"Es muy de los latinoamericanos instalar el humor en el coraz¨®n mismo de la tristeza"
Alfredo Bryce Echenique (Lima, 1939) tiene ya las maletas hechas para regresar a Per¨², de donde sali¨® en 1964. Desde entonces, Par¨ªs, Montpellier y Madrid, donde se instal¨® en 1980, han acogido a este genial escritor que emigr¨® a la capital francesa para dedicarse a la literatura. All¨ª comparti¨® exilio con Mario Vargas Llosa y Julio Cort¨¢zar, entre otros autores del llamado boom latinoamericano. Desencuentros amorosos y exilios variados, siempre contados con humor, caracterizan sus novelas. Premio Nacional de Narrativa en 1998, el escritor peruano acaba de publicar su decimoquinta obra, La amigdalitis de Tarz¨¢n, que ayer present¨® en Bilbao. Pregunta. La amigdalitis de Tarz¨¢n cuenta 30 a?os de exilio y amor imposible entre un cantautor peruano y una ni?a bien salvadore?a. ?C¨®mo consigue contar con humor esta historia tan triste? Respuesta. Es muy de los latinoamericanos re¨ªrnos en los momentos m¨¢s dolorosos; es esa funci¨®n de la risa curativa que nos permite evadirnos de la realidad oprimente y que empieza por re¨ªrse de uno mismo. Esto est¨¢ muy presente en la sociedad latinoamericana; deshacemos incluso nuestra grandeza con una frase que banaliza los momentos mejores y tambi¨¦n somos capaces de instalar el humor en el coraz¨®n mismo de la tristeza. Es esa chispita que te sonr¨ªe y hace que la vida sea m¨¢s tolerable. P. ?Qu¨¦ tienen de autobiogr¨¢ficos los continuos desencuentros de los protagonistas de su novela? R. Es una vivencia cultural, m¨¢s que autobiogr¨¢fica. Nunca he sido un exiliado forzoso, como fueron estos personajes. Yo he sido un hombre que ha vivido un poco donde ha querido, con un trabajo que le permit¨ªa escribir, pero s¨ª tuve amigos que viv¨ªan tremendos exilios de Chile, de El Salvador, de Argentina... Una de las cosas que observ¨¦ es que a veces algunos personajes como Fernanda Mar¨ªa [protagonista] en la novela, que fueron educadas para ser ni?as fr¨¢giles, in¨²tiles, ante la adversidad del exilio se crec¨ªan y se convert¨ªan en verdaderos tarzanes al lado de personajes como su esposo, que es un hombre monumental, que ante el exilio se convierte en una piltrafa. Me interesan enormemente estos pasos de la luz a las tinieblas, estas incoherencias de las personas y que, a veces, el propio ser no las conoce, porque nacen ante nuevas realidades. P. ?C¨®mo han influido en su vida y en su obra sus a?os en Par¨ªs? R. Par¨ªs es una ciudad m¨ªtica. Los escritores que a m¨ª me formaron como Hemingway y Henry Miller y tantos m¨¢s escritores norteamericanos fueron locos amantes de Par¨ªs. Yo ya hace 20 a?os que dej¨¦ Par¨ªs, en el 80, pero me persigue literariamente. La humanidad entera ha so?ado con ir a Par¨ªs, pero los latinoamericanos, m¨¢s que nadie, porque era la metr¨®poli. ?ramos europeos de segunda categor¨ªa porque no ¨¦ramos de Am¨¦rica, acomplejados, digamos, y era un camino a la meca. Y todo esto est¨¢ en mis libros desde Mart¨ªn Roma?a [La vida exagerada de Mart¨ªn Roma?a] hasta La amigdalitis de Tarz¨¢n. P. ?Cuando comienza un libro, sigue un gui¨®n o deja que la historia fluya espont¨¢nea? R. Mis libros empiezan generalmente por un t¨ªtulo, despu¨¦s por los nombres de los personajes, para m¨ª es muy importante tomarles cari?o. Empiezo siempre pensando en ellos, estoy con ellos de tarde en tarde, lo que leo me induce a pensar en ellos, subrayo frases que me servir¨¢n de ep¨ªgrafe y alg¨²n d¨ªa, cuando me siento a escribir, como que ya han pasado por un largo proceso de preparaci¨®n que me hace que me salgan solos. P. ?Por qu¨¦ decide contar a trav¨¦s de cartas la historia de La amigdalitis de Tarz¨¢n? R. Hay dos razones fundamentales. La primera porque es el gran desaf¨ªo; uno pretende siempre que su nuevo libro sea el mejor y se da ¨ªntegro, se vuelca. Yo soy un escritor emotivo, nervioso, que escribe m¨¢s con la emoci¨®n y la intuici¨®n que con la cabeza. Hab¨ªa le¨ªdo en libros de cr¨ªtica literaria que mi escritura ten¨ªa ciertos rasgos de mujer. Y dije, bueno, voy a escribir un libro en el que el narrador sea mujer y luego, ?c¨®mo se cuenta al m¨¢ximo una persona? En sus cartas. P. ?Qu¨¦ recuerdos se va a llevar de Espa?a? R. Fundamentalmente, los amigos, las ciudades en las que he vivido, en las que he pasado temporadas, los pueblos donde he gozado, he amado, he cantado, he gritado, he llorado he bebido, donde he comido... Eso, las vivencias. P. ?C¨®mo ve la situaci¨®n pol¨ªtica vasca? R. Con una lucecita ah¨ª que a lo mejor indica el final del t¨²nel, Dios lo quiera. Ahora estaba comiendo en un restaurante y salieron tres se?ores, y los tres se despidieron de nosotros. Eso no lo hace nadie en ninguna ciudad del mundo. Este tipo de cosas yo creo que perdurar¨¢n y ganar¨¢n la guerra. Que tres se?ores que com¨ªan en una mesa que no estaba al lado de la nuestra, con una educaci¨®n que se ha perdido en el mundo, nos hayan dejado con buen provecho me ha llamado la atenci¨®n. Yo casi les respondo como un peruano idiota "servido", que era una forma cursil¨ªsima de responder en el Per¨², pero me he callado. P. ?Es verdad que pronuncia su apellido castellanizado, mientras el resto lo pronunciamos en ingl¨¦s? R. No, yo he sido Brais en casa, en Estados Unidos y en Inglaterra, pero he sido Bris en Francia y soy Brice... Finalmente, cuando llamo a reservar la mesa de un restaurante digo Echenique para evitar l¨ªos. Y a veces me dicen: ?como Bryce Echenique? Entonces s¨¦ que voy a comer bien. P. ?C¨®mo ve el Per¨² de Alberto Fujimori? R. Por lo que me cuentan, anda bastante desnortado. No hay alternativa a Fujimori. Es un hombre que ha hecho cosas muy buenas en su primer gobierno, pacific¨® el pa¨ªs, orden¨® las cuentas, trajo turismo. Yo creo que tiene una tendencia a perpetuarse, pero tampoco encuentra ahora uno oposici¨®n. P. ?El regreso a su pa¨ªs, 35 a?os despu¨¦s, es la ¨²ltima mudanza de Bryce Echenique? R. Me gustar¨ªa que lo fuera.
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