a los productos brasile?os exportados para Argentina al establecimiento de mecanismos de compensaci¨®n consensuados entre los dos pa¨ªses. En un primer momento, el Ministerio de Relaciones Exteriores afirm¨® que no est¨¢ prevista la adopci¨®n de ningua medida en esa direcci¨®n. En el actual estado de cosas en Brasil, eso quiere decir que a principios de esta semana las negociaciones entre los dos Gobiernos deber¨¢n empezar.El presidente Cardoso tendr¨¢ otra semana tensa. Adem¨¢s de las negociaciones para que el Congreso termine de aprobar de una vez las medias de ajuste pactadas con el FMI, cobra fuerza la guerra entre los Estados y el Gobierno federal. Minas Gerais y R¨ªo Grande do Sul se niegan a pagar sus deudas en los t¨¦rminos pactados por los gobernantes derrotados en las pasadas elecciones de octubre, y el Ministerio de Hacienda ya inform¨® a los organismos financieros internacionales que los dos Estados no obtendr¨¢n avales federales para los pr¨¦stamos contratados. Eso significa p¨¦rdidas inmediatas de 52 millones de d¨®lares para Minas y de 327 millones para R¨ªo Grande do Sul. Y significa, tambi¨¦n, la apertura de un nuevo y grave frente de batalla en la pol¨ªtica de Brasil.
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