El secretario general se va acusando al PSOE de "saltear el presupuesto y combatir el crimen con el crimen"
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El Francisco ?lvarez Cascos que se despidi¨® ayer de la secretar¨ªa general del PP se pareci¨® como una gota de agua a otra al l¨ªder de la oposici¨®n que fustigaba sin piedad al PSOE cuando su partido estaba en la oposici¨®n. No fue la intervenci¨®n de un pol¨ªtico de un partido dialogante y centrado como quiere vestirse ahora el PP.En la parte de su discurso titulada Espa?a funciona, Cascos recuper¨® aquel tono abrupto para rescatar sus peores invectivas hacia los socialistas, de los que dijo en referencia a su ¨²ltima etapa en el Ejecutivo: "Un Gobierno y una manera de gobernar que, en sus ¨²ltimos tiempos, estaban orientados a la ocultaci¨®n y al disimulo de conductas tales como abusar del poder, saltear el presupuesto del Estado o combatir el crimen con el crimen". La primera arremetida contra el PSOE la concret¨® cuando aludi¨® a la victoria por la m¨ªnima del PP en las ¨²ltimas elecciones generales. Cascos record¨® que el PP gan¨® entonces, el 3 de marzo de 1996, "sin paliativos ni atenuantes". Y a?adi¨® que "la dulce derrota que se aplicaron los socialistas para disimular el resultado y, as¨ª, poder mantener sus posiciones de poder, influencia y privilegio, tard¨® muy poco en perder su dulzor, para dar paso a un sinf¨ªn de intrigas, luchas por el liderazgo y recriminaciones mutuas, donde brillan por su audacia los escapistas de las responsabilidades m¨¢s graves, consolados y ayudados en su amargo destierro por la nostalgia de su corte medi¨¢tica y editorial".
El secretario general saliente coment¨®, ir¨®nicamente, que ¨¦se fue "un buen anticipo de lo que ocurrir¨ªa con los augurios que, a partir del 4 de marzo [de 1996], corr¨ªan por los cen¨¢culos que se autodenominaban influyentes sobre la vida ef¨ªmera del futuro Gobierno". Fue ah¨ª cuando se atribuy¨®, junto a los tres vicesecretarios generales del PP, Rodrigo Rato, Jaime Mayor Oreja, y Mariano Rajoy, el m¨¦rito de los acuerdos con sus socios nacionalistas.
Puestos a colgarse medallas, que se las puso de todos los colores, Cascos mencion¨® algunas de las pol¨ªticas m¨¢s pol¨¦micas del Gobierno y en la alusi¨®n a iniciativas como los indultos a Jos¨¦ Barrionuevo y Rafael Vera, a los que no mencion¨®, situ¨® esas medidas en el respeto y acatamiento a las peticiones del Tribunal Supremo. Con el mismo argumento justific¨® las peticiones de comparecencia ante el Supremo de miembros del Gobierno actual sobre el caso GAL, la entrega de documentos secretos del Cesid, o las solicitudes de extradici¨®n como la de Augusto Pinochet por parte de la Audiencia Nacional.
Fue incapaz de olvidar una de sus actuaciones m¨¢s conflictivas durante su trayectoria en el Ejecutivo y en el PP. Hizo una referencia, muy de pasada, a la batalla digital, sin expresar ese t¨¦rmino. Cascos se?al¨® que el Gobierno se hab¨ªa limitado a regular el sector. "S¨®lo desde la concepci¨®n totalitaria de quienes defienden que "el monopolio es libertad", se puede poner en cuesti¨®n los avances promovidos por el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en el terreno de la libertad de los medios audiovisuales frente a los abusos de posici¨®n dominante de cualquier grupo medi¨¢tico".
Cascos identific¨® el problema de Asturias en un mero alejamiento de la disciplina del partido similar a los casos ocurridos en su d¨ªa en Galicia con Jos¨¦ Luis Barreiros o en Cantabria con Juan Hormaechea. Eso s¨ª, asumi¨® como propios varios errores. Y ayer se arrepinti¨® p¨²blicamente "de haber intentado quitar importancia al problema y disimular su gravedad en la confianza de que con el tiempo se acabar¨ªa corrigiendo".
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